Amor no correspondido

CAPÍTULO 4

CAPÍTULO 4

Toda esta semana he estado evitando a mi familia. Ya tenía todo planeado: dejé en orden todo en mi trabajo y solicité unos meses de vacaciones. Mi plan es irme este fin de semana. La única que sabe a dónde voy es Layla. Un día antes de mi viaje tenía pensado decirle a mi familia que me iría. Aún me encuentro conmocionada por la noticia, pero cada vez que lo pienso más, me emociona el hecho de que, a pesar de que mi amor no será correspondido por Alessandro, una parte de él me amará toda la vida. He pensado en decirle muchas veces, quise contactarlo esta semana, pero no responde a mis mensajes ni llamadas. Desistí de la idea, sabiendo que no quiere saber de mí por el momento, y lo respeto. Una vez nazcan los bebés, le haré saber su paternidad. Si no los acepta, no me quedará más que alejarlo de nosotros para siempre, pero nunca se lo voy a perdonar.

Escucho que tocan la puerta, me levanto de la cama y me encamino a abrir. Últimamente me siento muy cansada.

— Mamá, ¿qué haces aquí? — me sorprende verla.

— ¿Esa es la forma de saludar a tu madre? — me regaña.

— Lo siento, ¿cómo estás, mamá?

— Estaría bien si alguno de mis hijos al menos se dignara a hablarme.

— Mi hermano no te ha estado llamando — pregunto, eso es muy extraño en él.

— No, él y tu abuelo han estado muy extraños últimamente, pero no he venido a hablar de ellos — nos sentamos en la sala. — ¿Por qué has estado evitándonos, hija?

— ¿Por qué crees que te he estado evitando, madre? Solo he estado cansada — digo, desviando la mirada.

— Te conozco, cariño. A pesar de que no te lleves bien con tu hermano, siempre lo has apoyado — responde, tomando mi mano. — Este lunes era su fiesta de compromiso. Te estuvimos esperando, pero solo enviaste a Layla a disculparte y ella tampoco estuvo presente.

— Dudo mucho que a mi hermano le haya importado si asistía o no — respondo, sirviéndome un pedazo de pastel de naranja. — Además, no me apetecía ver la cara de la prometida de Noah. Sabes que es muy insoportable, al igual que su amiga.

— Sé que Pia no es de tu agrado. Créeme que del mío tampoco, nadie que quiera dañar a mis hijos lo es. He visto cómo ella y Corinna te tratan, pero sabes que solo nos queda apoyar las decisiones de tu hermano — asiento, por lo menos desvío su atención.

— Lo sé, mamá. Lamento no haber asistido — respondo abrazándola. — Tenía pensado ir el día viernes para comentarles algo.

— ¿Conociste a un chico? — mi madre a lo largo de mi vida me ha presentado a muchos prospectos de su futuro yerno, la mayoría hijos de sus amigas.

— No, madre, es otra cosa — respondo, recogiendo todo y limpiando. — Tenía pensado tomarme unas vacaciones — le digo con sutileza.

— ¿Vacaciones? ¿Te encuentras bien, hija?

— Sí, solo pensé que ya era momento. Ya sabes lo que una vez me sugeriste: relajarme — respondo con sarcasmo.

— Bueno, me parece bien. Llevas tiempo trabajando duro. Ya era hora — dice. Mamá siempre nos dice que después de un largo trabajo siempre tienes que tomarte un descanso. Cuando ella era universitaria, se había enfrascado tanto en sus estudios y tenía tanta presión que le dio el conocido burnout, una enfermedad que agota mental y físicamente. Por eso, mamá siempre trata de aminorar nuestra carga de alguna forma.

— Gracias, mami. Ya tengo todo listo, voy a estar en un crucero — es lo único que se me ocurre decir.

— Un crucero, qué emocionante. Tenía pensado ir con tu padre para nuestro aniversario, pero lo cancelé. Hay mucho en la empresa ahora que tu hermano va a tomar el cargo — me empieza a contar, y así nos pasamos todo el día.

(...)

Llego a la mansión y no puedo estar más nerviosa. Dios, espero que me vaya bien. Sé que cuando se enteren de que escondí mi embarazo se van a molestar conmigo, pero esto es lo mejor para mis hijos. Me dicen que me están esperando en la sala. Me encamino y, cuando ingreso, me encuentro con todos allí: mis padres, mi hermano y su prometida, el abuelo, Alessandro y su familia. Saludo a todos con nervios y tomo asiento.

Empiezan a hablar entre ellos y yo no puedo estar más incómoda, siento la mirada de Alessandro en mí.

— Bueno, ya que todos estamos aquí, quiero decirles que los cité a todos, ya que hay algo importante que discutir — empieza a hablar mi abuelo. Tomo un poco de agua para calmarme.

— Como sabrán, mi nieto muy pronto va a tomar el mando de la empresa, una responsabilidad muy grande — todos miramos al abuelo de Alessandro, un hombre que, a pesar de su edad, es muy apuesto. Es muy amigo de mi abuelo. — Desde muy pequeño le hemos enseñado a ser responsable de sus actos.

— Es por eso que hoy le exigimos que se haga responsable de mi nieta — todos posan su mirada en mí, y yo no sé qué hacer.

— Abuelo, por favor — le ruego, al parecer él ya se enteró.

— Tranquila, cariño, que tu abuelo tiene razón. Mi nieto tiene que hacerse responsable de ti y de tus hijos — todos se quedan en shock. El primero en reaccionar es mi padre.

— Papá, ¿de qué están hablando? ¿Cómo que Rouse está embarazada? — me mira y después desvía la mirada hacia Alessandro, que se encuentra pálido.

— Me enteré hace poco. Al parecer, ellos pasaron una noche juntos y de esa noche mi nieta resultó embarazada.

— Eso es mentira — grita Sandro. — No sé qué les haya contado ella, pero así no sucedieron las cosas.

— ¿Lo vas a negar? Tengo testigos que te vieron salir del cuarto donde mi nieta descansaba.

— Abuelo, seguro todo es un malentendido. Sabes que Alessandro está comprometido con otra mujer. Él sería incapaz de serle infiel a Corinna.

— Estoy seguro — responde el abuelo, mostrando una foto en la que se le ve a Alessandro salir de la habitación y posteriormente a mí. — Lo ven. Además, la recepcionista me informó que pasaron toda la noche juntos. Después de ese día he estado al pendiente de mi nieta y no ha salido con ningún otro hombre.



#6582 en Novela romántica
#1642 en Chick lit

En el texto hay: embarazo, celos drama, dolor amor

Editado: 02.09.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.