Capitulo 2
Primavera, abril, 2015
Habian temas que por mucho que pasara el tiempo solian volver.
Mi pasado hacia que algunos se sintieran atraidos solo por la curiosidad que ello les probocaba pero a otros parecia alejarlos, que se mantenieran lejos era algo bueno porque dejarian de ser el blanco facil de quien pretendiera hacerme daño.
El daño ya estaba hecho aun asi rondaba una pregunta por mi mente ¿podrian de nuevo conseguir hacerme daño? La respuesta no era dificil a buscar ya que ahora me estoy preparando para aque nadie pueda hacerle daño a mi familia, los protegeria de cualquier peligro.
Además como miembro del clan Lenkov tenía deberes por cumplir. Si en el pasado no pude hacer nada por mi gente ; en cambio, ahora tengo a mi disposición los recursos necesarios para defender si era necesario al clan del Norte de sus posibles enemigos.
Tambien en su dia hice una promesa de no dejar que ningun otro Satori derramara una lagrima por una perdida.
Pero si algun dia mi sola presencia suponia un peligro para el clan me alejaria para acabar con mis enemigos y volveria… Ese era mi plan por si las cosas se torcian en algun momento.
Aun recuerdos los primeros años de escuela en Kazan al principio sentia que estaba interpretando el papel de alguien mas como si se tratara de una obra de teatro. El niño que salia todas las mañanas de casa hacia la escuela y que apenas pronunciaba una sola palabra con la intencion de alejar a cualquiera que intentara ser mi amigo. Y luego en casa queria pasar de sapercibido porque de esa manera nadie me haria daño por ser el hijo adoptado de Peter Lenkov.
A medida que pasaba el tiempo me di cuenta que tenia que cambiar esa actitud y dejar que solo unos cuantos formaran parte de mi circulo mas cercano.
Debia demostrarles que era merecedor de su confianza y que mi lealtad estaba con el clan del Norte, tambien por permitirme ser parte del clan Lenkov. En el instante que inicie mi entrenamiento me propuse ser el mejor en cada disciplina porque de esa manera podria obtener una parte de reconocimiento, un puesto importante dentro del clan y ademass protegeria a mi gente.
Las probabilidades de dirigir el clan Lenkov eran escasas por no decir nulas ; tampoco permitiria que mi prima pierda sus derechos como heredera porque a unos cuantos no les parecia bien que una mujer liderara el clan… Ellos decian que se debian respetar las costumbres.
Mis preocupaciones eran un poco distintas a las de otros adolescentes de mi edad. Algunos de mis compañeros pensaban formas de escaparse entre cada clase o ir de fiesta sin sus padres lo noten.
En cambio me esforzaba en los entrenamientos del Cuartel General para obtener los mejores puntuaciones. Y en la escuela podia relajarme, un poco, fluir con la gente de mi edad ; pero tambien estaba esa alerta constante en mi sistema que no me permitia fiarme de ellos con facilidad.
Debia mantener las apariencias cuando mis compañeros hacian preguntas con respecto a mi familia o a lo que se dedicaban. Gianna me enseño a responder de manera diplomatica y a la vez siendo un caballero con ello la proxima no insistirian con mas preguntas.
Aveces funcionaba y otras no del todo.
Para algunas chicas del instituto les resultaba casi misteriosa mi presencia y el encanto se desvanecia en cuanto no obtenian aquello que venian a buscar, es decir, mi atencion.
No queria distraerme con las chicas ya que debia preocuparme por tener excelentes notas y evitar que mis tios tuvieran que venir a “ reuniones aburridas ” con los maestros, solo estoy citando unas inofencivas palabras de mi tia Gianna. Las pocas ocasiones que los maestros llamaban al numero personal de mis tios era para elogiar mi disciplina.
Es como si hubiese pasado hace poco cuando me percate que algunos chicos y chicas del clan estaban en mi misma escuela, quizas hubiera prestado mas atencion de no ser porque tenia otras cosas en mente. Ellos tampoco hacian el esfuerzo por acercarse e imagino que era debido a mi puesto en la linea de jerarquia, el sobrino y posible heredero de uno de los Reyes del clan del Norte, aun cuando nos encontrabamos fuera de los limites del Cuartel General ellos no olvidaban las reglas y la jerarquia.
Una de las reglas del clan del Norte era que cada uno de nosotros sin importar nuestro lugar dentro de la jerarquia debia obtener la mejor formacion academica ya que nuestros conocimientos algun dia le serian un beneficio para el clan y por supuesto el renombre de la familia en cuestion. Siempre habia una excepcion ya que algunos decidian enviar lejos a sus hijos bajo su propia voluntad y los riesgos que implicaba dicha decision.
Intentare no perderme en mis pensamientos y retomar el hilo inicial de la razon por la cual vine a la biblioteca.
Me encontraba en la tercera planta de la biblioteca viendo desde mi lugar como los alumnos iban y venian uno tras otro al igual que los maestros daban pequeños recorridos para vigilar que se hiciera mucho ruido. En este instituto se tomaban muy enserio que el silencio reinara.
No me consideraba un genio en las materias como mis compañeros creian, solo que prestaba mas atencion a lo que decian los maestros.
Anton Vasilev, mi mejor amigo, era el unico con quien compartia clases ; tambien estaba Stefania Jedynak que por supuesto estaba en otra clase ya que sus padres decidieron el verano pasado que era “buena idea ” separarla de nosotros para que ella pudiera centrarse en sus estudios y en el piano.
— En cuanto no te vi con Anton supuse que estarias aqui – la peliroja intento ser sigilosa al retirar la silla pero hizo ruido cuando tomo asinto junto a mi.
Hablando del diablo.
La mire y ella solo hundio sus hombros a modo de disculpa ya que una maestra nos miro como si hubieramos roto el orden cosmico de la sala.
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Editado: 01.04.2023