Axel Dumont
La oscuridad nos rodeaba
Era una noche de tormenta , la lluvia caía como piedras en el techo de la casa, los truenos me hacían temblar y los gritos de mi madre me ponían aún más nervioso
Estábamos en medio del bosque en una pequeña casa, nos mudamos aquí cuando mamá dijo que estaba embarazada
Ya habían pasado 9 meses y mamá estaba dando a luz, papá la estaba ayudando con el parto, yo y mi hermano estamos más nerviosos que nunca
Ese bebé no podía elegir mejor noche para nacer
La electricidad se cortó en cuanto empezó la tormenta, papá se llevó todas las velas a su cuarto, para recibir al bebé
El aire gélido nos helo la sangre no podíamos dejar de temblar, mi hermano estaba abrazado a mi cintura mientras yo frotaba mi mano en su espalda, para ver si entraba en calor, el pobre se estaba congelando, ya tenía los labios morados
Apenas podía ver gracias al destello que aparecía siempre antes de escuchar el rayo
Debería buscar sábanas pero tengo miedo de moverme y perder a Alex, la oscuridad nos rodea y no quiero soltarlo, se asustaría más
No puedo creer que papá nos dejó sin una sola vela y en medio de la oscuridad, bastardo, el sabe muy bien que Alex le tiene miedo a la oscuridad
—AH!!!— vuelve a gritar mi madre
Y Alex llora aferrado de mi cintura, negándose a soltarme, dudo que durmamos bien después de esto, es como una película de terror
Más y más gritos de nuestra madre, nos hacen temblar, y sin darme cuenta también estoy llorando
Los truenos se vuelven cada vez más fuertes y los destellos más brillantes, uno en específico cae en frente de la ventana, ahogando por un instante los gritos de mamá, Alex da un grita tan fuerte que tengo que taparme los oídos, esto es demasiado, demasiado
Sin muchos sonidos, estoy a punto de perder la poco calma que en quedaba, si esto sigue así voy a colapsar
De repente los gritos de mamá se detienen, y son reemplazados por el suave llanto de un bebé
Una chispa de emoción hace que mi respiración y los latidos de mi corazon, ya de por sí muy alterados, muy lentamente se calmen
El llanto del bebé, es como música para mis oídos, y hacen latir mi corazón de alegría
Sacudo a Alex quien sigue temblando
—Escuchas eso— le digo en un susurro, el intenta quitar su atención de la tormenta para entender que sucede, otro rayo cae en la ventana y el destello ilumina nuestros rostros, sus ojos cafés tienen una chispa de alegría y calma, no deja de temblar, pero su expresión de pánico es reemplazada por una de alegría
La tormenta continúa pero nosotros solo podemos escuchar el suave llanto de la bebé
—Si es niño se llamará Ronaldo— rio sin poder evitarlo, Alex está obsesionado con ese hombre, y bueno, quien no
—Ok, pero si es niña se llamará Alicia— mi hermano levanta la cara para verme, una enorme sonrisa danza en sus labios
—como Alicia en el país de las maravillas, me gusta— él sin soltarme levanta su mano hasta mi hombro, siempre hace eso cuando quiere que lo cargue, y eso hago, voy con mi hermano en brazos al mueble más cercano y me siento en el
Ambos esperamos pacientemente la llegada del bebé
A las horas la tormenta acaba y solo cae una ligera llovizna, de esas que te provocan tomarte un café y leer un buen libro, Alex me abraza con fuerza y deja un beso en mi mejilla, está asustado pero puede notar que también tengo miedo
Mi hermanito siempre a sido muy cariñoso
Un rato después puedo ver cómo empieza a amanecer
El cielo estaba negro y sin estrellas, las nubes grises lo cubrían todo
Ahora el cielo se tinta de colores entre naranjas, rosas y amarillos
El frío nocturno lentamente el reemplazado por la calidez del nuevo día
No hay sonido alguno, Alex hace como una hora se quedó dormido, mamá dejo de gritar, el bebé dejo de llorar, solo se escuchan las fuertes respiraciones de mi padre y los sonoros latidos de mi corazon
Hasta que por fin abré la puerta, el sostiene en sus brazos al bebé en una cobija blanca con unas manchas de sangre
—Es una niña— susurra, los latidos de mi corazon y mi respiración se aceleran y agitó a Alex, tiene que estar despierto esto es importante
Mi hermano se queja pero se queda petrificado cuando ve a papá con nuestra hermanita
—Estoy muy cansado, Axel, crees que podrías cuidar a tus hermanos mientras duermo un poco— acepto sin dudar y Alex se aparta de mi en cuanto papá se acerca a dejar a la pequeña criatura en mis brazos
Es más hermosa de lo que pude imaginar, tiene unos grandes ojos negros que están abiertos de par en par, una piel rosada que se que con un buen baño de agua tibia se pondrá blanca, unos bonitos mechones negros adornan su pequeña cabecita, su mirada es hipnotizante y curiosa, Alex y yo estamos igual de encantados
Ella es una pequeña princesita y nosotros desde ahora seremos son fieles caballeros
—Bienvenida pequeña Alicia Dumont, te queda perfecto ese nombre— una sonrisa danza en su pequeña carita y juro que voy a morir de ternura
—De ahora en adelante seremos tus esclavos, Alicia, siempre estaremos a tu disposición, siempre— jura Alex a mi lado
Y no puedo contradecirlo, porque ella es tan pequeña que mataría al desgraciado que la tocará, y me quitaría la comida de la boca para que ella pudiera tener el estómago lleno
Ella desde ahora es nuestra reina y la trataremos como tal
Mi pequeña hermanita Alicia