Bailando Hacia Ti (colección: Cde #1)

Capítulo VII

Lamentablemente soy demasiado lenta en retroceder y escapar, porque Cristian levanta la mirada y me observa. Se ve increíblemente feliz, cosa que asocio automáticamente con la chica a su lado, aquello hizo que me sintiera traicionada, lo cual es estúpido.

Él avanza hacia mí con tanta rapidez que no puedo seguir retrocediendo, y me toma de la cintura para atraerme a él, abrazándome con fuerza.

No estoy acostumbrada al gesto y me siento algo incómoda al sentir su pecho, algo que me habían dicho no debería permitir por «lo de los pechos». Pero como Cristian, quien es mucho más sociable que yo, lo hace siempre que puede… debe de ser normal.

Dudo, pero levanto las manos lentamente, para colocarlas sobre sus hombros, en un patético intento de devolver el gesto.

Casi puedo jurar que siento cómo su corazón se acelera.

──Pensé que no vendrías ──murmura.

──Me sentí mal por dejarte solo, pero estoy más tranquila ahora que veo que no es así.

──Me siento mejor porque estás aquí ──mientras dice eso, su cabeza se apoya contra la mía.

Balbuceo sin poder evitarlo.

──Bueno, pues aquí estoy, pero creo que será mejor que me vaya.

──Quédate, déjame presentarte ──pide mientras me estrecha por completo──. Ya conoces a Mario, aunque no he podido presentártelo directamente. Y los demás…

Aquello hace que me aparte del abrazo.

──No creo que eso sea buena idea…

──¿Por qué no?

──Porque yo…

No soy tan agradable, tan graciosa, simpática o sociable.

Él parece entender mis nervios.

──No tienes que preocuparte por nada, ellos…

──Mejor me voy. ──La chica, quien me observa con cierta felicidad que me parece curiosa, es más alta que yo, tiene una sonrisa radiante y una hermosa melena color cobrizo. Todo eso me intimida demasiado──. Ella te está esperando.

Volteo horrorizada por mis palabras, no entiendo por qué había dicho eso. Ahora él pensará que estoy celosa, y si estoy celosa le pareceré que soy una ridícula, y si soy una ridícula ya no querrá estar más conmigo como amigos porque soy tan nefasta en el contacto humano que ni siquiera sé cómo hacer amigos.

Comienzo a correr llena de pánico ante mis propios pensamientos, queriendo que la tierra me tragara de una buena vez, para no alargar más mi sufrimiento.

¿Por qué cada vez que abro la boca salen puras estupideces?

***

Llego a la universidad más temprano de lo normal, solo para no encontrarme con él y poder esconderme como la cobarde que soy. Voy de puntillas en dirección a mi aula cuando de pronto alguien me toma de la muñeca, arrastrándome al mismo salón oscuro y solitario de la última vez.

Ver a Cristian hace que sienta nervios al recordar lo de ayer.

Bajo la mirada, incapaz de verlo tanto tiempo a los ojos.

──¿Por qué te quieres esconder de mí?

──No me escondo.

──¿Ah no? ──inquiere──. Ayer huiste de mí e ignoraste mis mensajes.

──Lo lamento estaba ocupada.

Veo de reojo cómo se cruza de brazos frente a mí, resaltando ciertos músculos en sus brazos. Notar aquello hace que mi rostro se caliente y agradezco enormemente tener la mirada baja.

──¿Por qué huiste? ──vuelve a preguntar.

Retrocedo.

──La verdad es que no creí caerles bien.

──Eso no lo sabes ──dice con suavidad──. Por ejemplo, Mario quiere conocerte. Aunque no me guste mucho la idea… lo cierto es que también me da algo de ilusión.

──¿Por qué no te gusta mucho la idea?

Suspira.

──Es un idiota ──murmura en una queja.

Vaya.

Aun así, pensándolo bien…

──¿Ese era tu plan desde un principio? ──indago, viéndolo al rostro por fin──. ¿Llevarme allí para forzarme a conocer personas cuando sabes que eso me aterra?

Él niega con la cabeza repetidas veces.

──No, claro que no ──asegura.

──Entonces…

──Dijiste que no irías, y ellos estaban cerca, además ellos…

──Quedé como una tonta ──me quejo en voz baja.

Él intenta acercarse, pero yo me alejo.

──Claro que no.

──Claro que sí, tu novia…

Enrojezco cuando me doy cuenta de lo que dije, si alguien es profesional en hacer un suicidio social, soy yo.

──¿Mi novia? ──cuestiona con completa confusión. Veo cómo claramente ata los cabos y lo comprende todo──. A ella no le molesta, quería conocerte.

Siento un profundo dolor al recibir esa confirmación, por supuesto que tiene novia, es tonto pensar lo contrario. ¿Cómo alguien tan tierno y dulce no tendría novia?




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