Cenar con mis padres es una de las cosas más lindas. Cada segundo que paso con ellos, y con Will, es realmente mágico. Y, siendo sincera, me gustaría que fuera así a diario, pero bueno, tuve que crecer.
Papá es el cocinero de la casa desde siempre, y mi madre siempre dice que le da apoyo moral. Y bueno, cuando de cocinar se trata, mi madre hace los mejores postres del mundo.
Mi padre esta noche nos sorprendió con un menú nuevo, siempre le encanta innovar, y conocer comidas de otros países. No recuerdo el nombre de la comida de hoy, sólo sé que viene de Turquía, y que estuvo deliciosa.
Y ahora, mientras hacemos la digestión, hablamos de nuestras cosas, nos ponemos al día, y nos escuchamos con atención, emitiendo algún que otro comentario, opinión, o broma colectiva.
—¿Como va todo en la editorial? —me pregunta mi padre.
—Todo marcha muy bien, te sorprendería ver la cantidad de autores que se nos van sumando.
—Eso es genial, hija. Sabía que en algún momento iban a llegar lejos.
A Destiny le costó mucho trabajo ser una editorial reconocida. Ni autores ni librerías confiaban en la palabra de Randall, pero él no se detuvo nunca, siempre dió pelea a su idea, a su emprendimiento. Y, con esa confianza, hizo hasta lo imposible para que la editorial llegara lejos.
Estoy con Randall desde el principio, y presencié todos sus esfuerzos, todas sus ganas, y en verdad lo admiro. Jamás lo vi derrotado, quizá prefería conservar ese estado para sentir en privado, no lo sé. Pero a los miembros de la editorial siempre, pero siempre, nos brindó un discurso positivo.
—Randall es genial, creo que si él no hubiera confiado tanto, nada de esto estaría pasando
Mi padre me sonríe, y asiente. Mi padre y Randall se conocen, de hecho, papá le brindó muchas ideas de marketing que le sirvieron para despuntar un poco más a la editorial.
—Bueno, pero lejos del trabajo, ¿algo interesante? —me pregunta mi madre, y cuando la miro, sus ojos brillan de ilusión. Creo que ella tiene más ganas de que me enamore de las que yo tengo.
—Mmm, nop.
—Gia...
—¿Qué? No hay tiempo para el amor, mamá. No hay tiempo para conocer a nadie.
—Porque no quieres.
—¿Y eso está mal?
—Supongo que no.
—No supongas, no está mal —agrega mi padre—. Cuando Gia sienta que es el momento, avanzará en ese tema, Michelle.
Mi madre suspira, me mira y sonríe.
—Sí. Lo siento si incomode.
Sonrío.
—No lo haces, mamá, no te preocupes —miro a Will, quien está perdido en su móvil—. ¡Hey! —le toco el brazo para captar su atención, y lo hago—. ¿Qué tal tus clases de música?
Will rueda los ojos.
—Pff, como si no lo supieras —dice en tono divertido.
—¿Y por qué debería saberlo?
—¿En serio quieres que responda eso? —mira a mamá—. ¿Delante de la señora que quiere que te enamores?
Cuando la señala, mamá le arroja con una servilleta y todos nos reímos.
—Tu respuesta no va a ilusionar a mamá.
—Ya, suficiente, ¿de qué me estoy perdiendo? —pregunta mamá, y me mira—. ¿Acaso tienes algo que ver con el profesor de Will?
—No, mamá. Sólo tenemos un cordial trato por las clases de Will, nada más que eso.
Will se ríe, como si no me creyera en absoluto, y ahora soy yo quien le arroja otra servilleta.
—Bueno, pero si necesitas una opinión, él es lindo —responde mi madre.
—Como si Gia no lo supiera —agrega Will.
—Si bueno, ya es suficiente. Cambiemos de tema.
—¿Acaso estás nerviosa? —pregunta mi padre—. Vaya, hace mucho no te veía así.
Mamá y Will se ríen, y ahora la servilleta de tela se estrella en el rostro de mi padre, provocando más risas aún.
Luego de la cena familiar, de un delicioso helado, y una película de Tarantino, mi madre insistió en que me quedara a dormir. Así que aquí estoy, instalada en mi antigua habitación, la cual ahora es para los amigos de mis padres cuando vienen a visitarlos desde lejos.
Me siento en la cama, vistiendo una sudadera de papá a modo de pijama, y saco mi agenda para corroborar las cosas por hacer mañana.
Temprano debo reunirme con Randall y un nuevo autor que se nos suma, quien al parecer me quiere como su editora. Así que coloco la alarma del móvil en un horario que me permita pasar por casa, bañarme, y así salir fresca al encuentro.
Me recuesto en la cama, con el móvil en mano, y me dirijo a instagram, likeo vídeos, fotos, y veo historias, hasta que me llega un mensaje, es Steven.
Sabes lo que hice hoy?
Me dice, así sin más, sin in hola previo. Me río y respondo.
Qué has hecho hoy?
Compre las últimas tres medialunas de Jules, y el señor detrás de mí me miro muy feo
Y lo entiendo totalmente
Siento que está afuera de mi casa, a mi asecho
Es algo que yo haría
Estar a mi asecho?
Por las medialunas? Sí
Ojalá hubieras sido tú entonces, y no ese feo hombre
Muerdo mi labio inferior, y sonrío.
Como has estado, Gia?
Pregunta de inmediato, sin darme tiempo para responder lo otro. Aunque, ahora que lo pienso, jamás me dejó responder algún comentario de ese tipo.
Muy bien. Cené con mis padres, y ahora estoy en mi antigua habitación. Y tú?
Tus padres han conservado tu habitación como tal? Porque eso han hecho mis padres con la mía, pienso recomendarles terapia.
Y yo he estado bien, aquí con Penélope.
Acto seguido, me envía una foto de la gata durmiendo sobre su pecho, se llega a ver por muy poco la sonrisa de Steven.