Audrey
25 de noviembre
Última semana de clases, lo único por lo que seguía asistiendo era por la clase de lenguas y para ver a Max.
Ya se, ya se.
Se que dije que no me gustaba pero a quien voy a engañar, Max desde aquella vez que tomó mi mano y me defendió se volvió eso, el chico de la espada, el escudo y el que ponía su cuerpo para que los demás no lastimaran el mío.
Soy una chica que uso a muchos para llegar a una persona, tengo sexo con muchos chicos, disfruto de mi sexualidad, soy una mitómana, hipócrita, soy todo lo que se dice de mi en la universidad.
Zorra
Perra
Víbora
Arpía
Bruja
Maldita
Hija de Úrsula
Aprendiz de una puta
Esos lindos apodos me los gane en la universidad, poco a poco, no fue por nada, la reputación yo sola me la hice. Primero me acosté con un profesor que tenía esposa, con chicos que tenían novias y novios, he besado labios prohibidos y he disfrutado de cada uno de mis pecados, no soy la niña buena, a la que un hombre pisoteó, destruyó y volvió una perra, no, soy esto porque así lo quise.
Es verdad que perdí mi virginidad en una fiesta y es verdad que eso marco un antes y después en mi vida. La niña tímida se quedó ahí, en las sábanas de una cama desconocida, conocí los placeres de la vida y lo que una mujer con buena táctica de seducción puede conseguir.
La mala reputación me la gane, no lo digo con orgullo, en aquel momento me hacían sentir mal esas miradas fugaces llenas de insultos, las palabras a mis espaldas y lo único que me quedaba era pintar mis labios de rojo, ponerme zapatillas y sonreír, fingir que no te importa.
Borrón y cuenta nueva decían, ¿Cómo lo hacía si me quedaban años en aquel lugar y no tenía pensado dejar de ser yo?
Max era el único chico en toda la universidad que nunca intento meterse entre mis piernas, a pesar de que a tenido la oportunidad de llevarme a su cama no lo ha hecho, la única vez que lo intento no deje que pasará porque el estaba tomado.
Quizá por eso estuve medio enamorada de él.
Pero era demasiado bueno para mí.
¿Nunca les a pasado que conocen a alguien tan bueno, que saben que simplemente ustedes no lo merecen?
No, quizá no, ustedes merecen eso, quizá yo no.
Max merecía una dama y yo era la prostituta, aunque el siempre me trato como una princesa, eso me hacía sentir peor y aún más alejada de él.
–¿Quién está dentro de esa pequeña cabecita rubia? –Max llegó a la mesa en la que estaba, se sentó junto a mi
–Tú –pestañe varias veces, Max sonrió, no me creía, supongo que algo de malo tenía tener tanta mala fama con los hombres y que el conociera la facilidad con la que podía decir mentiras
Que Max supiera que podía mentirle a cualquiera en su cara, verlo a los ojos y decir que lo quería sin sentirlo, ese era un problema porque entonces el no podía creerme cuando le decía que mi corazón podía pertenecerle solo a él.
Lo que el nunca supo es que a él nunca le mentí cuando le dije eso.
–Hermosa mentirosa –me dio un beso sonoro en la mejilla –Te traje un café –¿No era la persona más bella en este mundo?, por eso y más el no era para mi
¿Y su corazón para cuando?
Cierto, nunca.
–Pensaba en que la vida me odia
–¿Ahora que te hizo Dios? –Max dejo sus libros de lado, me prestó toda la atención
–Adivina quién es el hermano mayor de mi linda Lu –sonreí falsamente, Max bebió de mi café por equivocación, me pidió perdón, le reste importancia, tome el vaso y bebí, ese había sido un beso.
Un beso diferente pero al final de la historia un beso.
–¿Bruce?, si es el si estás salada –escuche su risa, golpe su mano y negué
–No, aún peor
–Solo hay dos personas peores que Bruce, el idiota de Oliver y Abel –niego.
–El chico con el que perdí mi virginidad en aquella fiesta a mis diecisiete –Max espera que le diga que es broma, niego para que entienda que no lo es, sus labios se separaron tanto, después de largos segundos se soltó a reír, esto era un mal chiste de la vida y el lo sabía.
Después de perder mi virginidad con Zachary lo único que deseaba más que olvidarlo era no volver a cruzármelo en la calle o en la vida. No le guardaba rencor, pero tampoco se me apetecía verlo de nuevo
–¿Qué dijo cuando te vio?, Dios, no puedo ni imaginar la sorpresa que ambos sintieron cuando se conocieron o bueno, reencontraron, ¿Cómo pasó?, ¿Te reconoció? –Max dejo a un lado sus alimentos, el chisme de mi patética mala suerte le interesaba más que alimentarse bien.
–Mi jefa nos iba a presentar, fue cuando el apareció frente a ella y me llamo irresponsable, entonces su mamá hizo notar mi presencia y el volteo a verme, te juro que casi me voy de frente cuando vi que era el –cubrí mi rostro con ambas manos, Max se moría de la risa, rió tan escandalosamente que llamaba la atención de muchas, algunas sonríen por lo hermoso que se veía y otras me veían mal y seguramente se preguntaban, ¿Qué hace un chico así con una.. loca?
–Entonces su madre, tu jefa, no sabe nada de lo que pasó con ustedes, ni que se conocen –niego repetidas veces.
–No, y es lo último que me gustaría que supiera
–¿Qué pasa si el quiere intentarlo contigo?, quizá lo enamoraste con aquella primera vez –bufe, sabía que Max se estaba burlando de mi.
A él y a una de mis hermanas fueron a las únicas personas que les dije como fue mi primera vez, para ser sincera el era un experto y yo una chica media ebria, dolida y que recuerda poco de lo que pasó aquella noche.
–Imposible, tiene novia –le di un trago al café que me había llevado.
–¿Y?, quizá seas su pequeña aventura secreta –me codeó
–Yo no haría eso –en ese momento quise hacerme la ofendida con sus palabras, pero no podía, por Dios, ya me había metido con dos hombres casados en el pasado.
–A, no trates de engañarme, su novia no es ningún impedimento para ti, tú misma me lo has dicho, los chicos con novia son más excitantes –me guiño un ojo. Odiaba tanto que Max recordara lo que le había dicho después de haberme metido por primera vez con un chico con novia.
Editado: 02.09.2021