Te he buscado a través de los días, del ocaso al crepúsculo en mi alma perdida, de los inviernos más fríos a los veranos más cálidos, hasta en los sueños más deseados que al final se convierten en pesadillas que repiten una, otra y otra vez tu dolorosa partida.
Yo siempre supe que ese amor me haría perderte pero nunca imaginé que ese amor significara pensarte y eso hasta hoy en día es el que me roba el corazón, mis días y noches.
Tú egoísmo causó mi perdida, tu amor ocasionó mi odio y tú partida fue cómplice con mi más hermoso dolor.
Lo difícil de tu partida es ver con otros ojos mi propio mundo, cuando mi mundo se vino abajo, la luna se quedó sin compañía porque las estrellas perdieron su brillo, en la mar el color se fue ni el mar muerto le hace justicia, el viento sopla pero no arrastra, la lluvia ya no llueve por llover porque tú eres el motivo de cada lágrima y el cielo no es azul.
Esto de vivir la vida por los dos es difícil pero mi mundo ya no existe si tú ya no estás conmigo.
Diles que eras feliz, que mi corazón está roto, todas las cicatrices están abiertas. Diles que lo que más deseo es imposible, inalcanzable, es como un Saturno sin regreso a la tierra.
Pero... Cómo todo lo imposible nunca se dio, y yo seguía esperándote... Pero mi corazón no aguantó.
Te juro que traté pero ya no puedo.