Algún día seré la modelo más importante, seré como estas estrellas, brillare tan fuerte que todos me verán
- decía nuestra jade con un tono firme y su mirada fija en aquel negro cielo adornados con brillantes puntos, aquella joven no sobrepasaba los 15 años pero sus sueños eran incluso mas altos que las montañas que rodean su pueblo y cada vez que estaba sola se perdía entre sus pensamientos imaginando como seria vivir en la ciudad, ella provenía de un pequeño pueblo entre las altas montañas, muy pocos conocían este lugar pero esa era la mejor parte nadie había profanado aquella tierra verde y prospera, el agua pura y la inocencia de la pequeña población.
JADE! Ahora donde se metió esta niña- su madre era la doctora de aquel lugar, y su padre un pescador, la pareja había estado intentando tener un hijo por años hasta que los Dioses los bendijeron con la más hermosa flor.
Cariño qué pasa –dijo el caballero al ver a su esposa llamar con fervor a su hija, la mujer lo mira con su ceño fruncido antes de responderle.
no sé dónde está Jade y es hora de comer ¿porque siempre se esconde? Esa niña es muy traviesa - suspiro al terminar la frase y miró a su esposo, quien escuchaba las quejas de esta y dejo salir una leve sonrisa pues su hija entraba con cuidado a la casa haciendo una pequeña señal que no dijera nada.
vamos entremos ya aparecerá- el varón respondió a la mujer y su brazo derecho rodeo los hombres de esta, la misma que resopló y cerró los ojos un segundo para luego dejarse guiar por su esposo, pero para su sorpresa en la mesa se encontraba sentada jade con una brillante sonrisa, “quien se puede enojar con tan hermosa niña” dijo la mujer y terminó de poner la mesa para disfrutar de la cena.
¡Allí va! – gritaron las jóvenes en medio de un partido al ver que el capitán del equipo azul pasaba por delante de ellas. Aquel tan guapo y deseado era Alberto Fontalvo, quien para aquel momento era el chico cool del pueblo todas soñaban con él. su altura y sonrisa encantaba a más de una, pero ya jade había ganado el corazón de aquel, ellos se conocían desde niños y desde entonces la única capaz de domar a aquel animal salvaje había sido la pequeña Jade con el tiempo los dos fueron creciendo igual que su amor.
Llegó la fiesta del pueblo y Alberto tenía grandes planes para ese día, pero caída la noche la protagonista de su plan no estaba, Alberto la busco por todos lados hasta que a lo lejos sentada sobre el césped mirando a la nada estaba la morena él se quedó observando a lo lejos, en verdad era hermosa. Esa cabellera larga y negra como la noche la hacían lucir como una Diosa, aquel chico se acercó a ella haciendo un leve sonido para avisar de su presencia.
Mmm te estuve buscando –comentó y se sentó al lado de ella, él se sentía nervioso y sus manos temblaban estaban a solas.
Me gusta venir aquí a pensar – dijo la joven sin percatarse de la situación, y volteó a verlo aquel momento fue único y Alberto no perdió la oportunidad dejando un beso corto y fugaz en los labios de Jade, quien se quedó muda y sonrojada volteo a otro lado, un silencio reinó por unos segundos, pero de repente empezaron a reír y él le tomó la mano. Desde ese momento su relación se hizo más fuerte y aquel lugar pasó a ser un escondite para ellos.
Jade cuando nos casemos viviremos en la ciudad – luego de meses las conversaciones de los jóvenes eran sobre aquel momento tan esperado para ellos, cuando Jade al fin cumpliera la mayoría de edad y viajar a la ciudad para realizar sus vidas allí.
Un día seré alguien grande voy a ser un empresario y viviremos en la ciudad, tendremos dos hijos te haré feliz -el masculino soñaba tan alto como la morena y los dos tenían el mismo deseo de ser estrellas.
Y yo seré una gran modelo, madre y esposa, pronto ya solo dos años más y podremos irnos - le dijo la morena mientras sus dedos se entrelazaron con los de Alberto y sonreía, el sueño de aquellos estaba pronto a volverse realidad pero no contaron con que, una oportunidad única llegaría a Alberto y este aun con dolor de dejar a su amada la tomaría a un año del cumplimiento de la mayoría de edad de jade Alberto se preparaba para contarle a esta el cambio de planes.
En una semana partiré hacia la capital después de terminar de estudiar y buscame jade. te voy a esperar -dijo Alberto con una voz entrecortada, su loco y descontrolado corazón parecía apagarse, incluso la noche se hizo más oscuras, se acongojaba al ver que se separaría de jade y de repente hubo un silencio profundo y la tristeza se notó en el aire, los rostros de aquellos se apagaron y sus ojos se llenaron de lágrimas, la idea de separarse dolía tanto como mil puñaladas al corazón, pero jade conocía a Alberto sus sueños y deseos-¿quién era ella para interponerse ? además ¿esos no eran sus planes? Quizás Alberto ahora empezaría sin ella, pero se iban a reunir la morena dio un largo y profundo suspiro para acumular en un segundo, una pizca de calma, un poco de valor con la cual logró sacar una pequeña pero muy débil sonrisa.
Solo no te olvides de mí y espérame en un año iré a buscarte para cumplir juntos nuestros sueños -fue lo que pudo salir de su boca, no quiso decir más o más bien no pudo pronunciar otra palabra o se quebraría, Alberto perspicazmente entendió aquellas débiles palabras y la mirada de la morena, a la cual arropo con sus brazos. La despedida de aquellos no fue más que un “hasta pronto” que sin que nadie lo notara destruyó a Jade. Pasado dos meses de la partida de Alberto jade intentaba ser fuerte y esperaba con deseos el momento de viajar.
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Editado: 04.01.2022