Talvez no fui el mejor ser humano, talvez no me porte correctamente, no actué como dictaba la sociedad, aun así merecía tener felicidad, no merecía que mi único rayo de luz fuera arrebato de mis brazos, sin que pudiera hacer nada por detenerlo, solo viendo cómo se desvanecía poco a poco de entre mis brazos ¿Por qué yo tenía que sufrir mientras tú vivías una vida llena de felicidad y dicha?
No podía entenderlo, no importaba cuantas horas lo pensara, me parecía totalmente injusto. Intente quitarte todo para que así sintieras lo que yo sentía, pero tú siempre sonreías y ahora me doy cuenta de mi error, de que debí deshacerme de ella desde el comienzo.
Pero no volveré a cometer el mismo error. Te la quitare y solo entonces tu entenderás todo mi sufrimiento.
No importa que tanto luches por protegerla.
No importa a donde vayas.
Incluso si vas a los confines de la tierra.
Los encontrare.
Los encontrare y la destruiré, destruiré su pequeña y frágil alma, entonces cuando sea completamente manipulable, me la llevare.
Hoy te lo prometo.
Desde lo más profundo de mi podrido y destruido corazón, juro que incluso desde los confines de la tierra y sin importa cuánto tiempo me tome hacerlo.
Yo.
Te la arrebatare.
Y nadie podrá detenerme.
Gabriel se levantó de golpe a mitad de la noche, dándose cuenta de que todo había sido un sueño, un sueño que no lograba recordar con claridad y mientras más pensaba en lo que había sucedido más difuso se volvía, sintiéndose sudoroso se levantó con cuidado de su cama y se situó frente a la ventana, abriéndola dejo que el frio aire de la noche lo refrescara.
Solo había sido