Capítulo 23 – Queda Algo de dinero

Después de regresar al dormitorio, Alice y las otras chicas todavía se sentían muy desagradables y sorprendidas. Si Gerald era realmente pobre y si había ganado cientos de miles de dólares de la lotería, no se sentirían tan incómodas.

Sin embargo, pudo comprar un bolso de lujo de edición limitada tan caro e incluso pudo permitirse el lujo de invitarlas a comer en el lugar más caro de la mansión. Además, cuando se trataba de la pintura al óleo, Gerald pudo persuadir a Zack para que dejara el asunto, así como así.

“¿Cómo fue posible?”

“Alice, ¿qué piensas del incidente de hoy?”

Alice estaba sentada en su cama mientras escuchaba a Jocelyn, que se estaba quitando el maquillaje en ese momento.

Después de eso, arrugó las cejas antes de decir, “No lo sé. Tal vez estamos pensando demasiado en esto. ¿No llamó Hayley y a Harper para preguntarle y confirmar la situación con él? Después de todo, la única razón por la que Zack está tratando tan bien a Gerald es porque Gerald salvó la vida de su hija”.

“Supongo que Zack está tratando de encontrar una razón para que Gerald no se sienta avergonzado por la pintura al óleo. Después de todo, Gerald salvó la vida de su hija y eso debe haber sido una gran cosa para él”. Alice se sintió mucho mejor mientras pensaba en esta razón.

“Bueno, supongo que tiene sentido. ¡En realidad pensé que Gerald era un hombre rico ahora! ¡Eso me asustó mucho!” Jocelyn dijo mientras dejaba escapar un largo suspiro.

“¿Qué? ¿Ya no le llamas Hermano Gerald?”  Las otras chicas empezaron a reírse entre ellas.

“¿Quién se dirige a él de esa manera tan entrañable? ¡Si pudiera pedirle al Sr. Lyle que me diera un buen puesto en cualquiera de sus negocios en el futuro, definitivamente me referiré a él de esa manera! Al menos no tendría ninguna preocupación en la vida”.

“Gerald tiene mucha suerte. Supongo que el Sr. Lyle consideraría el incidente de hoy como si ya hubiera pagado a Gerald por todo lo que ha hecho por su familia”.

Las chicas continuaron chismoseando entre ellas. Alice se sintió muy aliviada cuando escuchó lo que dijeron. Después de todo, cuanto más sufría Gerald, más relajada se sentía. Era una sensación extraña.

Mientras tanto, Gerald no pensaba demasiado en este asunto. Después de volver al dormitorio, Gerald y sus compañeros de cuarto se durmieron muy rápido ya que estaban exhaustos después de jugar y pasar todo el día fuera.

Al día siguiente, era hora de que fueran a clase. A esta hora, Gerald vio a Harper y a los otros chicos escribiendo sus nombres en sus cheques. Cuando Gerald leyó los mensajes en su chat de grupo, se dio cuenta de que era hora de que pagaran la matrícula.

“Gerald, ¿vas a esperar el subsidio que recibirás en dos semanas antes de pagar la matrícula, o tienes alguna otra forma de pagarla?” De hecho, Harper quería preguntarle a Gerald si el Sr. Lyle le había dado algo de dinero para pagar su matrícula.

Sin embargo, cuando pensó en la pintura al óleo de anoche, Harper no se molestó más en hacer esa pregunta. Tenía miedo de que Gerald fuera un indigente otra vez hoy.

Gerald sonrió antes de decir, “Está bien. Aún me queda algo de dinero en mi cuenta bancaria y debería ser suficiente para cubrir mis gastos de matrícula. Por cierto, iré a la clase un poco más tarde porque tendré que sacar algo de dinero del banco”.

Harper pudo ver que Gerald no estaba mintiendo. Gerald podría tener algo de dinero para pagar su matrícula. Con esto, Harper se sintió mucho más aliviado. En ese momento, Gerald llegó al banco frente al campus universitario.

“¡Me gustaría retirar mil quinientos dólares!” Gerald respondió mientras le pasaba su tarjeta bancaria a la banquera. La banquera de dentro estaba un poco desconcertada. Después de comprobar la tarjeta bancaria de Gerald, miró a Gerald antes de mirar la tarjeta bancaria en su mano.

Después de eso, finalmente le preguntó a Gerald sorprendida, “¿Qué pasó con tu tarjeta bancaria? ¿Por qué hizo tantos cambios en su cuenta bancaria?”

‘¿Hubo cambios en mi cuenta bancaria?’ Gerald también se sorprendió en ese momento. De hecho, la banquera sintió que Gerald era un estudiante común y corriente sin dinero por la forma en que estaba vestido.

Por lo tanto, ella le habló de una manera bastante descortés e impaciente. Sin embargo, sólo algunos de los principales clientes del banco podían hacer tales cambios en su cuenta bancaria.