Bailando Hacia Ti (colección: Cde #1)

Capítulo IX

Me le quedo viendo por varios segundos, o hasta minutos, en completo silencio. Procesando sus palabras e intentando entender su significado, esperando encontrar algo mucho más profundo cuando el verdadero significado está a flote y a simple vista.

Al entenderlo, me alejo algo perturbada.

──¿Te besaste con tu prima? ──pregunto, incrédula.

──¡No! ──Me relajo──. Bueno, si…

Comienzo a caminar de nuevo para alejarme.

──¡E-espera! ──Se detiene enfrente de mí, con las mejillas incendiadas en un profundo rojo──. Puedo explicarlo.

Lo veo algo dudosa entre si debía escucharlo o no.

Suspiro.

──Adelante.

──Ella… sí, fue mi primer beso ──admite con profunda vergüenza──. Fue algo tonto, tenía trece años y ella doce. Nuestros primos mayores se reían de nosotros por no haber dado nuestro primer beso y ella se acercó a mí y lo hizo. No fue nada… descarado, estaba tan sorprendido que me paralicé. Y luego ambos nos dimos cuenta de que nos equivocamos, tuvimos que jurar entre todos guardar ese secreto.

Yo solo lo miro, sintiéndome algo extraña e incómoda ante todo lo que me cuenta.

──¿En secreto?

──Obviamente nadie de la familia lo sabe, por lo que, por favor… no lo menciones.

Me sonrojo al imaginarme conociendo su familia.

──De acuerdo ──prometo.

──Tampoco le digas a May que te lo conté ──pide con más vergüenza──. Ella lo tiene catalogado como uno de los peores errores de su vida, eso me ofende, pero puedo entenderla.

Aprieto los labios, conteniendo una sonrisa.

Entonces, muchas dudas surgen.

──¿Entonces por qué te molestó tanto que estuviera cerca de Mario aquel día? ──le pregunto con completa curiosidad.

Cristian entorna los ojos al recordarlo.

──Mario… es un mujeriego. ──Alzo las cejas──. Desde un tiempo para acá, se ha desatado. Pasa de una chica a otra con bastante facilidad, ni loco dejaré que se le acerque a May. No quiero que la lastime con sus locuras, aunque ella es igual de loca. Solo… quiero cuidarla. Y a Mario le encanta provocarme siempre que puede.

Ahora entiendo por qué Cristian siempre le pega en la cabeza, me conmueve su sentido de protección hacia May.

──Sigo sin entender cómo es que son amigos ──murmuro.

Él sonríe con cierta nostalgia.

──Tenemos… un historial particular. ──Parece escoger con cuidado sus palabras, algo me dice que hay algo bastante complicado que él no quiere contar──. Él no siempre fue así, solo… bueno, no puedo hablarte de eso. Es su privacidad y…

──Tranquilo. ──le interrumpo. Él suspira, aliviado.

──Es buena persona ──me asegura──. A pesar de todo, es buena persona. Pero May es un límite que le dejé muy claro.

Vaya…

──¿Cómo sabes que es buena persona?

Lo piensa unos segundos.

──Es protector y bastante sentimental, solo que lo esconde detrás de bromas. Cuando lo conozcas, lo entenderás. ──Cristian observa el camino hacia mi casa y vuelve a verme──. ¿Puedo seguir acompañándote?

Sonrío un poco.

──Claro.

Me ofrece su mano con timidez, y luego de unos segundos, la acepto. Ese toque se sintió… cálido. Un roce de lo más suave. Mi rostro se enciende cuando sus dedos se entrelazan con los míos.

Seguimos avanzando, más tranquilos que momentos atrás.

──Si me dices que no es nada de… eso, ¿por qué me dijiste que era tu novia?

──Yo nunca dije eso.

──Claro que sí ──gruño.

──No, tú me dijiste que era mi novia, yo solo no te dije nada para negarlo. ──Me aparto de él y vuelvo a golpearlo con el bolso antes de retomar el camino con más rapidez, llegando al límite de siempre. Cristian me sigue de cerca disculpándose entre risas──. De verdad lo siento.

──¿Estás loco? ¿Por qué me dejas creer que tu prima es tu novia?

──¿Te molestó?

──Claro que sí, ¿sabes la vergüenza que siento al saber que estaba celosa de tu prima todo este tiempo?

Entonces, cuando él retoma su expresión triunfal, tapo mi boca con ambas manos, percatándome de lo que acabo de confesar.

¡Carajo!

Él duda, pero se acerca a mí colocando ambas manos sobre mis mejillas, tocando con suavidad el intenso rojo sobre estas. Aquello me roba la respiración, sentir su toque tan suave sobre mi piel hizo que me paralizara ante lo mucho que me gustó.

Aquella sensación crece cuando sus dedos acarician la zona de la muela afectada.

──Por esto mismo quería que pensaras que es mi novia ──admite.

Separo un poco mis manos que están sobre mi boca para poder hablar.

──¿Cómo dices?

──Quería saber… si tú también sentías lo mismo por mí, May aceptó ayudarme. Porque ella al vernos aquel día en el parque supo de inmediato lo que yo siento por ti.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.