Amalia

Capitulo 3

Amalia, nueve años de edad.

Palacio del Sur.

Hoy estaba de luto, mi  vestido negro había tenido mejor vida pero era lo único bonito en mi bolsa de ropa. Baje silenciosamente, los sirvientes se había retirado al palacio para festejar con el reino. De puntillas, tomé el pan recien horneado y lo envolví en una servilleta y salí hacia el bosque, donde podía apreciar lo hermosa que era la luna. Lo sentí, mi poder; cada paso que me acercaba me sentía más fuerte.

-Aquí estoy, luna - me senté en el pasto y agradecí por el pan.

Pude sentir su mirada, deje que mi mirada se deslizara del pan y se concentrará en el hermoso animal que se escondía en el bosque. Un zorro blanco y hermoso con ojos plateados.

- ¿Tienes hambre, amiguito? - le sonreí y se acerco un poco más.

Parti la rodaja de pan recién horneado y lo puse encimad de la servilleta.

- Acompañé, por favor. No es realmente un pastel de cumpleados, ni un gran filete pero es suficiento y estoy feliz de compartirlo contigo - el zorro, se poso frente a mi y me miro como si esperará algo .- Oh, feliz cumpleaños. Te amo, mami -. disimule que apagaba una vela y el zorro simplemente me miro, le sonrié y le hice un gesto para que comenzaramos a disfrutar del pan.

La fresca brisa de la noche, hizo que empezará a temblar; el zorro se pego a mi costado con su peluda cola, me rodea para cubrirme del frío y así me quede dormida. Con mi poder rodeandonos y la luz de la luna, iluminanando nuestra oscura noche.

Un grito femeninos hizo me sobresaltara, cayendome de la cama.

¿Cama?

- ¿Como llegue?

- ¡Mocosaaaa!

Baje corriendo hacia el sonido de la vieja bruja, llamandome desde la cocina.

Solté un grito por el golpe, cayendo desde los diez escalanos que faltaban, me mordi el labio tratando de aguantar el dolor que recorria mi pequeño cuerpo.

- ¡Fuiste demasiado ruda! El rey se enojará

- ¿Hablas de mi padre? Él la odia por ser la viva imagen de la mujer que lo engañó ¿Porque piensas que vive así? Como la rata podrida que es.

Quise gritarle que por lo menos mi madre era de sangre real y la suya solo Dios sabe de donde pero me reprimí.

- Hora de darte una lección para que recuerdes cual es tu lugar, ha pasado mucho tiempo ¿No? -. Me estremeci al sentir su aliento a un lado de mi mejilla.

Solo escuche su risa chillonada y me deje llevar por el dolor y agotamiento.




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