Más allá de la sangre.

Dicen que un amigo verdadero es como un hermano que en tiempos de angustia permanece a tu lado y yo lo creo, pues cualquier persona que te haga bien, te apoye y sostenga, merece ser colocada en tu pedacito de alma más querido.

Con más de ocho mil millones de habitantes en el mundo muchos pensarían que encontrar a alguien así es fácil, lástima que nada lo es. Se ha distorsionado tanto el concepto de amistad que los seres humanos nos conformamos con personas de ''a medias'', quienes lejos de llenar nuestro vacío emocional, llegan a causar dudas, miedos, inseguridades y decepción.

Llega el punto en el cual debes comprender que no siempre las elecciones que haces son correctas, que no todo el que profesa quererte siente aprecio hacia ti, que los doble cara existen, que duele que te defrauden, pero más vale que se muestren tal como son antes de que te hayan quebrado por completo, que nada es eterno, todo, tarde o temprano, llega a su fin y no siempre los finales pueden ser felices. Debes aprender a mirar con inteligencia más allá de las apariencias, pues pueden ser engañosas.

Por eso, guarda un lugar especial a quien realmente lo merece, no te distraigas buscando piedras, guarda los esfuerzos para encontrar el oro, no te conformes con migajas, porque ya tienes suficientes pequeñeces con las que te ha tocado aprender a convivir, apunta alto, de forma tal que, si el tiro falla, puedas afirmar que tuviste un objetivo por el que valía la pena sacrificar una bala.

¡Sé intrépido y verás sorpresas!

Con paciencia hallarás ese alguien en quien confiar, ese hombro donde depositarás tus lágrimas, esa risa con la cual tu ánimo cambiará, ese carácter que, aunque no siempre coincida con el tuyo, jamás intentará doblegarte a la fuerza o menospreciarte, encontrarás a quien soporte tus buenos y malos momentos, al igual que tú tolerarás los suyos, serás testigo de que puede existir una familia más allá de la sangre.