Bitácora del capitán.
Si bien podemos generar oxígeno con los elementos que encontramos en el exterior, no hemos encontrado una fuente de agua desde hace varios años por lo que nuestras reservas han empezado a escasear.
La comida también es un problema ya que, si bien las diversas plantas se han adaptado bien al ambiente que se tiene dentro de la nave, la escases de agua hace que estas no puedan crecer y alcanzar su tamaño adecuado, así como la cantidad de nutrientes necesarios para la subsistencia de la vida. Esto se agrega a la falta de proteína en la dieta general de la población de la nave debido al sacrificio de la totalidad de los animales para consumo por falta de alimento para ellos, así como que suponían un gasto innecesario de agua.
Nuestros intentos por encontrar un planeta habitable no han dado resultado y ahora estamos condenados a la extinción.
Hoy un grupo de voluntarios se enfrentan a la muerte para supervivencia de los demás. El grupo está conformado, en su mayoría, por personas con más de treinta años y jóvenes con ciertas enfermedades incurables como la del vacío de Schredrer. Se enfrentarán a la hipoxia y su muerte será lenta, pero indolora. Este procedimiento garantiza una vida saludable a los restantes mientras se sigue buscando un planeta habitable; no obstante, tengo el miedo constante de que esto deba repetirse hasta que las personas restantes no sean las necesarias para colonizar el esperado planeta al que nos dirigimos. Los embarazos han sido prohibidos bajo decreto imperial, así como el uso obligatorio de anticonceptivos subdérmicos tanto para varones como para mujeres.
He empezado a rezar porque, si existe un dios, espero que no nos haya abandonado.