Dulce Tormento

Nueva generación

—¡Cariño! Tu querida madre está de visita —insiste tocando la puerta de su habitación—. ¡Lee abre la puerta por favor! —al no responder a sus llamados, una de las mucamas le entregó la llave abriendo finalmente la puerta. 

Al entrar, Hina exige a la mucama llamar al médico real. Las cosas no están del todo bien. 

Lee estaba postrada en cama mientras abrazaba con mucha fuerza las ropas de Michael. Su frente sudaba a gota gorda, su cuerpo estaba temblando por la gran fiebre.

Hina repetía constantemente su nombre mientras agitaba su cuerpo, Lee no despertaba de esa pesadilla. 

Mr. Williams llegó a toda velocidad al lugar, por suerte hoy era uno de los días donde visitaba el lugar para controlar la enfermedad del anterior Rey. 

Una vez estando solos analizó su cuerpo. Mientras este pasaba una pequeña cantidad de mana a la palma de su mano pudo notar un extraño ser en el vientre de Lee. 

Con una gran sonrisa terminó el análisis, de su maletín sacó unas cuantas posiciones que le ayudarían a sobrellevar aquello. Abrió su boca poniendo en su garganta un par de gotas de poción, al hacer contacto con su cuerpo los niveles de temperatura se estabilizaron.

—Gracias a dios todo esta bien —balbucea Hina soltando parte de la preocupación.

—Majestad, su hija mejorará con las pociones que le di, pero no serán suficientes para un futuro. Ahora que su cuerpo no es solo suyo deberá tener más cuidado —Hina no captó a la primera, se tomó unos segundos para entender esas palabras.

—¡Oh dios mio! ¿Está usted seguro?

—No puedo mentirle majestad. Sus síntomas son extraños pero mi magia no se equivoca, ahora deberá mantenerse en contacto más seguido. Vendré a verle las veces que sea necesario. 

—Por supuesto, le notificaremos cada movimiento.

—Una cosa más majestad, la Srita. Lee puede no despertar hoy, lo más seguro es que mañana pueda regresar a la normalidad. Una vez suceda por favor llámenme. 

Hina notificó a uno de sus guardias que le mantuviera informado de la situación a Ino. Lo importante ahora era cuidar de la salud de Lee y aquel bebé que traería felicidad a la vida de esta familia. 

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«No recuerdo cuando fue que caí dormida, solo sentí la necesidad de tener entre mis brazos aquello que tuviera el aroma de Michael. Lo extraño tanto, deseo tenerlo cerca, estos sentimientos no puedo comprenderlos, son como si no fuera yo».

Al despertar con una cálida luz solar en su rostro, Lee miró a su alrededor y estaba su madre sentada a un costado sosteniendo su mano. 

—¿Qué hace mi madre aquí? —Pensaba mientras veía como esta despertaba.

—¡Cariño!, ¡Por fin despiertas! Mr. Williams tenía razón, voy a llamarlo —Hina salió de la habitación para darle las nuevas órdenes a las mucamas. 

Lee se vistió decente al escuchar que Mr. Williams vendría, no quería recibirlo con ropas demasiado transparentes. Al cabo de los minutos Hina entró con él, el hombre parecía feliz de verla.

—Por fin la bella durmiente despierta —bromea colocando su mano frente a Lee—. ¿Cómo te sientes?

—Algo débil pero nada que no pueda soportar —respondió mientras veía a su madre ansiosa.

—Es normal, después de todo compartes tu cuerpo con alguien más —al igual que su madre le costó entender al principio.

—Es una broma, ¿cierto? —Hina negaba con la cabeza—. ¡Mierda! —susurró. 

—Parece que todo en tu cuerpo está bien. Te entregaré unas cuantas pociones para mantenerte en ese estado, al ser ambos sangre pura es difícil el saber si ese bebé está del todo bien. No te satures de trabajo e intenta descansar, el reposo ayudará a que no vuelvas a caer. 

—No se preocupe Mr. Williams, mi hija seguirá sus indicaciones al pie de la letra. Yo misma me encargaré de que cumpla sus órdenes.

Hina acompañó al hombre a la puerta dejando a Lee con sus pensamientos. Estaba finalmente embarazada. 

—¿Cómo reaccionaría Michael?, ¿Se pondría a llorar de la emoción? —Pensaba ella mientras acariciaba su vientre.

Aunque su vientre aun no estaba abultado, ella sabía que pronto conocería a su bebé. Lo amaría sin importar el género que fuese, sería un bebé amado por muchos, traería mucha felicidad a ambas familias. 

CONTINUARÁ...




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