Para subirle el ánimo, Stephan llevó de viaje Michael. Era uno lejos del Reino, en esta ocasión el Ministro quedaría como encargado del lugar los próximos días. Sus amigos estaban preocupados por su salud que prefirieron actuar cuanto antes y no esperar que cometiera una locura.
Stephan lo llevó a un lugar con bastante personas de distintas especies, era una capital muy concurrida y llena de comerciantes.
—Vamos Michael, debemos divertirnos en este lugar. Observa, hay muchas curiosidades aquí.
—No me interesan estas cosas, y sinceramente no entiendo este plan que tú y Philip hicieron.
—Vamos, no seas aguafiestas. Es un clima muy hermoso y parece que el lugar tendrá un espectáculo pronto —menciona ansioso Stephan.
—Has lo que quieras —a Michael no le importaba lo que sucedía a su alrededor, solo deseaba regresar a su habitación y hundirse en su cama todo el resto del viaje.
La multitud hizo que ambos se separaran, Michael aprovechó la oportunidad y se escabulló a una zona menos poblada y repleta de fauna.
Recostó su cuerpo en el pasto observando las formas de las nubes, sus pensamientos están hechos una locura. Al intentar relajarse una extraña luz blanca captó su atención.
Al principio creyó que era la broma de alguien que jugaba con magia, pero las cosas cambiaron al notar que aquella luz lo llamaba. Su curiosidad por saber que era esa luz hizo que terminara siguiéndola.
Caminó unos cuantos minutos hasta llegar a unos enormes arbustos que impedían el paso, al ver cómo la luz pasaba al otro lado, no se detuvo e intentó hacer lo mismo.
Una vez pasando los arbustos el lugar estaba adornado de distintas flores silvestres de diferentes colores; rojas, azules, amarillas, etc.
—Esto te iba a encantar —pensó Michael recordando a Lee.
Mientas más avanzaba la gran variedad de flores se intensificaba, la luz se perdió una vez se alejó entre el camino de flores.
Intentando perseguirla pudo llegar al centro del lugar, un bello escenario que era iluminado por los más intensos rayos solares. Una pequeña laguna con agua limpia estaba en medio, diversos animales se acercaban a ella bebiendo la pureza del líquido.
A lo lejos, una pequeña figura estaba disfrutando de la tranquilidad del lugar. La pequeña luz se detuvo frente a Michael desapareciendo por completo en el cuerpo de la persona.
Para intentar no asustarla, Michael se escabulló dentro de las flores. La chica tenía el cabello corto y oscuro. Su figura era muy marcada pero sus manos muy pequeñas. Michael estaba tan embobado por semejante belleza que involuntariamente estaba acercándose a la mujer.
Estaba tan cerca de ella que pudo ver como dormía entre el pasto. Al notar cada facción su corazón comenzó a saltar. Esos sentimientos que se habían ocultado en meses, volvían a florecer. Esa incomodidad de estar tan cerca de una mujer, estaba disfrutando el ver tal hermosura dormir como un ángel.
CONTINUARÁ...
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Editado: 01.08.2020