El profesor de artística parece haber detenido el tiempo, solo escucho como habla y habla de sus cosas extrañas. ¿Cómo a alguien le puede gustar esta materia?
Eso es lo que me pregunto cada vez que miro a mis compañeros de clases hacen su origami como si fuese la cosa más fácil del mundo, y yo aquí, a las malas doblo en dos una hoja. ¡Malditas artes!
Mi cuerpo se paraliza al ver que el Sr. Sparks me mira fijamente—, Srta. Austin, me explicaría la importancia de dividir bien las regiones de la hoja— ¡Mierda! La mirada de todo el curso se dirige hacia mi persona, ahora sí estoy en problemas.
—Emm… ¿para qué no se rompa?—digo en un débil susurro, noto como muchos de mis compañeros se tapan con su cuaderno para poder reír libremente, estúpidos.
El profesor me mira con una sonrisa más falsa que Maisie—. ¿No le gusta la clase?
—Si…— mi voz suena dudosa, lo que hace que el profesor señale la puerta.
— ¡Fuera del aula!— grita, causando que aquellas personas distraídas se fijasen en mí, cosa que me incómodo.
Me levanto rápidamente y tomo mi mochila, pero antes de salir del salón tengo que hacer algo…
— ¡Y para su información, detesto su clase!— y cierro la puerta fuertemente.
Al salir me tropiezo fuertemente con alguien, cosa que no me esperaba, por supuesto.
— ¡Oh!...eh… ¿Cuál era tu nombre?— levanto mi mirada encontrándome con mi vecina, Ruby Sharp, una de las mejores estudiantes del instituto.
—Gr…
— ¡Grace!— grita entusiasmada, después de cinco años sigue sin recordar mi nombre, y eso que casi todos los días nos íbamos juntas camino a casa—. ¿Y qué haces aquí?— mira disimuladamente el título del aula— ¿Problemas con artes?, el Sr. Derek es bastante exigente.
—Créeme, no lo he notado— ruedo mis ojos lentamente, esta chica sí que hace comentarios estúpidos.
—Tranqui, Grace, tan solo quería entablar una conversación— pone una mano en mi hombro.
—Y yo quería tener novio, ¿pero cómo la ves?, no todo es posible. ¡Adiós!— me voy rápidamente dejándola con la palabra en la boca.
¿Acaso esta chica me vio la cara de estúpida? ¿Cree que después de todas las humillaciones que me hizo tan solo hace una semana se olvida con un “¡Hola, Grace!, Cómo estás”?
Al no tener a donde dirigirme, ya que Dexter y Roland —mis mejores amigos—, se encuentran en su clase—son tan suertudo que comparten casi las mismas asignaturas—me dirijo hacia el comedor, el único lugar que me da consuelo.
La comida soluciona todos los problemas, anótenlo.
Como era de esperarse el comedor está más que desolado, hasta puedo ver un estepicursor atravesando el espacio. Sin pensarlo dos veces me encamino rápidamente hacia la barra.
— ¡Muy buenos días, queridos oyentes de Radio Pecueca!, en el día de hoy tenemos a una de las mujeres más bellas del mundo con nosotros… ¡Eleanor Baxter!— digo dramáticamente y con voz de locutor.
— ¡Y también tenemos a “Chica desastre”…¡Grace Austin!
Me pongo seria de golpe—. No, cállate, a ti no te sale— explotamos en risas.
Siendo sincera me sorprende bastante ver la determinación y empuje de esta chica que con tan solo dieciocho años ya ha logrado un montón de cosas. Ele es bastante parecida a mí, color de piel oscuro, ojos café grande, pero a diferencia mía, ella no utiliza lentes.
—Déjame adivinar porque estás aquí… ¿Matemáticas?— niego— ¿Español?... ¿Sociales?... ¿Lectura?... ¿Física?...
—Ok, para, sé que soy mala en todas las asignaturas pero tampoco como para que me humilles. Me sacaron de artes.
—Oh… ¿También eres mala en artística?— bien, esta chica se ganó mi odio…
Nah, mentira.
—Ni tanto— muestro una sonrisa falsa.
Ella ríe escandalosamente—, Eres pésima mintiendo, Grace.
— ¡Creo que te pago por trabajar, Eleanor!— grita fuertemente el Sr. Chandler, que como ya es de suponerse, es el jefe de Ele.
Ella se aclara la garganta antes de volver a hablar—, ¿Qué desea la señorita?...— nombra un montón de cosas mientras la señala en el mostrador.
—Una hamburguesa con mucha cebolla— digo haciendo que esta haga una mueca asqueada. ¿Qué tiene de malo la cebolla? A mí por el contrario de mucha gente adoro la cebolla, ya sea larga o cabezona.
Rápidamente toma los ingredientes necesarios y prepara mi pedido, lo pone en el típico plato y me lo entrega—, Un gusto atenderla.
Salgo corriendo del comedor rumbo al patio, en espera de que suene el timbre y Roland y Dexter salga al receso. Miro mi reloj cada segundo esperando la llegada de mis amigos, los cuales ya tienen cinco minutos de retraso.
—Hola, Aus— una voz me hace sobresaltar, volteo rápidamente para encontrarme con Hoshide Katsunaga, un estudiante japonés de intercambio—. ¿Cómo te ha ido?— me pregunta con una hermosa sonrisa.
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Editado: 30.09.2019