Amor no correspondido

CAPÍTULO 5

CAPÍTULO 5

La tensión en la cocina es palpable. Mi madre, aunque intentó mantener la calma, no puede ocultar su preocupación. Aún siento el peso de la confrontación que acabamos de vivir. Las palabras de Pia, la furia de Noah, y la decisión de mi madre de echarla de la casa resuenan en mi mente.

— Estoy bien, mamá — le digo, secándome las lágrimas con el dorso de la mano. — Solo necesito un momento para procesar todo esto.

Mi madre me abraza, y siento el calor y la seguridad de su abrazo. Ella siempre ha sido mi refugio en momentos difíciles. Mientras me acaricia la espalda, mi mente divaga sobre el futuro y las decisiones que debo tomar.

— ¿Qué vas a hacer ahora? — me pregunta, rompiendo el silencio.

— No estoy segura. Necesito encontrar un lugar tranquilo donde pueda pensar con claridad. Y también quiero asegurarme de que mis hijos estén bien.

Me siento muy abrumada por la magnitud de la situación. Mientras mi madre sigue hablándome, el abuelo, con la autoridad que siempre lo había caracterizado, se levantó de su asiento. Con la firmeza de alguien que no acepta resistencia, empezó a hablar.

— He tomado una decisión. — Su voz era clara y decidida, haciendo que todos los presentes se quedaran en silencio. — Mi nieta está embarazada de Alessandro, y como cabeza de la familia, es mi responsabilidad asegurar que los valores de honor y compromiso se mantengan.

Alessandro, visiblemente molesto, se puso de pie, enfrentando a mi abuelo con una expresión de furia.

— ¡Esto es absurdo! — exclamó. — No tengo intención de casarme con Rouse. No me voy a ver obligado a aceptar algo que no quiero.

— ¡Basta! — La voz de su abuelo cortó el aire. — No te estamos pidiendo tu opinión. Tienes que responder por tus actos muchacho. Es la única manera de asegurar que estos niños tengan un hogar estable.

— Abuelo, por favor — intenté intervenir, con lágrimas en los ojos. — No quiero casarme con Alessandro bajo estas circunstancias. No quiero ser forzada a nada.

— La decisión está tomada, Rouse — mi abuelo insistió. —. Ambos deberán cumplir con este compromiso cariño, no puedo permitir qué se burlen de ti de esta forma, utilizándote una noche y después. Ya he hablado con el abogado para que prepare los documentos necesarios.

Alessandro parecía estar luchando con sus emociones. Se volvió hacia mí con una mirada llena de odio y desprecio.

— Esto no termina aquí — dijo, su voz cargada de resentimiento. — Haré lo que se espera de mí por ahora, pero esto no significa que te perdonaré.

Mi corazón se hundió al escuchar su tono. Las palabras de Alessandro resonaron en mi mente, llenándome de un dolor inmenso. No solo estaba enfrentando la situación de tener que casarme con alguien que me odiaba, sino que también sabía que este matrimonio no iba a ser una solución feliz.

Todos se retiraron dejándome sola junta a mi madre.

— ¿Cómo pudo tomar una decisión así? — pregunté, desconsolada.

— Tu abuelo solo está buscando lo mejor para ti, cariño — intentó explicarme. — Sé que no estás de acuerdo, voy a tratar de convencerlo, pero sé que tu padre lo apoyará en su decisión.

Asentí, y ella me guió a mi antigua habitación. Me acostó y me dijo que descansara. Salió dejándome en la cama. Me acurruqué y, por un momento, me permití olvidarlo todo, cerrando mis ojos.

Alessandro D'angelo

Desde que tengo memoria, mi vida ha estado marcada por un constante esfuerzo por cumplir con las expectativas de mi familia. Crecí bajo la sombra de un imperio empresarial que mi abuelo construyó desde cero. Mi infancia estuvo llena de momentos en los que debía aprender sobre negocios y responsabilidad, y mi padre siempre estaba a mi lado para asegurarse de que siguiera el camino correcto.

A lo largo de mi niñez, Noah y yo éramos inseparables. Las familias Moretti y D'Angelo siempre han estado muy unidas, así que crecí junto a mi amigo hasta que llegó Rouse. Cuando la conocí, era apenas una pequeña bebé regordeta y muy vivaz, siempre pegada al lado de su padre. Cuando la esposa del patriarca de los Moretti falleció, cada uno se enfrascó en su dolor, y el día de su entierro olvidaron a Rouse. Quise acercarme cuando la vi llorar buscando a sus padres, pero fue ella la que vino a mí en cuanto me reconoció. Nos encontraron tiempo después, y nuestros padres, al igual que los de ella, estaban preocupados. Se disculparon conmigo, pero lo que no sabían era que yo me había escapado en cuanto la vi sola en ese lugar. Después de eso, ella empezó a formar parte de nuestras vidas.

No dejábamos que ningún niño se le acercara; Noah era muy celoso con su hermanita. Al principio, fue difícil volver a acercarme a ella porque su hermano no me dejaba, pero cuando ella le contó que yo fui quien la cuidó cuando se perdió, bajó la guardia. A medida que crecíamos, sentí una atracción por la pequeña Moretti. Ella era muy dulce, decidida, pero sobre todo, sobresalía por encima de cualquiera. Cuando entraba a un lugar, era como si no existiera nadie más en el mundo, en mi mundo.

Pero todo eso cambió en cuanto su hermano y yo fuimos a la universidad. Mi enfoque cambió, conocí a muchas personas que me hicieron ver que había otro mundo además del nuestro. Me enfoqué en mis estudios y en las responsabilidades que venían como el primogénito de mi familia, lo cual hizo que mi vida universitaria se volviera un torbellino de nuevas experiencias y desafíos. Noah, al igual que yo, también llevaba una carga enorme, ya que él también heredaría la empresa de su familia.

Fue en este proceso que conocimos a Corinna. Ella apareció en nuestras vidas como un soplo de aire fresco, una estudiante que no encajaba del todo en el mundo de élite que frecuentábamos, pero que, sin embargo, poseía una fuerza y autenticidad innegables. Recuerdo claramente el día que la conocimos: una noche en que nos encontrábamos en un café cerca de la universidad, tratando de despejarnos de nuestras rutinas agobiantes. Ella estaba sentada sola en una mesa, rodeada de libros y apuntes, con una expresión de concentración que contrastaba con la atmósfera relajada del lugar. Noah, siempre el más atrevido, se acercó a ella con la intención de hacer una nueva amiga y, quizás, encontrar alguna compañía interesante para la noche. Corinna nos recibió con una sonrisa sincera, y a pesar de la diferencia de mundos, nos llevamos bien de inmediato. La conexión con Corinna se hizo más profunda a medida que la conocíamos y entendíamos sus luchas personales, al igual que ella las nuestras. La admiramos y queremos mucho desde entonces.



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En el texto hay: embarazo, celos drama, dolor amor

Editado: 02.09.2024

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