Dulce Tormento

Síntomas y delirios

Los días pasaban y Lee pronto vería a Michael, era cierto que en las noches era muy difícil. Se despertaba constantemente con muchas nauseas y fiebres altas. Por suerte el médico controlaba cada uno de los síntomas con magia. 

El embarazo de Hina era muy diferente al de su hija. Las únicas cosas en común era el deseo de sangre, cosa que esta vez era muy difícil para Lee, debido a que su pareja no estaba presente. 

Intentó sustituir la sangre de Michael por la animal, pero solo terminaba vomitándola. Su cuerpo estaba cambiando, necesitaba cuanto antes a su bolsa de sangre, aquella que le daba mucho amor.

Al enterarse Ino de que sería abuelo, mandó muchos regalos a su hija, todos para ambos géneros, aunque se notaba que la preferencia era el color azul. Por su parte, el padre de Michael también estaba ansioso por la llegada del nuevo bebé, se propuso mejorar de salud para poder jugar con el pequeño. 

Hina empezó a recordar aquellos momentos donde ella estaba embarazada de Lee. El como siendo madre soltera cuidó de aquella preciosa mujer que pronto sería madre; había hecho un excelente trabajo. 

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Reino Híadas
(Socio principal del Reino Hero)



—Extraño tanto a Lee, esta malditas reuniones están acabado con mi paciencia —rechista el hombre mientras entra a su habitación.

—Tú decidiste venir, ahora deberás terminar lo que empezaste. Si regresas antes de tiempo Lee se molestará —comenta Stephan. 

—Lo se, pero jamás pensé que las cosas fueran tan complicadas. Esos malditos congresistas creyeron que me iban a sacarme más dinero, están equivocados. Cortaré sus cabezas por creerse inteligentes, así sería más fácil regresar a los brazos de Lee.

—¡Idiota! —Golpea su cabeza—. Podrás ser el Rey de Hero, pero sigues siendo mi amigo. Antes de dejarte cometer una estupidez, actúa como un hombre maduro y soluciona esto. 

—Entiendo, se que debo actuar de la forma adecuada o serás capaz de decirle a Lee. El verla molesta me da miedo a veces —Stephan se río al saber que su querido amigo le temía a una mujer. 

—El matrimonio si que te ha cambiado querido amigo —mientras disfrutaba de sus palabras Michael cayó al suelo sin aviso—. ¡Michael, reacciona! ¡Michael!

Las cosas se estaban complicando, con anterioridad Michael había estado algo distraído y continuamente tenía mareos. Una vez trayendo al médico, dieron un diagnóstico superficial; cansancio por trabajo. 

Los horarios serian modificados para evitar poner en riesgo la salud de Michael, en constantes reuniones este de manera inesperada pedía a los sirvientes postres o bebidas azucaradas.

A la hora de comer, modificaba su platillo exigiéndole al chef combinaciones extrañas que nunca había comido. A Stephan le parecía extraña su actitud, el haberse desmayado le había afectado las neuronas. 

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Bien dicen que la felicidad no puede durar para siempre, todas las cosas pasaron tan rápido. En el cuartel llegó una carta notificándose que distintos Reinos habían sido atacados por grupos de magos controlando a humanos. 

Se les exigía avanzar a aquellos pocos cuarteles intactos que quedaban en los Reinos vecinos. Jock mandó a distintos grupos a proteger a los afectados, desde el diagnóstico de Lee él estaba a cargo de la institución. 

Tan pronto como los equipos avanzaron las tragedias estaban cada vez más cerca. Uno de los próximos en la mira era el Reino Wesley. El enemigo avanzó rápidamente, muchas vidas se perdieron. 

Lee no se quedaría de brazos cruzados, su madre intentó ocultar la verdad. Impedía preocupar a su hija, sabia de lo que era capaz. 

En uno de los intentos por saquear la cocina, Lee escuchó la situación del Reino donde estaba su padre; muchos estaban cayendo, el Rey seguía peleando, se desconocía cuanto más soportaría.

Hina escuchó un sonido en la cocina, limpio su rostro y se dirigió a la habitación de Lee llevando en una vajilla trozos de manzana. Al entrar y no verla en cama se imaginó de lo peor, con pocas esperanzas corrió al invernadero, pero nadie estaba. 

Se sentó en la fuente pidiendo a los dioses que protegieran a su hija. Frente a ella una luz blanca entregó en sus manos una carta, en ella se escribía lo siguiente:



Se de los intentos que hiciste para no preocuparme. No te culpo por querer detener a una persona tan terca como yo, pero no debiste mentirme. Quizás me arrepienta de esta locura que haré, pero piénsalo... Si mi padre muere por no pelear a su lado, jamás me lo perdonaré. Tengo la fuerza para pelear con mil hombres, es cierto que mi cuerpo ya no es solo mío, pero una ves le hice una promesa al padre de mi hijo; regresaré con la victoria en mis manos, intacta y feliz de criar a mi bebé con mi amado》.

Te amo, Lee.
 


Dentro del sobre estaba aquel collar que protegía su poder, esta vez ya no sería necesario. Ahora debía mantener un equilibrio, si no hacía uso de ese poder su regreso no estaba asegurado. 

CONTINUARÁ ...




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