Capitulo V
PARIS- Día 1
Querida madre: siento tanto que en mi lugar, reciba usted una carta, pero he dejado mi viaje para el próximo barco. Usted me va a entender; ¿recuerda cuando yo tenía 10 años y me contaba, que cuando estuvo en las orillas del Sena, cerraba dulcemente los ojos, y podía ver al gran cacique navegar por estas aguas? Veía éste río majestuoso, y en él a mi padre, en una colorida canoa, altivo y sereno, vivaz y noble. Me pasa ahora madre, estando aquí en estas orillas también lo veo, navegando en una canoa de cristal, y como no lo pude conocer, veo que su rostro en como el águila, y es majestuoso, igual al río.
Paso muchos días y horas aquí, y he conocido a Pierre, un joven estudiante de filosofía. Es un muchacho dulce, que siente igual que yo estando en las orillas del río, aquí se puede concentrar y estudiar; me ha gustado aprender con el tantas cosas; me ha dado un libro, lo he leído aquí, se lo he explicado a él, y se ha quedado muy sorprendido, porque cuando ha ido a dar su lección, lo han felicitado por haber interpretado tan profundamente al escritor. De modo que han venido algunos amigos que estudian con él, y también me han traído sus libros, que le aseguro madre, son muy significativos, y estos muchachos y muchachas están contentos conmigo, y yo con ellos. Tengo nuevos amigos madre, creo que es importante. Hace muchos días que nos encontramos ya en el domicilio de Pierre, leemos libros, charlamos, bebemos una bebida fuerte y dulzona, comemos también. Estoy muy contenta madre, me gusta conocer gente nueva, y sobre todo, que me traten tan bién.
Día 40
Madre, sigo contándole mi experiencia en Paris, con mis nuevos amigos. En realidad, pasamos tanto tiempo juntos con Pierre, que los dos hemos sentido igual, cuando nos miramos, nuestro corazón late con más fuerza, y él me ha dicho: “muchacha del nuevo mundo, yo te amo y me gustas más que todos mis amigos”. ¿Se da cuenta madre? Fué algo tan extraño darme cuenta que vengo al río ahora, no para ver a mi padre, vengo para ver a Pierre. De noche no me duermo si no pienso antes en éste hombre, y cuando me levanto, mi primer pensamiento es para él. Pero no se preocupe Ud., madre, para nosotras, antes que nada está el honor, y el deber. Yo no olvidaré que mi deber, es volver y casarme con Juan, Juan es nuestra sangre, Juan es nuestra gente, yo ahora, solo sueño.
Día 50
Querida madre, hoy estuve pensando en qué pasaría si Juan comprendiera que amo a otro hombre. Tal vez a él también le sucede amar a otra mujer, él pasa mucho tiempo con las muchachas del campo, son todas muy bonitas, podría ser. ¿Usted qué piensa de esto? Lo que siento por Pierre es diferente de lo que siento por Juan, lo único que me molesta es que también siento que se me aflojan las piernas cuando lo veo, y no me gusta la debilidad, pero no lo puedo dominar madre, y él ha vuelto a decirme que me ama. Hace unos días ha cumplido años, y me ha invitado a una fiesta que hizo para todos sus amigos; le he regalado mi brazalete de oro que tanto le gustaba, y se ha puesto muy feliz, le brillaba la mirada. Yo no sabía que se podía amar así a un hombre. En realidad, tengo que hablar con Juan, nos conocemos desde niños, él sabe que mi corazón no lo engañaría, y mentirle sería hacerlo. Pero viajaré en el próximo barco en unos días, quiero hablar primero personalmente con Ud. y mi tía, le he dicho a Pierre que en algún momento, podríamos viajar juntos.
Día 55
Madre, ayer tenía que ir a consultar al administrador aquí en París por una nueva venta de barcos. He pasado por su oficina, pero no lo encontré. Como estaba cerca del domicilio de Pierre, he ido sin avisar. He encontrado la puerta semiabierta y he entrado. Oí voces en la sala superior, pero sin saber por qué, me quedé allí, primero para identificar las voces que oía, y luego, porque ya mi espíritu me avisaba del peligro. Oí una voz de mujer:
- ¡pero cómo es posible que en una hora, lea un libro y se lo aprenda de memoria!!
- bueno, pero no ha sido sólo uno, del tiempo que la conocemos, aprendió más de 20-
- no lo puedo creer, ¿cómo lo hace?
- es hechicera, es india, del nuevo mundo, creo que tiene mucho que ver el humo de sus cigarros. Cuando la conocí, estaba semidormida, fumando, sentada en cuclillas, a orillas del río, y bueno, viste la ropa que usa!!-
- sí, yo pensé también que era hechicería, es la única forma. Pero, ¿de verdad te ha regalado esto? ¿No se lo robaste? Esto pesa mucho, ¡cuesta una fortuna!!-
- ¡Me lo regaló!! Ni debe saber lo que vale ésto, lee mucho pero creo que no aprende nada, si es magia, funciona así, ¡desaparece el conocimiento!es una india bruta! Nosotros la tenemos en el grupo para que nos ayude con los libros, pero el otro día, casi me pesca mi padre allá en el río, con ella, por suerte no la vió, porque me quita el sueldo si se entera, imagínate que tenemos una esclava en casa, traída de allá, una india que todavía no aprende a peinarse!!!-
Yo no podía casi respirar, y el pecho se me había cerrado. Nunca tuve esa sensación, ni cuando estuve a punto de morir cuando me caí dentro de la mina. Como debo haber perdido tiempo en reconocer si aún estaba con pulso, de pronto, ya bajaban de la sala, y tuve que esconderme en una sala contigua, cuando ya todos se estaban saludando para irse. Como no sintiera más voces, me asomé para salir, pero tuve que esconderme otra vez, al ver que Pierre con una muchacha estaban desvistiéndose desesperadamente, mientras se besaban y se tocaban los cuerpos. Cuerpos enteramente blancos, húmedos, pegajosos, unidos delante de mí, de mis ojos tan espantados, que miraban ese espectáculo, sabiendo que quedará en mi mente para siempre. La muchacha usaba en su brazo largo y perfumado, el brazalete que le regalé a Pierre.
Día 56