INTERROGATORIO 4: ALONDRA
PRESENTE
Esta chica es la más rara. Y no lo digo en el sentido de que sea una sospechosa más, sino en su forma de llorar a lo loco y exigir que arresten al que hizo aquello a Roma. Salgo de mi oficina al escuchar los gritos de la chica.
—Por fin se digna a salir de su oficina, ¡Haga algo! —dice ella gritando con lágrima en los ojos, —Mi amiga ha muerto, no la conoció… pero ella era una gran persona. ¡No merecía esto!
—Entiendo su molestia, pero me estoy encargando del caso. Tenga un poco de paciencia, esto no se resuelve de fácil…
—Quiero declarar, sé que no soy culpable de esto, pero quiero declarar, tengo algo que decir
Asintiendo, el policía que la tenía alejada de la entrada de mi puerta la deja pasar, la guío por la zona del interrogatorio mientras veo que el policía llama a otro detective para que observe.
—¿Qué sucede? No eres culpable de nada, no estuviste en aquella fiesta
—Así es. Estuve en mi casa, pero descubrí algo mientras estaba en mi casa, con mis padres.
—¿Qué…?
—Hace unos días antes de que sea 31 de diciembre, Roma fue a mi casa para compartir de un día de chicas junto a mi grupo de música… la cosa paso cuando ella se fue —saca de su bolso un sobre dorado, agarro aquel papel doblado para observar que hay dentro.
Saco y veo un diario morado que tenía letras de recortes con el nombre “Italia Floral”, cuando lo abrí, había muchas fotografías como cartas sin abrir como otras cuantas anotaciones. Leí un poco de lo que había dentro: Es un diario. El diario de Roma.
—Me fijé que había una carta de un color rojo, fue lo que se me cayó cuando lo recogí del piso de mi habitación… por favor léalo.
Agarré la carta roja y lo leí:
“Hola Roma, soy alguien a quien conoces, pero seré tu secreto escondido… no me caes bien, eso tienes que saberlo. Nunca fuiste al parque que te dije que fueras, ¿piensas que lo que digo es broma? Lo vas a pagar muy caro. Igualmente te doy un fuerte abrazo antes de que tu vida se caiga en pedazos”
—Es una amenaza a mi amiga, quise buscar quien había sido, por lo que la invitaba más seguido a ella a mi casa, pero cada día… ella cambiaba mucho. Cada vez menos ella.