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El sol aun no salía y todo el lugar estaba oscuro, pero para las personas de este pueblo ya era hora de trabajar. Cada persona que vivía en ese pueblo se dirigía a las tierras de cultivo para cosechar y recoger su recompensa por haber trabajo, esa recompensa seria el pan de cada día.

Comer lo suficiente para no morir y vivir limitándose para guardar para los demás. Esta era la vida de estas personas y nadie se quejaba por esto, todos parecían vivir tranquilamente y en paz. 

Las personas conversaban entre ellos alegremente y todos los que vivían en este pueblo se conocían, cada persona que naciera ahí siempre encontró su final en ese pueblo, a nadie se le ocurrió la idea de salir a explorar el mundo. ¿Por qué?

Los adultos de ese pueblo siempre contaban historias de monstruos comiendo a los niños que salían del pueblo o los quienes desobedecían las palabras de sus padres. 

Muchas veces estos adultos exageraban sobre los monstruos y un ejemplo seria que una de las historias mas populares ahí era sobre un horrible demonio que con solo verlo explotaría tu cuerpo, pero el demonio usaría su magia para que siguieras consciente y te obligaría a ver como el demonio se come las partes de tu cuerpo uno por uno. Así había un infinidad de historias de demonios y monstruos, pero algunas veces una de esas historias podria ser cierta y no ser un simple cuento.

En ese pueblo vivía una persona llamada Alz Detheor, para los ojos de este chico el mundo era algo increíble y aterrador, pero fascinante a la vez.

Esta persona tenia el sueño de salir y explorar el mundo y ver como es realmente.