CAPITULO 4
Simples Humanos
El amor… ¿Que se puede decir de este sentimiento? Una atracción o simple ficción creada por los humanos que de una forma extraña y rara por que no todos tienen el placer de conocerlo, hace un vínculo tan poderoso que provoca nauseas o al menos eso pensaba hasta que me detuve a pensar en América y la extraña sensación que provoca el vacío que me genera cuando de la nada quiero correr a un lugar sin punto fijo aparente y es cuando me encuentro de esta forma.
Sus caricias son tan frías que no logro sentir más que un toque sutil, no está la chispa que sentí la primera vez, ni mi piel aclama ser tocada. Las manos del extraño recorren mi abdomen y su boca besa mi cuello, no siento nada y eso me molesta. No tanto el no sentir simple pasión si no que siento que estoy traicionando a América, ¿Es posible guardarle luto a un muerto?, está apunto de desabotonar el último botón de mi camisa y lo alejó de golpe haciéndolo caer, su expresión muestra confusión y lo entiendo yo también lo estoy, solo nos miramos, el con cabello rubio despeinado, sin camisa dejando ver su piel blanca trabajada, la verdad es que tiene buen aspecto pero eso no es suficiente, me levantó de la cama y abrocho los botones de la camisa y salgo de la pequeña casa.
—¿Hice mal? —escucho su voz alcanzándome
—Sí, No eres el —es lo único que respondo volviéndome a alejar
Seguí mi camino sin decir nada dejando que el aire frío de la madrugada le pegara en la cara, ¿porque? Es lo único que me he cuestionado ultimadamente, siempre que trato de estar con un hombre termina de esta forma, Si Getvy logro que sintiera como un humano, pero ¿porque siendo sirena sentí con América?, ¿Me quedare así para siempre?, demasiadas preguntas sin contestar.
Despierto con la luz del día que pasa por el ventanal, aun siento dolor, pero es tolerable, me encuentro vendada. Debería sentirme mal de no recordar lo que hice ayer… Es momentos como estos que detesto ser inmortal. Me coloco la camisa abotonando los botones como puedo y unos pantalones que veo cerca junto con mis típicas botas.
Salí sin encontrar a nadie, esto es raro cuanto todos parecen asesorarse de que aun respiro, levantó una ceja y miro a mi alrededor encontrando puerto, cuando bajo de un salto olvidándome de que mi cuerpo aun duele
—¡Mierda!, —grito a pulmón, esto no debería doler tanto así que es un hecho de que esta tortura es por parte de Getvy
—¿Capitana? —Hullz estaba frente preocupado
—¿Si? —respondió en un susurro tratando de recuperarme
—No debería estar...
—¿Dónde están todos? —lo corto enderezándome y lo miro fijo
—Estamos buscando las cosas que Getvy nos mandó a buscar para usted —soltó rápido Hullz como si fuera un crimen
Miro de nuevo miro a mi alrededor y de diferentes partes venía su tripulación cargando costales de diferentes
Cada uno la saludo con una sonrisa y un "En hora buena Capitana"
Siguió caminando por el puerto hasta llegar a la arena y comienzo una caminata. Por mi caminata encuentro a tres hombres golpeando algo o alguien lo deduje al escuchar un chillido, pero al tenerlos más de cerca se me hicieron conocidos, oh ya recuerdo quien me hizo la herida, eso quiere decir que libero a la bruja de toda sospecha.
—Hey imbéciles, ¿La revancha? —les grito haciéndolos saltar del susto
En cuanto nuestras miradas se cruzaron vi el terror, ese que me hace sentir más poderosa. Al parecer si di lucha ya que salen corriendo.
La curiosidad me gana así que me acerco más encontrando un agujero. Escuche algo estoy segura, miro a todos lados buscando una pista, pero nada, opto por sentarme frente a este y mirar más detenidamente encontrándome a algo peludo, pero su aura no se percibe como un animal, hay magia ahí.
—¡Ven aquí! —ordene dando un golpe en la arena
Un pequeño mono de pelaje negro salió, alzó la mirada y unos ojos color amarillo con pupila color azul me dieron la bienvenida.
—Ahora entiendo porque te querían —estiro mi mano para tocarlo, pero me detengo al ver lo lastimado que esta —Vamos a casa —sonrió tratando de darle seguridad
El mono sube rápido por mi brazo hasta llegar al hombro, e escuchado que algunos piratas tienen un perico en su hombro, aunque para ser sinceros es algo tonto, ¿Cuántas aves eligen quedarse por voluntad propia? Cuando pueden conocer más de lo que les ofrecen. Camino de regreso al barco y lo primero que veo es a una Getvy con su cabello verdoso elevado por los aires, eso significa que está molesta además de que su mirada me sigue como si quisiera matarme, pero ya estoy más que acostumbrada.
—Estoy en serios problemas… —susurro sin perder la sonrisa, estoy segura de que eso es lo que la molesta mas
Getvy da dos pasos adelante, pero se detuvo y dio un salto atrás cuando vio al mono dar un salto para convertirse en un monstruo de dos metros de altura.
Sinceramente esto no me lo esperaba, solo un mono mágico de colores raros y no un monstruo que está a punto de cometer la estupidez de atacar una bruja que lo puede convertir en un ratón.
Apariencia temible a simple vista, una delgada capa de pelo color verde oscuro lo cubre de su hocico escurre una baba rojiza que por su olor puedo deducir que dolerá cada gota sobre la piel y en su cola en la parte final tiene la cabeza de una víbora, este tipo de bestias son conocidas por su apego a otros además de su fuerza sobrepasa la de 4 sirenas juntas que para mí es mucho. Salgo de mi momento reflexivo.
—¡Anny! —Grita Getvy en el momento que recibe un golpe del simio
Cae a unos metros, Getvy se levanta rápido al ver el mono saltar hasta ella, es me sorprende cunado sinceramente la he subestimado, así que con toda la tranquilidad del mundo me siento a ver. Crea esferas de fuego y ataca sus pies deteniéndolo en seco, pero el mono trata de esquivarlos, pero al parecer por su altura y peso solo puede golpear las esferas eso lo hace bastante lento de repente no puede mover las piernas cuando bajo la mirada encuentro enredaderas verdes con una flor celeste con espinas en sus pétalos de inmediato salto alejándose de esta, sin esperarlo volvió a saltar llegando a un metro de Getvy quien ya estaba preparada para volver atacar. Siento algo pasar por mi mejilla y cuando toco me doy cuenta de que sudo, Baltazar me mira preocupado, sin pensarlo bastante bien interfiere en su pelea.