Dulce Tormento

Mentiras descubiertas

Mila se sentía desesperada por encontrar a Lee, ya habían pasado varios minutos así que posiblemente ella estaría de regreso. Si Jerry se enteraba de los hechos, pronto comenzaría una disputa.

Una vez volvió a entrar al portal, Jock terminaba todos los preparativos. Un hombre ya había entrado con anterioridad, su vestimenta era formal pero su rostro estaba oculto, desde su ángulo le fue difícil el distinguir a esa persona.

Cuando Mila llegó a casa, Lee estaba tensa, en sus manos sostenía a Minley amenazando a Jerry con una gran carga de energía. Las cosas estaban empeorando.

—¡No se me acerquen! —Gritó ella apartándose de Jerry.

—Lee que sucede, porque me tratas de esa forma. Soy tu esposo y merezco mi lugar. ¿Qué tiene de malo el querer tocarte?

—No trates de mentirme, ¡ya no más! —Mila estaba preocupada, si sus recuerdos habían regresado, ella sería odiada.

—¿Mentirte? Nena, vamos. No sería capaz de hacerte ningún daño, eres la persona más importante —insiste Jerry.

—¡Basta! Detengan esas mentiras, ya no más daño. Ustedes me mintieron todo este tiempo, jamás estuvimos casados Jerry. Tu fuiste quien me separó de Michael...

Jerry estaba molesto, si Lee seguía hablando de ese hombre, podría cometer un error que le costaría muy caro.

—En esta casa no se permite mencionar ese nombre. ¿Estas loca? Yo fui quien te sacó de sus garras, él fue quien te mantuvo alejada de mí. 

—Es mejor que te detengas, ya no te creeré —Lee miró a Mila decepcionada—. Tú eres su cómplice, seguiste dándome la poción con el té. Por sus trucos es que no puedo recordar mi verdadero yo. ¡Ustedes son los culpables de que no pudiera recordar a Michael! 

Jerry no pudo más, cortó la distancia tomando a Lee y arrojándola a una habitación donde permanecería encerrada. Seguirían dándole el té hasta que no quedase una pizca de recuerdos de su primo.

—¿Cómo demonios pudo recordar? —menciona rascando su cabeza—, acaso no le diste a beber el té.

—Por supuesto que se lo dí, sin falta. Pero... —Mila intentó recordar aquellas salidas. Quizás Michael esté relacionado con todo esto, si le explicaba las razones, ella sería golpeada por sus descuido ya que estaba cargo de que Lee jamás saliera.

–¿Pero..? Me ocultas alto importante (?)

—No, lo que iba a decirle es que hoy justamente, mientras hacía las compras me topé con ex compañeros, al parecer estaban de visita en el lugar.

—¿Compañeros? Aquellos que pelearon contigo y Lee en la guerra. Interesante... Solo espero que no te siguieran aquí —pregunta ansioso.

—Claro que no, me aseguré de ello.

—Esta bien, para estar más seguros aumentaré el poder mágico de las barreras. Por otro lado, no dejes que Lee salga de la habitación —ordena furioso. Mila asiente con la cabeza y espera a que este se aleje del hogar.

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Del otro lado de la barrera, los chicos esperaban volver a toparse con el hombre misterioso. Aunque este no volvió a salir ya que el agregar más fuerza al conjuro, lo hacía desde adentro, evitando que incluso el saliera.

Cuando los chicos quisieron entrar, ya no les era tan fácil, necesitaban usar más mana del acostumbrado. 

Para su suerte, parte del equipo se había cruzado al lugar para estar prevenidos. Mientras que Jerry agregaba más poder a la barrera, estos aprovecharon para buscar a Lee. 

Aunque el lugar no era muy grande, era la única casa entre los árboles, había mucha flora que adornaba el lugar. Todo estaba modificado para hacer sentir cómoda a Lee. 

Josh y Hank estaba usando magia de invisibilidad, habían escuchado todo, la pelea que tenían hace unos momentos. Ahora que conocían la cara del hombre que había cometido delitos, debían enfocarse en sacar a Lee.

Por suerte, Hank era experto. Cuando estaba en la militarizada y los chicos le causaban bromas donde lo encerraban en los vestidores. Aprendió a abrir las puertas para ir tras de ellos y darles su merecido.

Mila estaba preparando una taza nueva de té, era hora de la medicina borra memorias. Aunque se sentía culpable por sus acciones, estas pronto tendrían un beneficio. Ella planeaba tomar a Jerry con la guardia baja y escapar juntas. 

Jamás pensó en dañarla, solo quería que su sonrisa no se apagara. Siempre que estuvieron en la militarizada ella era protegida por Lee, estaba vez las cosas serían diferentes.

Al abrir la puerta, Lee estaba en posición de ataque, estaba lista para golpear a Jerry. Pero al darse cuenta de aquellas personas, bajo su guardia tratando de recordar esas caras que dentro de su corazón, sabia que eran muy familiares.

—Lee tenemos que sacarte de aquí, de lo contrario él regresará y no podremos protegerte —menciona Hank estirando su mano.

—¡Tú estabas con Michael! Tu me observabas mientras jugaba con Minley. 

—Puede que no lo recuerdas, pero tu me salvaste la vida. Tu me convertiste en quien soy actualmente. Ahora es mi momento, déjame ser tu héroe y regresemos con la familia. 

Lee no sabía porque sus palabras eran tan cálidas, sentía mucha ternura y confianza por ese hombre. Aunque era muy alto y tenebroso, sabía que sus sentimientos eran puros.

Estiró su mano sosteniendo a Hank, al tocarla su poder sigue compartido. Se volvieron invisibles para todos. Jock arregló la habitación creando una ilusión, cualquiera que abriera la puerta pensaría que Lee estaba durmiendo.

Los cuatro salieron de la casa, cuidándose las espaldas. Debido a la falta de memoria de Lee, su poder no podía ser controlado, era un blanco fácil para Jerry.

Al llegar a uno de los bordes del lugar, la pared estaba más dura que la última vez. Sería peligroso y difícil el quitar esa cantidad de energía. 

—Lee, necesitamos que nos ayudes. Debes romper con esta ilusión, concentra tu mana en una sola dirección —argumenta Jock mostrándole como hacerlo.

—No estoy muy segura de poder controlar tanto poder, pero lo intentaré —Lee colocó a Minley en los brazos de Hank para poder concentrarse.

Respiró hondo y pensó en donde pondría gran parte de su energía. El color, la forma, todo para romper esa barrera. Mientras más se concentraba, la visibilidad del otro lado regresaba.

—¡Vamos Lee! ¡Tú puedes! —Murmura Hank meneando su brazos.

Las copas de energía se aclararán casa vez más, del otro lado una cálida mano esperaba a Lee, por el sentir de su aura, abrió sus ojos observando a aquel ser que compartía su vitalidad. 

El anillo lo llevaba puesto, su largo hilo rojo estaba juntándose cada vez más. Las capas se eliminaban cada vez más rápido, pero no todo puede seguir bien.

Jerry ya había notado su ausencia, estaba dirigiéndose a ellos molesto. Su cuerpo ya no era el mismo, el enojo había sacado su verdadero ser. Un vampiro que había sido consumido por los celos y el odio, hasta llegar al punto de tener esos grandes cuernos característicos de un demonio.

CONTINUARÁ...




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