Belong

Capítulo 1

 


Capítulo 1

Esta es mi historia ....

Te contaré cosas o secretos que pocas son las personas que conocen mi pasado aunque siempre habrá algún chisme rondando por ahí pero ellos tienen miedo de esparcirlo porque aun le tienen aprecio a sus vidas.

No solo cambió mi nombre sino también mi manera de ver la vida y enfrentar el peligro.

Nací en un mundo diferente al que los niños de mi edad conocen, crecí aprendiendo sobre ambos mundos.

Mi familia pertenecía a las mafias de segundo rango, un sistema que se regía por clanes que tenían el nombre de los puntos cardinales. El Clan Satori pertenecía al clan del Este, imagino que mi maestro en algún momento me explico sobre la historia de los clanes y seré sincero en aquella época era un niño que prefería jugar a la consola.

Nuestra familia se caracterizaba por seguir las tradiciones de nuestro clan así como las de nuestro país. Digamos que de cierta manera mi tía Aiko rompió el patrón ya que ella se casó con el actual jefe Lenkov, esa será otra historia...

Aunque fuera un poco tarde para mí comprendí las razones por las cuales mi abuela insistió tanto en que aprendiera sobre nuestra historia, porque años más tarde solo quedaba yo para recordarla como el último Satori. No me malinterpretes, no estoy haciendo menos a Gianna ni a Irina solo digo que mi preparación fue la de un Heredero .. Y además ellas pertenecen a otro clan, un clan al que ahora pertenezco.

Μe acostumbre a estar rodeado de escoltas y que alguno de ellos jugara conmigo ya que era difícil para mí ser el único hijo varón ya que tenía dos hermanas Azami y Kyomi.

Mi abuelo, Kenji Satori, era el jefe del clan que poco a poco cedió poder a mi padre para que se ocupara de los asuntos del clan mientras el abuelo se ocupaba de mi entrenamiento y educación ya que era un heredero, de su legado sangre de su sangre.

A mi corta edad no tenía un amplio conocimiento sobre el negocio familiar y a medida que fui creciendo entendí lo poco que mi padre me explicaba. También hay que ser razonables: un niño de 10 años no entiende términos tan extravagantes.

Mis hermanas y yo asistimos a las escuelas de renombre de Tokyo ; si eso no fuera suficiente contábamos con tutores en idiomas. Una vez escuche a mis abuelos decir que tenemos familia en Rusia, la cual conocía por fotos, asi que pense que seria buena idea asi podria ir a visitar a Hanae, o mejor conocida como Irina Lenkov.

Años más tarde en la escuela aprendí algo « todo imperio llega a su punto culminante pero este en algún momento también entra en decadencia súbita »

Aún recuerdo ese día ya que al parecer se había quedado grabado en mi memoria.

Mi vida dio un giro inesperado como si esa noche fría que calaba los huesos estuviera anticipando lo que sucedería horas más tarde.

Hombres vestidos de negro entraron a la casa de invierno de la familia los gritos llenos de miedo se hicieron presentes. Ahora que lo pienso si no me hubiera separado de mi madre, hermanas y la abuela pero por alguna razón eso no sucedió. Mi padre me había mostrado un escondite que solamente los dos conocíamos así que fui hasta allí tratando de que el enemigo no me viera.

Intentaba concentrarme en los latidos de mi corazón para bloquear los disparos que provenían de fuera.

Unos pequeños toques en la puerta de madera se escucharon, se trataba de la contraseña, eso solo significaba que mi padre venía a por mi.

— Pequeño dragón – esa era la voz de mi padre – seré breve. Quédate aquí, no salgas hasta que venga a buscarte e iremos a buscar a los demás.

Ni siquiera su voz se escuchaba molesta ,cumplí su orden así que esperé por horas o quizás minutos.

El silencio reinó por unos instantes hasta que de nuevo escuche los golpecitos, sentí alegría pero él no era mi padre sino era el jefe Vittore. Tenía manchas oscuras en su camisa, lo que más tarde comprendí era sangre.

— Jefe Vittore – salude.

— Ryu, buscaré a los demás – parecía una promesa – Caesar cuidara de ti mientras vuelvo.

Bruno Vittore era el mejor amigo de mi padre así que podía confiar en él únicamente. Lo único que tenía que hacer era esperar hasta reunirme con mi familia.

El olor a sangre era notorio en el ambiente al igual esta le daba un color diferente a la nieve.La gente del jefe Vitore me llevó a otro lugar en el camino pude reconocer los cuerpos de los guardaespaldas y tenía la impresión de que desconocía la casa.

Las horas pasaron sin novedades y estas horas se convirtieron en exactamente dos días. Ni mi padre ni mi familia nunca regresaron. Mi padre no logró cumplir su promesa. Una noche descubrí la razón.

— Las camionetas se salieron del camino de tierra – uno de los hombres de Bruno informó – Lo sentimos, jefe.

Ese día asumí que debía comportarme como un niño grande y valiente.

El jefe Vittore me llamó a su despacho para anunciarme la noticia, él parecía triste e incluso me abrazó ; creo que fue de las pocas veces que lloraba frente a un desconocido.

No hubo funeral para despedir al jefe Kenji Satori ni a su familia, en cambio solo fue una ceremonia sencilla con las familias del Consejo Satori para honrar su memoria ; cada paso que daba tenía a alguien del clan Vittore.

Durante un mes estuve bajo arresto domiciliario mientras el Consejo del Clan del Este tomaba una decisión con respecto a mi futuro. El veredicto final fue el siguiente : No era apto para asumir el liderazgo del clan debido a mi corta edad ni tampoco existiría una regencia. Las familias que por generaciones habían servido a la familia Satoria debían unirse a una de los cuatro clanes restantes ya que el Consejo del Este tenía miedo que ellos conspiraron de esa manera podían controlar al único heredero a su antojo, si alguien se ponía a este sólo aseguraba su muerte.

Y si eso no fuera suficiente me exiliaron del que había sido mi hogar por años.




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