Cuando Dormir No Es Suficiente.

CAPITULO 4.

Annabeth estaba en mi casa la tarde siguiente que regrese de la escuela. Mi hermano prácticamente se la estaba tragando. No sé si debería tener una charla con Jamie sobre porque no debería dejar embarazada a su novia o mama ya se lo habrá dicho. Parece que están a punto de hacer bebes en nuestro sillón.

Ew.

Me aclare la garganta muy ruidosamente.

-hola -dijo Jamie

Annabeth era un hermoso tomate rojo.

-¿dónde está mama? -pregunte

-fue a comprar la comida de la semana

Chasque la lengua.

-¿y papa?

-está haciendo el turno de la tarde. Le llamaron para que empezara ahora.

Hmm. . 

-entonces, están ustedes dos. . ¿solos?

Posiblemente, Annabeth se puso más roja.

-sabemos cuidarnos solos, Alyson

-yo no me refería a eso

Pasaron dos minutos antes de que Jamie se diera cuenta de a lo que me refería, y cuando lo hizo se puso tan rojo como su novia.

-¡no!

Me reí bastante.

-como sea -dije -subiré a hacer mi tarea

Me estaba acercando a las escaleras cuando oí mi nombre salir de la boca de Annabeth.

-yo. . -se retorcía los dedos de la mano -me preguntaba si querías comer mañana en mi casa. Solo. . para convivir más, ¿sí? solo seremos tu y yo. Mis padres estarán trabajando y Dylan se la pasa encerrado en su habitación todo el día.

-uh. . si. . seguro -sonreí

-genial. Gracias. Hare algo rico para ti.

*** 

Resulto que algo rico para mi termino siendo pizza. Tuvo que comprarla porque con la escuela y las tareas apenas y se acordó de que vendría hoy.

Nos sentamos en la sala y hablamos sobre cualquier cosa.

Arriba, el sonido de las pisadas de Dylan me estaba volviendo loca. ¿Qué hacía caminando tanto? Llego un punto en el que dejo de caminar y el sonido de sus pies fue remplazado por el de la música.

Annabeth dice que tiene un estéreo en el que pone música a todo volumen durante horas. Ella sabe que es relajante para él y lo ayuda con su enfermedad, pero llega el punto en el que es estresante.

Ella estaba sirviendo una pizza en un plato para subir a su hermano, cuando el teléfono sonó.

¡Ding, Ding! Era Jamie.

Se puso toda linda y cursi por teléfono. No quería presenciar esto así que le hice señas de que yo le llevaría la comida a Dylan. Gesticulo un "gracias".

Subí las escaleras lentamente y busque una puerta que me diera la señal de que vivía un adolescente en esa habitación.

¡Bingo!

Una puerta negra con posters de patinetas me dio la bienvenida.

Di una respiración profunda antes de tocar la puerta.

Espere. Nada.

Volví a tocar un poco más fuerte pero no lo suficiente como para romperme los nudillos.

Espere. Nada.

Cansada de esperar, moví la chapa y ¡tadan! se abrió la puerta. Nunca hubiera imaginado a un adolescente con la puerta sin seguro. Sobre todo un hombre. Yo, por otro lado, pongo el seguro incluso sabiendo que nadie entrara a mi habitación sin tocar primero si quiera. Jamie tampoco lo hace. Es solo que. . es tan extraño. Es como si. . 

Mis piernas, al igual que mis pensamientos dejaron de funcionar cuando mis ojos notaron el cuerpo de Dylan en el suelo con los brazos y piernas extendidas en una posición incomoda.

Deje el plato en un escritorio lleno de papeles -¡demonios! no había visto un escritorio tan lleno de hojas- y me acerque al cuerpo.

-¿Dylan?

Espere por una señal, pero no pasó nada. Imagine que esto es un ataque. ¿Que había dicho su familia que se debe hacer cuando le da un ataque? Ah. Ponerlo cómodo.

De su cama tome una almohada y me hinque junto a él. Con mucho esfuerzo, levante su cabeza y puse la almohada en el suelo. Acomode sus brazos y sus -pesadísimas- piernas a como yo creía que podía ser una posición cómoda.

Mire el reloj que estaba colgado en la gris pared y no lo deje de mirar hasta que pasaron dos minutos.

Cuando baje la vista, Dylan estaba mirándome. Respiraba más fuerte, pero no se había movido ni un centímetro.

"A veces dura unos minutos en el que sus ojos están abiertos, pero él no puede moverse. Le entra pánico en ese momento."

Me levante y apague la música. Gente inexperta como yo deberíamos nacer con un manual sobre "cómo atender a un narcoleptico cuando está sufriendo un ataque".

Le pediría ayuda a Annabeth, pero no quiero molestarla en medio de una llamada. Incluso si la llamada no es para nada importante como la que está teniendo.

Regrese junto a Dylan y lo mire. Hice lo único que podía y sabía hacer: hablar.

-Dylan. . tranquilo. Estoy aquí -el aún me miraba, ¿podrá oírme? -sé que no soy la mejor opción para cuidar de ti mientras estas. . Bueno, así. Pero no voy a irme.

Y para hacer énfasis, estire mi brazo y toque su mano. ¿Podrá sentirme?

De verdad debo saber más sobre esta enfermedad porque. . 

-¿cómo entraste aquí?

Hablo. Y se sentó rápido. Mi mano fue apartada agresivamente sin piedad y por un segundo creí que sentiría ese dolor tembloroso que me dice que estoy rota, pero afortunadamente no me ocurrió nada.

-tu. . Dejaste tu puerta sin seguro -respondí -yo solo te traía la comida

Señale al escritorio en donde había dejado el plato.

Él se acercó a mí y me ofreció sus dos manos para ayudarme a levantar. Las tome y con delicadeza me jalo hacia delante.

-¿alguien sabe de esto? -pregunto

-¿qué cosa?

-mi ataque

Ah. Eso.

-no. Annabeth está abajo hablando por teléfono con Jamie

Dio un suspiro y puso sus manos en mis hombros. El calor de sus manos atravesaba la tela de mi blusa.

-bien. Necesito un favor de ti.

-de acuerdo. . 

-por favor no les digas a mis padres ni a mi hermana que me encontraste en medio de un ataque

Trague. 

-¿me estas pidiendo que oculte algo tan serio?




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