9 Secretos [terminada]

Un último beso.

Alex esta afuera fumando un cigarrillo en un inútil intento de calmar su ansiedad. La penumbra lo ayuda a qué su figura pase casi desapercibida entre la gente. Su mirada esta perdida en la nada misma, mientras en su mente repite paso a paso lo que sería el último golpe a la relación de su ex y Romano. Todas las piezas estan en su lugar, todas menos una, la reina, su reina, que se hace desear una vez más. Solo espera que ella no dé marcha atrás, que se sienta lo suficientemente bien y por sobretodas las cosas, que llegue pronto porque la espera consume la poca cordura que le queda.

Una camioneta negra se estaciona frente a solsticio. La reconoce al instante, fue la que mandó por ella. La ve descender, y sonríe triunfante. Se ve hermosa con su pequeño, destellante y ajustado vestido negro, que siente que muere por acercarse a ella. Su cuerpo lo traiciona y avanza, pero se detiene antes de que Alai lo vea, aunque es como si sintiera su presencia porque mira en todas direcciones casi buscándolo. 
–Aún no es el momento.– se dice a si mismo y solo ingresa al edificio por la puerta trasera mientras comienza a marcar el número de Lucia de forma casi frenética.

...

–¿Te sientes bien Ali? ¿Estás segura de que quieres estar aquí?– Pregunta Emiliano por enésima vez en la noche, y por enésima vez ella responde.

–¡Si, estoy perfecta!– Un poco exasperada por la insistencia. –Paloma, controla a este insoportable o te vas a quedar sin novio está noche...– Ella solo sonríe cálidamente. Se acerca a su ¿Novio? Y él desliza uno de sus brazos sobre su hombro protectoramente.

–Mira como son conmigo bonita, yo solo quiero cuidarla y ella me trata de insoportable...–Suelta un suspiro. –Mujeres... Son todas...– Antes de que pueda terminar la frase, Sofía (que esta con bastante mal humor desde que se enteró que Paloma saldría con ellos esa noche) lo interrumpe.

–Cuidado con lo que vas a decir.– Lo mira de forma amenazante, y el traga grueso, logrando que Alai suelte una carcajada.

–Vamos lindo, bajale a la intensidad... Ali está deslumbrante. Si algo estuviera mal con ella no se vería así...– Dice Paloma aliviando la tensión del momento. Emiliano, resignado, termina por darle la derecha, y ya no sigue preguntando lo mismo.

El grupo tiene acceso directo, así que sin inconvenientes ingresan al lugar atestado de gente. Lejos de querer estar sentada en una mesa, Alai camina directo a la pista seguida por Sofía, y comienzan a moverse al ritmo de la música, sin siquiera recordar su herida. Ambas quieren olvidarse de todo y solo pasarla bien algunas horas celebrando la vida.

–¿Ahora si vas a hablar conmigo?– murmuran en el oído de Alai haciendo que la chica se sobresalte, pero cuando ve de quién se trata solo se aparta y lo mira sería.

–¿Estás dispuesto a escucharme hasta el final y a no juzgarme como si fuera una criminal? Porque de lo contrario solo déjame con mis amigos disfrutando de mí fiesta, no tengo ganas de que volvamos a pelear otra vez, al menos no está noche.– Él solo asiente, la sujeta por la mano y la guía hasta uno de los balcones exteriores, donde la música es mucho menos fuerte y pueden hablar un poco más tranquilos. Pero sus cuerpos reaccionan antes de que puedan soltar una sola palabra. Una vez solos, Romano la acorrala contra la pared, y la besa con vehemencia mientras sus manos se deslizan con suavidad por su cuerpo. Ella le responde con la misma intensidad, la química que tienen es única, todo su cuerpo arde y sus ojos brillan de deseo.

–No sabes cuánto extrañe tenerte así. No puedo vivir lejos tuyo hermosa.– Su corazón late con fuerza cuando siente la calidez de su aliento sobre su cuello desnudo. –Ya no quiero volver a pelear contigo nunca Alai... Perdóname por ser un idiota, por no escucharte, por juzgarte por un pasado del que ambos prometimos no hablar..–

–Y vos perdoname por no haberte dicho quien fue Alex en mí vida desde el principio... Desde ahora no van a existir más secretos entre nosotros, lo prometo.– Sus labios se encuentran nuevamente en un apasionado y anhelante beso.–No sabes cuanto te amo Ali... Lo que siento por ti no lo sentí nunca por nadie.– dice mientras sus besos bajan por su cuello. –Pero creo que deberíamos pelear más seguido... este tipo de reconciliaciones si valen la pena.– Ella suelta una carcajada, y cuando el la besa el deseo comienza a aflorar nuevamente en ambos, mientras las caricias se apoderan de la escena. Ambos quieren más, mucho más, pero el teléfono de Roma comienza a sonar rompiendo el encanto del momento. Lo ignora una vez, pero vuelve a sonar y cuando ve el número escrito en la pantalla la expresión en su rostro cambia. No lo dice con palabras, pero no quiere atender frente a ella. Ali lo nota y no le molesta, sabe lo que significa respetar sus espacios.

–Te veo adentro Roma...– dice sin rodeos, apartándose de él.

–Espera ¿a donde te escapas? No puedes dejarme así.–

–Voy a buscar a Sofía, debe estar preocupara por mí. Cuando termine ven arriba con nosotros, y tal vez terminamos lo que empezamos acá en mí casa...– Es sonríe, la toma por la cintura y le roba un último beso antes de dejarla ir. La puerta que los mantenía aislados de todo el ruido de la música y la gente se abre y la ve perderse en la oscuridad. 
–Al fin, todo vuelve a la normalidad...– Se dice a si mismo con una estúpida sonrisa imborrable de su rostros, pero la sensación de plenitud se esfuma cuando Lucia hace sonar su teléfono una vez más.

...

–Vamos Alai, ¡cuenta todo!– insiste Sofía.

–Arreglamos las cosas, solo eso.– responde reacia a relatar los pormenores de lo ocurrido.

–¡detalles! ¡detalles amiga! ¡Necesito detalles!– Las mejillas de la chica se ponen coloradas cuando las imágenes de lo que acaba de ocurrir con su novio vuelven a su mente. Siente que las manos de Roma sobre su piel aún la queman, que necesita más de él, que es como una jodida adicción.

–Creo que ya lo dijiste todo.– Suelta una ligera carcajada, y Alai aprovecha para cambiar de tema.




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