La expresión en el rostro de Romano se vuelve seria de un segundo al otro, y le dedica una fría mirada al sujeto. Al parecer, estaba disfrutando tanto como yo de la pista, y le molestó bastante La interrupción.
¿No era mas fácil mandar un simple mensaje para decirnos algo como "Suban, ya llegué" en lugar de mandar a uno de sus guardaespaldas? este tipo es extraño y todo ególatra narcisista. Mí chico me toma de la mano, y seguimos al sujeto musculoso vestido de negro abriéndonos paso entre la gente. En un principio pensé que volveríamos al VIP, pero al parecer, no es así.
–¿A donde vamos?– Pregunto aferrándome más a Roma, cuando nos sumergimos en la oscuridad.
–A la oficina de mí primo. Odia mezclarse con La gente, por eso mando a buscarnos.–
–¿Oficina?– Suelto confundida.
–¿Que no te lo dije? Alex es el dueño de este lugar... es su nueva inversión.– Uno de los más grandes defectos de Romano es que siempre olvida los "Detalles" que no son para nada detalles.
Seguimos adentramos aun mas en este laberíntico edificio. Nuestro guía le hace señas al sujeto que custodia una enorme puerta negra y esta se abre. Avanzamos varios metros mas y al fin llegamos a nuestro destino. Suspiro aliviada, al menos aquí hay bastante luz. El lugar tiene mas la cara de ser un salón de juegos, privado que de ser una oficina. Las paredes son completamente blanca y hay múltiples cuadros en las paredes. Los únicos muebles son un enorme juego de sillones oscuros, un televisor, una consola de videojuegos y la barra de bebidas. Lo que más me llama la atención de este lugar, es que a pesar de que solo nos separa una puerta de la pista de baile, la música del exterior es casi imperceptible.
El famoso primo esta de espaldas a nosotros. Esta fumando un cigarro, mientras bebe lo que parece ser whisky. Suelta una bocanada de humo blanco que inunda la habitación, y voltea automáticamente cuando escucha el sonido de mis tacones.
Su mirada gris me atraviesa como una lanza, y Llega hasta lo mas profundo de mí alma, rompiéndome en mil pedazos. Al verlo plenamente, mí cuerpo instintivamente se suelta del agarre de Roma y da un paso atrás. El me sonríe ampliamente, mostrando su perfecta y blanca dentadura, y todo parece empezar a ocurrir en cámara lenta.
Camina en dirección a nosotros, y me digo a mí misma una y otra vez esto no puede ser verdad. Le ruego al universo que solo sea una ilusión, una horrible pesadilla, una falla en la percepción, que solo sean parecidos, cualquier cosa, menos que sea él. No puedo concebir que el destino sea tan cruel conmigo (Para no decir una mala palabra). Los recuerdos me bombardean, arrasando como una bomba atómica con todo lo que construí desde que lo saque de mí vida. Romano, completamente ajeno a lo que me ocurre, lo abraza, y con ese acto todo mí mundo se sacude.
–¡Hermano!– Exclama cordial, y yo siento como si me cayera un balde de agua helada encima. –Déjame presentarte formalmente... Ella es Alai Devone, mí novia.– Intento ocultar bajo una falsa sonrisa las miles de emociones que se hacen presentes en conjunto, desconcierto, tristeza, rabia, dolor, pena... Y La desesperación aumenta cuando termina de acortar la distancia entre nosotros, cuando el aroma a perfume mezclado con tabaco y alcohol inunda mis pulmones. Sus fríos y húmedos labios rozan la piel de me mejilla y aquel que me hacía estremecer, ahora me genera una sensación de asco insoportable.
–Mucho gusto señorita.– Dice cínicamente, fingiendo no conocerme. Se que lo hace para humillarme. Me dice indirectamente que nunca fui nada para él, cuando sabe muy bien que era mí mundo entero. No se bien porque lo hago, pero en lugar de romperle la cara de un cachetazo en el instante en que se acerca a mí, y salir de la maldita habitación, le sigo el juego. Si quiere jugar a esto de ser extraños, yo jugaré mejor que él. Su mirada sube lentamente desde mis pies hasta quedarse fija en mí rostro, y por más que siento que me derrumbó, no expresó nada en absoluto.
–Es hermosa hermano.– Romano toma mí mano, y si bien mí rostro puede mentir, mí cuerpo no lo hace tan bien. Tiembla ligeramente, y él lo nota al instante.
–¿Estas bien Ali? ¿Que te ocurre? Tus manos están demasiado frías.– Pregunta preocupado, ante la estúpida sonrisa de triunfo de Alex. Siempre disfruto de ponerme nerviosa, haciendo que mis mejillas se pongan rojas de pena, pero ya no soy la misma que conoció. Aprendí a disimular y a mentir del mejor, de él.
–Solo tengo algo de frío lindo... Y mí campera quedó arriba, con las chicas.– Roma se quita su campera y La coloca sobre mis hombros sin aceptar un no como respuesta y luego
Desliza un brazo sobre mí hombro acortando la distancia entre nuestros cuerpos. Su aroma y su calidez me inundan, trayendome La paz que tanto necesitaba, dándome La fortaleza para enfrentar lo que sea. Le sonrío ampliamente y podría jurar que algo el los ojos de Alex cambio por una fracción de segundo en el instante en que Roma beso mí frente. Pero pronto vuelve a su papel de bastardo sin alma.
–Tenia muchas ganas de conocerte, había escuchado mucho acerca de ti Alai... Eres incluso mas bonita que en las fotos.– Suelta volviendo a acaparar mí atención. El malnacido solo me confirma que el si sabía que yo era la novia de su primo, que este no es más que otro de sus malditos juegos. –No cualquiera le roba el corazón a un Ivanov.–
–Tienes razón Bro, mí chica es especial, única...–
–Ya lo veo... Y La verdad te envidio Rom. En un mundo plagado de mujeres básicas e interesadas, encontraste a una chica inteligente, hermosa, que te quiere por quien eres...– suelta sin despegar su mirada desafiante de mí, esperando que reaccione, que me rompa frente a él.
Y sin que pueda evitarlo lo que me dijo la noche en que todo entre nosotros terminó, vuelven a mí cabeza...
Lees demasiadas novelas muñeca... El amor no existe. Si, la pasamos bien un par de veces y tienes un cuerpo hermoso, pero es lo único que me atrae de ti...