Capítulo 4
La semana había transcurrido tan rápido que al momento de llegar el día no podía dejar de sorprenderme. Me había levantado lo antes posible (a las 5:00 a.m.) para comenzar a organizar hasta el más mínimo detalle; desde la ropa que usaba hasta el cómo se iba a ver mi boca al momento en hablar ¿es algo normal en el primer día, cierto?
Por ahora todo estaba en orden, ya había hecho mi desayuno que constaba de una tortilla y un jugo de naranja. Hace tres días realice las compras así que no hubo mayor problema resolver la incógnita del menú de hoy.
Justo cuando comenzaba a bajar las escaleras del edificio el celular comenzó a vibrar, delatando todos los mensajes de Rebecca y mamá. No me tome el tiempo de verlos hasta que mis pies tocaron el último piso, no quería caerme de las escaleras por eso. Cada uno de los mensajes decía cosas como “suerte bob” o “no olvides darme la notica cuando salgas” ver su apoyo lograba animarme un poco.
No tenía un transporte propio por ahora, así que usaba el transporte público para llegar a cualquier sitio. Solo había visitado cuatro lugares; mi casa, el supermercado, la tienda de postres que se encontraba en la esquina y si contamos el presente mi lugar de trabajo. Antes de salir busque el edificio en google maps desde el celular, incluso si encendía el celular podía ver de nuevo el camino para verificar que si llegaría allí y no al extremo de la cuidad.
-Disculpe… ¿podría darme un poco de espacio?-la voz que sonó a mi lado era aguda, con rastro de desagrado y molestia, proveniente de una chica de baja estatura y rostro pecoso. Automáticamente di un paso atrás chocando por accidente con un chico robusto y de mirada aterradora que solo se concentró en ignorarme.-Gracias.
Me encontraba incomodo con tantas personas a mi alrededor y estando tan cerca. Incluso note como alguien le dio un pellizco a mi estómago. Para después soltar risas silenciosas ¿así se comportaba la gente de Boston? No me esperaba este trato al llegar aquí.
Okey, no es buena opción una ciudad tan grande, pero ¡hey, empecé de cero! Así que las posibilidades de encontrarme con alguna de las personas que no me agradan son casi nulas. No es fácil para la mayoría reiniciar su vida en un lugar nuevo, incluso con el caso del empleo y la estancia. Pero tengan en cuenta que soñé con un cambio así desde hace años, técnicamente desde que comenzaron los abusos después de lo de… olvídenlo no vale la pena nombrar a personas sin significado para mí. Todo estuvo pensado estratégicamente para poder cumplir esta meta, porque mientras más tiempo pasaba en mi ciudad natal comenzaba a deprimirme cada día mas. Boston me llamo la atención desde un inicio hasta que logra darle forma a mi plan de vida y así se convirtió en una realidad.
El sonido del vehículo llamo mi atención, logrando que viera justo el lugar en donde tendría que bajar. Luego de una pequeña caminata me detuve enfrente del edificio, observando la arquitectura y los amplios pisos que la conformaban, seis para ser exactos. Le di una última mirada a mi vestimenta; camisa celeste que estaba algo ajustada, un pantalón oscuro junto a un zapato café. Según Rebecca al ver la foto que le envié estaba bien vestido, y no me quedaba otra opción más que confiar en ella.
Los primeros pasos al lugar me dieron escalofríos, estaba aquí… en mi primer trabajo en la profesión que me gusta. No sufrí buscando un empleo o al menos no tanto como me lo esperaba, le di inicio a mi nueva vida en tan poco tiempo que no sé qué esperar de esta historia.
Las personas a mí alrededor me observaban con la curiosidad pintando sus caras, pero al instante solo seguían su camino al interior de edificio. Yo decidí hacer lo mismo, dar ese gran paso que me llevo a traspasar esas puertas de cristal e integrarme a otro mundo, uno donde las personas corrían apresuradas, desayunaban a la velocidad de la luz mientras caminaban o incluso llevaban en sus manos un montón de papeles. Claro que un grupo estaba relajado, observando su celular con calma o tan solo charlando con el resto. En cierta forma, este ambiente me agradaba, uno que me mantuviera entretenido y me exigiera mi mayor potencial para sobresalir. Todo este plan podría salir bien o mal, dependiendo de cuento me esforzara y dios… podría hasta arrastrarme por el piso para ver que todo salga bien, porque no salí de mi ciudad llena de imbéciles para fracasar, oh no señor. Si tengo que vivir en una caja de cartón no me importa, porque le demostrare a todos esos inútiles lo que Boogi es capaz de hacer.
Juro por mi nombre que voy a salir victorioso de aquí.
Observaba todo con atención, enfocándome ahora en buscar a la chica de recepción y pedir la dirección del que sería mi nuevo jefe. La pude visualizar a lo lejos, o eso pude entender suponiendo que estaba resolviendo las dudas de algunos chicos que se veían igual de desubicados que yo. Automáticamente mi cuerpo siguió su rumbo hasta detenerse enfrente, siendo el objetivo de mira de las personas que se encontraban allí.
Un carraspeo fue el causante de que mi voz saliera algo atropellada.
-Disculpa… ¿podrías decirme dónde puedo encontrar la oficina de Jonathan western?
Su rostro pasó de la sorpresa a la desconfianza en tan solo minutos. Su ceja se aqueo de manera leve para que después de sus labios soltara sin un toque de simpatía “¿acaso tienes cita?” mi respuesta a eso solo fue un asentimiento junto con mi nombre para entrar en espera. Sus manos se movieron al teclado de la computadora de manera rápida para revisar si lo que le había dicho es cierto. Hizo una última llamada por ultimo un ademan como señal de que podía pasar.
-Mmm… de acuerdo, puedes encontrarlo al final del pasillo justo a la derecha veras una puerta de marco dorado, allí esta su oficina. Un placer ayudarte.- cuando termino de hablar volvió la mirada al siguiente de la fila que comenzó a cuestionarle sobre porque no tenían café en el piso de arriba.