Ella comenzó a llorar evitando verme a los ojos, parecía que quería decirme algo, pero sus llanto no la dejaba hacerlo. Poco a poco se acercaba a mí como si esperara a que la abrazara para consolarla un poco, pero yo retrocedía cada vez que avanzaba. Las personas me observaban juzgándome, como si conocieran mi vida completa y solo haya cometido atrocidades.
Es irónico que ella me haya sido infiel y sea yo el malo de la historia.