Después del Cuento

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La historia estaba predicha, todo el mundo sabía cómo terminaría aquella batalla dónde el bien y el mal lo entregaba todo para vencer.

El valiente héroe alzaba su espada con valor y confianza arrematando contra el vil villano que había causado el sufrimiento de Miles, el reino entero estaba apoyando y rezando por la victoria del gran héroe.

La historia era la misma que se contaba en cada cuento de niños, un valiente joven nacido en la miseria que se esfuerza a diario hasta hacerse fuerte.

Un villano guiado por sus propios deseos que no piensa en el resto y lleva a la desesperación a todo el mundo.

Una batalla predestinada desde que ambos decidieron tomar ese camino y que aún así siguieron hasta llegar a ese punto.

Quizás lo único diferente a los cuentos de hadas tradicionales, es que no había esperando al valiente príncipe en el castillo la hermosa y única princesa que enamorada de él, lo recibiría con los brazos abiertos y el final feliz sería una hermosa boda o un dulce beso.

No, porque su reino no tenía princesas, solo un príncipe, daba lo mismo, era un príncipe bendecido con belleza y el poder de la sanación, que estaba comprometido con el héroe pero que en vez de esperarle a salvo en el palacio se encontraba en el grupo de compañeros que se unian a el en aquella batalla.

Y aunque existía esa pequeña variable, el final de aquel cuento no cambio, con un último ataque lleno de confianza, amor y esperanza el héroe le había derrotado y hasta humillado apiadandose de su alma sin darle el golpe final.

En ese momento, Ciaran, sintiendo la sangre brotar y el dolor entumecer su cuerpo, solo podía recordar porque había decidido ser el malo.

Quizás fue su villa destruida a causa de la codicia de los nobles humanos, quizás la muerte de su hermana a manos de un adinerado al que no se quiso entregar, o quizás la muerte de sus padres cuando incendiaron su casa temiendo el poder oscuro que poseia.

¿Que había sido? El no había querido nacer como una reencarnación del rey Demonio, mucho menos llegar a ese final.

Pero ¿Que más podía hacer? Los humanos odiaban todo lo que no comprendieran, ya fueran criaturas y seres mágicos, o humanos con poderes atroces como el suyo.

Solo podía defender a los que creían en su poder hasta el final.

— ¿Aún duele?

Recuperó la conciencia antes de caer desmayado al escuchar aquella voz, de fondo estaban los gritos del héroe y su séquito felices por su victoria, pero el ingenuo príncipe se encontraba a su lado, desperdiciando su magia curativa en salvarle la vida.

Patético.

— No necesito tu lástima, prefiero morir antes que vivir con esta humillación.

— Le debes tu vida a aquellos que confiaron en ti —  Recibió un pequeño golpe en la frente junto a esas palabras, mientras su herida cerraba y sentía su cuerpo mucho más ligero — Siempre hemos sabido, que tú poder sería útil para el reino si llegamos a entendernos, no deseches tu vida.

Soltó una risa en ese momento ¿Entenderse? ¿Después de todo lo que había pasado? Ninguno podía perdonarse, él había matado a cientos de humanos, pero los humanos habían lastimado a miles de seres ¿Cómo llegarían a entenderse? Era una completa estupidez.

Aunque su raza también fuera "humano" su corazón estaba con los no humanos, quienes creyeron en el poder que por alguna razón se le había otorgado aún no siendo un demonio.

— Eres terriblemente ingenuo, rozando lo idiota, principito.

El príncipe pareció retractarse un poco de su decisión al dejar de sanarlo, pero se dio un par de palmadas en las mejillas y retomo su trabajo, Ciaran no tenía fuerzas para empujarle lejos, solo quería dejar de pensar.

Había perdido, el héroe había ganado todo, mientras a el la vida empezaba a mirarle mal, para el héroe acababan de empezar sus bendiciones.

Sería Rey incluso ¿Porque él podía ser plenamente feliz mientras a él le tocaba ahogarse en su derrota?

Quizás fue que su odio por el héroe había crecido demasiado, la frustración, la soledad, quizás incluso su ego fue lo que le llegó a pensar en una manera de que el héroe no fuera feliz.

— Entendernos, un mundo en paz sin necesidad de más guerras.

— Exactamente, comprendernos y tratar de sobrellevarnos, eso sería lo que yo quisiera.

El joven e inexperto príncipe, solo tembló ligeramente de la sorpresa al sentir una de sus manos tomada por la de su enemigo más cruel, augurando que nada bueno saldría de sus palabras.

— Tu lo dijiste, aún debo tratar de proteger a los que creyeron en mi, podría cooperar, pero hay una condición.

El cabello brillante y claro ajeno se revoloteo como si el príncipe hubiera sacudido la cabeza, pero sus ojos seguían fijos en los otros.

— ¿Cuál es esa condición?

No quiero que sea feliz

— Es algo muy simple.

Quiero que se retuerza en su dolor

— mientras pueda cumplirlo, aceptaré cualquier cosa.

No quiero que el héroe tenga su final feliz

— Que te cases conmigo.

Solo con eso, podría destruir el final feliz de su enemigo de un solo golpe. El héroe habría ganado la batalla, sería el héroe del reino y su leyenda sería contada por siempre.

Pero si lograba quitarte, aunque sea a su amado príncipe, le quitaría hasta el trono, era tan irónico que hasta estúpido resultaba pensar que iba a aceptar.

El príncipe se quedó en silencio, terminando de curarlo sin dirigirle una sola palabra en todo el rato.

El héroe acabando su festejo finalmente se dió cuenta de su presencia, pero decidió ignorarle y solo abrazar con amor y dulzura a su prometido.

"Finalmente acabo" le escucho decir y desvió la mirada para no sentirse más mísero de lo que se sentía. Prefería morir a seguir sintiendo lo que sentía ahora.

El humano con sangre real sonrió ante sus palabras, pero solo asintió en silencio, para después pedir la clemencia a su persona, lo que el héroe acepto como si fuera algo simple.



#10288 en Fantasía

En el texto hay: fantasia, boyslove

Editado: 20.10.2021

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