Presiono fuertemente mi alarma al oír que suena avisándome que ya son las 6:00 AM. Hora de levantarme.
Este fin de semana habría sido uno de los mejores del mes— y créanme cuando les digo que este mes no ha sido nada bonito— si elimináramos el pequeño encuentro que tuvo con Thomson el sábado, definitivamente quería matar a Miguel por haber dicho tremenda idiotez, y lo peor del caso, es que el estúpido de Thomson se lo creyó, solo espero que aquel comentario no llegue a oídos de algún estudiante de Blemin.
Me paro rápidamente de la cama y me dirijo al baño. Hago mis necesidades básicas, me baño y en 30 minutos más ya me encuentro vestida, desayunada y en la puerta de mi casa en espera de Trent, el chofer de la familia.
Veo como el auto se va acercando—Muy buenos días, Grace— me saluda Trent, un atractivo chico de 20 años que “heredo” el trabajo de su padre, nuestro antigua chofer. Tiene una habilidad con los autos.
—Lo mismo para ti— murmuro suavemente mientras entro al coche—. ¿Cómo te fue con Presley?— pregunto, ya que ayer me había contado que tendría una cita con su novia en la noche.
Arranca el coche y se pone en marcha al instituto—Normal. A ser sincero me fue bastante bien, incluso hicimos lo gritos felices— suelto uno fuerte risa al escuchar su graciosa referencia.
—No seas asqueroso— digo mientras le doy un zape en la cabeza.
— ¿Qué?, fue la manera más linda y menos asquerosa en la que pude decirlo. No seas tan pudorosa.
—No es eso. Es extraño que tu chofer te cuente que compartió fluidos con su novia, bastante extraño.
—Tú fuiste la que pregunto.
—Creo que un “bien” hubiese bastante para hacerme la idea.
La conversación sigue con preguntas tontas y bastantes risas de mi parte, Trent es un chico bastante divertido. Todo termina cuando este me avisa que ya hemos llegado a las puertas del instituto.
—Bueno, aquí te dejo— me abre la puerta—. ¿Te paso a recoger o te vas caminando?
Salgo del auto—. Um, no sé, te llamo cualquier cosa. Adiós— este me sonríe para desaparecer.
Al acercarme a la puerta visualizo a mis amigos, Dexter y Roland, no dudo dos segundos en acercarme a ellos.
—¡Hola, chicos!— saludo mientras abrazo a Roland por la espalda tomándolo por sorpresa.
—Mierda, Grace, no me asustes así— murmura alterado mientras Dexter me dedica un saludo con su sonrisa.
— ¿Qué tal estuvo tu fin de semana?— pregunta Dex sin perder la sonrisa.
—Emocionante— digo simplemente.
—No te creo, Grace— dicen Roland mientras empieza a caminar, nosotros imitamos su acción—. Tus fines de semana nunca son buenos— suelta una pequeña risa. Tiene razón.
—Dije que fue emocionante, no bueno.
—A ver, cuéntanos que drama te trajo este fin de semana.
El timbre suena—. Lo siento, chicos, tendrá que ser en el almuerzo. Bye.
Me voy casi que corriendo rumbo a la primera clase del día, religión, la hermosa y amada—nótese el sarcasmo— religión, al igual que su profesor.
Cuando llego al salón el profesor Lilit ya se encuentra en su asiento con su biblia en la mano y mirando por encima de sus gafas a todo aquel que entra al salón.
—Buenos días, Sr. Lilit— lo saludo por cortesía, aunque en su mayor parte es porque para llegar a mi asiento debo pasar por el frente suyo. Este me responde con una simple mirada.
Al sonar el timbre que da inicio a la clase el profesor se levanta y da inicio a su clase.
Y así muchachos es como inicia un aburridor día.
Me derrumbo sobre el suelo al escuchar que suena la campana dándome la gloriosa señal de que la clase de educación física. Ese profesor es un maldito explotador.
Judith se ríe mientras se va acercando a mí— Cielos, Grace, eres demasiado floja— dice mientras me tiende la mano—. Me estaba cagando de la risa mientras te veía haciendo cuclillas.
—Ni tanto, a la próxima quédate viendo a Ross, esa sí que es floja, yo lo soy un poquitico.
—Sí, claro un poquitico— el sarcasmo tiñe su tono de voz.
—Vamos, tengo que contarle a Dexter y Roland lo que paso este fin de semana con Thomson— esta vuelve a reir mientras me jala del brazo para salir del gimnasio.
Caminamos por los pasillos del instituto en busca de Dexter y Roland, quienes para nuestra sorpresa se encuentran hablando con Katsunaga.
Me acerco a ellos cautelosamente, a diferencia de Judith quien se acerca de manera rápida y saluda los chicos y de paso a su acompañando.
—Hola— saluda Dexter, yo le miro confundida mientras señalo a Katsunaga disimuladamente.
—Tranquila, Austin, solo pasaba para invitarlos a mi fiesta de cumpleaños. Este viernes, a las 9:00 PM en mi casa, la dirección estará en el correo de tus amigos. No falten, va a ser la fiesta del año— dice viendo a todo el grupo, para después dedicarnos su sonrisa coqueta y marcharse.
Judith esta en shock al igual que yo.
—Sí, lo sé, así estamos todos— agrega Dexter—. Sabía que mis inventos traerían dicha al grupo.
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Editado: 30.09.2019