CAPÍTULO DOS
UN AÑO ANTES, 2015
Observo a Verónica frente a mi casa y comienzo a correr para sorprenderla, ella siempre va a mi casa para irnos a nuestro lugar favorito. A ella la conozco en la secundaria, cuando apenas llegó como becada en la escuela prestigiosa que estaba en aquel entonces, otras no se querían juntar, pero me agradaba mucho que nos hicimos amigas en un momento a otro para luego juntarnos con las demás.
—¿A por nuestras bebidas favoritas? —digo a sus espaldas, ella se da la vuelta y me comienza a sonreír, es tan bonita que me da felicidad.
—¡Sí! —dice para luego mirar hacia la puerta, —Pensé que estabas en tu casa, te quería sorprender…
—Me hubieras llamado, tengo un poco de chisme que te puedo contar —digo mientras voy por el auto guardado en la cochera
—Que bueno porque yo también tengo uno. —dice contenta.
—¿Qué es? Dime
—Conocí a un chico, es muy guapo, pero es extranjero…
—¿Y lo malo?
—Que sólo vino de vacaciones, pero en una semana se irá y se siente muy bien estar con él…
—Pues, no sé… —digo mientras me subo al auto y dejo que ella también lo haga, —Deberías hablarlo con él si lo que tienen lleva más que una amistad
—Te he dicho que he conocido a un chico, no que me gusta mucho
—Bueno, igual —digo mirando hacia todos lados, —¿Qué helado pedirás? Yo invito
Estamos sentadas cuando lo veo. Desde a lo lejos, con su chaqueta azul mirando hacia otro lugar, allí está él. Vestido como el tipo perfecto de mis sueños, observo a su costado y no hay nadie, aunque me hace pensar que tiene pareja.
Un chico guapo jamás estaría soltero, pienso.
—¿Qué miras? —dice Verónica hacia la ventana, pero desvío a tiempo hacia un señor gordito que sonríe al teléfono, —Que tipo, pero tan feo…
—Parece ser un señor muy contento…
Un chico se acerca con otro helado.
—Una cortesía de la casa —dice él dándome el helado en mi sitio, agradezco y veo que en el vaso tiene un papelito en dónde dice.
Hola Roma,
Siempre te he visto siempre por aquí pero nunca me atrevía a hablarte, así que me anime en hacerlo por papel dejando mi número al final -si te das cuenta, claro-. Eres muy bonita, eres mi tipo y quisiera que, si se puede, invitarte a salir a comer o al cine.
Si aceptas, agrega mi número y me lo dices. ¡Estoy nervioso que lo digas en mi área de trabajo! Por eso, porfa, dilo en texto. Si no aceptas, pues ignora esta nota y haz como nada pasó.
993 4XX XXX
Atte. Álvaro
—Al parecer tienes galán… —dice ella mirando al chico, entre risas comienza a decir, —Bueno, está guapo…
En mi mente recuerda al chico que vi antes y cuando volteo a verlo, ya no está. Claro, sólo es una persona que pasaba por la calle.