Audrey
29 de noviembre.
El día fue pesado, recuerdo que adelante tres proyectos de la próxima semana, ayude a mi madre con las compras, la limpieza en la casa y a mi hermana a la prueba del vestido, fui a trabajar y volví a casa muerta.
No cené, no espere a papá para saludarlo, lo único que hice fue arrastrarme hasta mi habitación y quedarme dormida durante dos horas que pudieron ser más de cuatro si mi celular no hubiera sonado a la una de la madrugada.
Me desperté malhumorada ¿Y quien no?, eran la una, a esa hora una está con Morfeo siendo feliz en el mundo de los sueños.
Al principio me enoje mucho con la persona que me despertó, después maldije a Bruce por llamarme a esa hora y luego solo me quedé callada cuando escuché la voz de David del otro lado.
–¿Hola?. Bueno, habla David un amigo de Bruce, tal vez no te acuerdas de mí pero soy tu vecino, sería raro si no me recuerdas, en fin ese no es el punto –de fondo se escuchaban voces gritando y un chico cantando “por tu maldito amor” –No quiero molestar pero Bruce se pasó de copas y no a dejado de decir que irá a tu casa en cualquier momento si tú no vienes, pensé que no querías un show de él borracho gritando afuera de tu casa entonces te llamaba para eso, para ver si podías venir –bostece, mi habitación estaba a oscuras y las calles igual, si salía a esa hora tendría que ir con la linterna
–No tengo porque ir, nosotros ya terminamos –respondí, escuche una risita de fondo
–Eso lo sé, Bruce ya nos contó, pero en serio sería mejor que tú vinieras, lo calmes y después te vas, mañana ya lo mandas al carajo
–¡Por segunda vez! –grita alguien de fondo, ruedo los ojos, me rasco los ojos y acepto
–Estaré ahí en diez –le avise y terminé la llamada.
Me levanté de la cama, pensé en cambiarme pero para esos años la mayoría de los vecinos ya me había visto en pijama de bellota entonces no perdía nada con ir tal cual.
Ate mi cabello en una coleta alta, baje las escaleras tratando de no hacer ningún ruido, salí de la casa en silencio, no tenía porque preocuparme en realidad, toda mi familia tenía el sueño pesado, ni un temblor los despertaría.
Como David lo dijo, cuando llegue a su casa confirme que Bruce estaba más ebrio de lo que pensé. Los chicos lo estaban cuidando para que no se saliera y manejara de regreso a donde vivía, cuando Bruce me vio fue a abrazarme.
Uno de los momentos más incómodos en mi vida.
El hermano de David fue el que me mostró en que habitación lo podía meter para que se quedará dormido, en ese momento yo no quería estar a solas con mi ex y menos en el estado en el que él se encontraba pero al ver que yo era la única que mandaba sobre él lo hice.
Con un poco de esfuerzos lo lleve hasta la habitación, lo metí en la cama y cuando estuve lista para abandonarla e irme para poder volver a mi cama el tomó mi muñeca y la jalo.
–Dery, perdóname –por un maldito segundo estuve por jalar mi mano y darle un buen golpe en la cara.
¿Cómo se atrevía a llamarme así?, el mejor que nadie sabía que lo odiaba.
–Si, si ya duérmete –preferí ignorarlo, no era momento para que me pusiera a pelear con el, mucho menos después de que lo convencí de ir a la cama
–¿Es por él? –me quedé quieta unos segundos, mire a Bruce
–¿De qué hablas? –el soltó un suspiro, tenía los ojos entrecerrados
–Terminaste conmigo porque estás enamorada de él –murmuro, no sabía si estaba dormido, me incline un poco para asegurarme, como si me hubiera estado viendo todo este tiempo abrió los ojos, me sobresalté –¿Ni siquiera vas a negarlo? –las lágrimas se acumularon en sus ojos, algo dentro de mi se removió, tal vez esa es la famosa culpa
–Ni siquiera sé de quién me esas hablando –acaricie su mano para que de una vez soltara la mía, en el estado que estaba fue vulnerable y lo hizo.
No pasaron más de dos minutos para que volviera a cerrar los ojos, toque un poco su cabello para acomodarlo a un lado, estaba sudando, no me daba asco, nada en el lo hacía.
El tiempo que estuve con el aprendí a quererlo pero no como se debía, solo lo veía como un buen amigo, cuando salíamos nos divertíamos mucho, siempre a una distancia en la que lucíamos más como mejores amigos que novios. En ese momento, en aquella habitación me sentí mal por el tiempo que pasamos juntos y la manera en la que decidí terminarlo
–Perdóname tu a mí Bruce, esa no era la manera en la que teníamos que terminar –me incline para darle un beso en la mejilla –Eres un buen amigo y te quiero, pero no de ese modo –le di otro beso, me levanté de la cama dispuesta a irme pero de nuevo Bruce tomó mi mano, se impulsó y levanto un poco de la cama
–No le gustas y nunca vas a gustarle porque es gay –dijo, fruncí el entrecejo
–¿Quién?
–Por quién me dejaste –no sabía de quién me hablaba. Me volví a sentar en la cama, el soltó mi mano para poder sostener su cuerpo con ambos brazos y poder estar sentado en la cama, tome su rostro entre mis manos
–Bruce, no te deje por nadie, lo nuestro no iba a funcionar porque nos faltaba química como pareja, éramos buenos amigos –acaricie su mejilla con mi pulgar, el sonrió, una lágrima cayó hasta tocar mi dedo, en ese segundo me sentí mal por la manera en la que lo termine –Siempre podrás contar conmigo, ¿Si? –Bruce asintió, los dos sonreímos
–Lo que dije hace unos minutos –soltó un suspiro –No quiero que te lastime Dery, por eso te lo dije –desde que dijo que aquella persona por la que lo termine era gay decidí ignorarlo y cambiar de tema, no quería pensar en nadie en específico
Aunque si Bruce se dio cuenta de algo lo más probable era que me estaba hablando de David.
–¿Cómo puedes estar seguro de que es gay Bruce?, él tiene novia –susurre eso último temiendo que alguien estuviera pegado a la puerta escuchando, mi ex novio se acercó a mí tanto como si fuera a besarme pero paso de largo mis labios, fue directo a mi oído al parecer no era la única que pensaba que alguien estaba detrás de la puerta
Editado: 02.09.2021