Dulce Tormento

Sentimientos

Y si te digo que quiero hacer mi esposa a quién estoy sosteniendo ahora.

—¿Qué? ¡Imposible! Usted es un amigo.

¡Príncipe solo serás mío!

—¡Alto! ¡Espera! 

Lo siento Lee, este es un adiós. Perdiste tu oportunidad, no supiste valorarme.

—¡Michael! ¡Alto! —responde Lee levantándose de golpe. Este había sido un mal sueño. 

Al voltear a su alrededor Michael descansaba tomándola de la mano, pues anteriormente se la pasaba cuidando de ella, cada noche después de cumplir con sus tareas utilizaba todo su tiempo libre esperando que Lee despertara.

Lee miró la dulce cara de Michael con una delicada sonrisa, se miraba tan tierno descansando, bajo sus ojos estaba un par de ojeras por la falta de sueño. A Lee le pareció un gesto lindo, tocó su rostro acariciando un poco sus mejillas.

—Y decías que no caerías por él —irrumpe Jock riendo. Al verlo Lee dejó de hacer la caricia.

—No entiendo de que me hablas.

—Vamos mujer ruda, pronto caerás por ese hombre. Te gusté o no, es el destino que te depara.

—Últimamente eres muy insistente con ello, acaso me ocultas algo —cuestiona viéndolo molesta.

—Nada que tu no sepas Lee —Jock parecía decir la verdad–. Se que no lo recuerdas como las veces anteriores, pero casi atacas a Michael en tu ciclo.

—¿Qué? Porqué estaba él en mi ciclo. Rompiste la promesa.

—No lo hice, al parecer una de tus mucamas se infiltró a tu habitación sin permiso, una cosa llego a otra por lo que todos saben tu secreto. 

—¡Maldición! —rechista Lee.

—Si quieres seguir ocultándolo, ya sabes lo que debes hacer. Por otro lado, la persona que te inyectó esa sustancia pronto será juzgada por los ancianos. Al parecer este problema llegará a mayores, a partir de este momento no puedes involucrarte.

—¿Por qué no lo haría?

—Si te acercas demasiado al consejo todos descubrirán tus mentiras. ¿Acaso quieres pasar todos tus días encerrada? Preocúpate por tu salud y el cumplir aquello que le prometiste a Hina — Lee comprendía las palabras de su amigo, debía seguir con su vida pero tendría que pensar en una solución para que nadie más descubriera su secreto.

Jock decidió abandonar la habitación para dejar a solas a la feliz pareja, se notaba en el aire que él solo era la oveja negra en medio de los dos. Después de pensar un poco la situación, Lee movió su almohada para juntar su cabeza a la de Michael. Tomó su mano nuevamente y cerró sus ojos.

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Horas después de una buena siesta, Michael despertó asustado al no ver a Lee en la cama.

—¡Lee! ¿Dónde estas? —alarma gritando por la habitación.

—Tranquilo majestad, aquí estoy.

Lee estaba tranquila sentada en el balcón de su habitación, su melena estaba siendo agitada por la ráfaga de viento. El hermoso atardecer no opacaba la belleza que tenía enfrente Michael, sentía como su corazón estaba corriendo un maratón, quería correr a abrazarla, el susto ya había pasado.

—¿Cómo te sientes? —consulta Michael tomando un asiento del frente.

—Estoy muy bien, gracias por preguntar —un silencio incómodo se formó en ambos—. Michael... Quiero disculparme por lo que viste hace unos días.

—Lee no te preocupes por mi, el hecho de ver tu verdadera forma no cambia mis sentimientos por ti. Si quieres estar con alguien deberás amar sus virtudes y defectos —Lee se sentía tranquila, podía confiar en la persona que tenía enfrente, pero ¿desde cuándo se tuteaban?

—Majestad, sobre lo de esa noche...

—Lee, no necesito una respuesta inmediata. Quiero que te tomes tu tiempo para sentirte cómoda con cualquiera de tus decisiones, pero déjame decirte algo.

—¿Que suce..? —Michael se había puesto de pie para verla frente a frente y proseguir con esas palabras que marcarían la diferencia.

—No me rindo tan fácil —Lee se quedó inmóvil, el tener tan de cerca a Michael pudo ver en sus ojos total sinceridad. 

Las cosas estaban poniéndose más difíciles, ¿se daría una oportunidad en el amor? Estaba tan confundida, Mila estaba en el pasado, posiblemente ella se casaría con aquel que le pidió regresar a su pueblo, tendría hijos y envejecerían juntos, con el mismo ritmo.

Debía tomarse el tiempo para pensar bien las cosas, su destino estaba volviendo a ser colgado desde un ligero hilo que podría romperse en cualquier momento.

CONTINUARÁ...




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