Esta es la historia de un joven que su mayor deseo era fallecer el día siguiente después de dormir... El lo deseaba, lo pedía con ansias.
Un niño nacido y crecido en plena oscuridad, vivió una vida dura. Su madre murió tras darle a luz, y su padre huyó, dejándolo en un orfanato ya que al perder a su esposa le hizo tanto daño que no soporto la idea de criar un hijo sin ella, que, poco tiempo después, en las noticias el padre apareció, pero colgado desde el techo.
Años después, el niño sin nombre y sin padres, fue adoptado por una familia de clase media, le dieron un nombre, una casa donde refugiarse... Pero no cuando el padre adoptivo este borracho, el niño para refugiarse, se escondía en el baño, entre lagrimas rogando que no lo encontrara; cuando el señor se calmaba, el salia hacia la sala y se acostaba en el suelo, el no sabe la razón por la cual hace eso, sólo sabe que ese es el lugar donde todo fluye, problemas o alegrías, ahí es el lugar.
En su habitación, no puede estar tranquilo, ni seguro, ya que sus otros hermanos lo molestan en la noche, lugar donde el silencio y la paz no convivían en armonía, aunque ellos dormían en cuartos diferentes, nunca faltaban los golpes de parte de esos niños. La cocina... es como una zona de guerra, cada discusión era en la cocina, regaños o incluso el maltrato que, por alguna razón, siempre es dirigida hacia el huérfano... Pobre muchacho.
No tenía a donde más ir, sólo aguantaba todo, se traga lo que pasa en su casa, su rencor e ira se acumulan al pasar de los años, y su única salvación es: el arte, la escritura y la poesía.
Ahora ese niño tiene diez y siete años, y su nombre es Zack Cooper.
El va a la escuela donde sus otros hermanos asisten, como es costumbre, no podía estar con ellos en los tiempos libres, al pisar la entrada del colegio, son completos extraños.
Zack, se sienta al fondo de la clase, cerca de la ventana. El profesor entra y todos los alumnos lo saludan con respeto.
— Buenos días, clase — Dijo sin mucha gana — Abran sus libros de texto en la pagina treinta y dos...
La clase empezó y continuó hasta que llego la hora del receso, Zack no se molesta en salir y opta por quedarse en el salón hasta que terminará el tiempo libre. Aburrido, sacó su libreta de pasta negra y se puso a escribir.
Otro alumno llamado: Ryan Reynolds, se había quedado dormido durante las clases, se despierta de golpe al oír el silencio que yace en el salón, este rubio personaje accidentalmente, observó a Zack, quien esta sumergido en sus pensamientos. Ryan al ver que esta solo con Zack, se pone nervioso ya que en su poca estadía en el colegio, nunca le ha tocado estar a solas con el. Y tambien, su corto tiempo que ha estado en ese colegio, lo han bombardeado con rumores excesivamente negativos sobre Zack.
El huérfano, sube su miraba y tira el lápiz hacia su mesa, se inclino más en su silla y dio una mirada a todo el salón hasta que se percató de la presencia del rubio, quien lo observa con nerviosismo.
— ¿Pasa algo? — Preguntó Zack al rubio.
— ¡N-no!, ¡¡nada!! — Exclamó nervioso — ¡Me acabo de despertar! — Dijo — ¡¿Porqué... estoy nervioso ante el?! — Pensó.
— La clase acabo hace unos momentos, aun puedes ir a dar una vuelta al patio — Dijo sin quitarle la vista de encima.
La "seria" y fija mirada de Zack, puso incomodo al rubio — ¡¡Iré a dar una vuelta... entonces!! — Dijo Ryan, levantándose de golpe para salir del lugar
Zack, lo miró hasta que este cruzó la puerta, devolvió su vista a su libreta y suspiró. Su cabello negro que cubre una pequeña parte de sus ojos marrones, se perdieron de nuevo en las palabras que escribió
— Al fin... solo — Dijo con una alegría disimulada.
El receso termino y las clases seguían y seguían y en la ultima hora antes del segundo receso, el profesor pidió que hicieran grupos de dos para completar el trabajo asignado, pero nadie se decidía con quien trabajar, así que, el los eligió. Llamo por apellidos, uno por uno.
— Collins con Savage — Dijo viendo la lista de asistencia.
Andrea Collins se levanto e intercambio puesto con el compañero de al lado de John Savage.
— Mirren con Allen — Dijo sin emoción.
Mirren intercambio de puesto con el compañero de al lado de Allen, siguiendo el ejemplo de Andrea Collins. Y así, fue nombrando uno por uno hasta llegar a Zack, quedaban tres alumnos mas que están disponibles para ser su compañero de trabajo en esa clase. Nadie quiere ser su pareja en el trabajo, lo tacharon como raro, y su intensa aura distante y evasiva es demasiado para ellos. Ryan Reynolds, Alex Adams y Lila Woods, son los que faltan emparejar.
— Buena suerte, Ryan — Dijo Alex — Te veo en el otro lado — Hablo dramáticamente.
— No ocupo tu suerte, Alex — Dijo mirándolo algo extrañado.
— ¡La ocuparas!. Ya sabes los rumores que circulan de el — Dijo Alex, señalando a Zack — Dicen que es violento, y que lo encontraron golpeando a un chico de primer año — Dijo nervioso.
— No sabes si es verdad, Alex — Dijo Ryan, dejando de escuchar lo que Alex le decía sobre Zack — Aun que... a decir verdad, me pone de nervios de punta al estar cerca de el — Pensó.
— ¡¡Espero que salgas vivo, después de trabajar con el!! — Dijo Alex, dramáticamente — ¡Escuche que el ultimo que fue compañero de el, hizo todo su trabajo obligado!
Ryan, miro fijamente a Zack, ignorando las palabras de Alex, el huérfano no prestaba atención a las palabras del profesor, solo esta escribiendo en su libreta, el profesor se detuvo a decidir quien de los tres iba ser la pareja de Zack.
— Cooper con... — Dijo aun decidiendo quien.
— ¡Por favor! A mi no — Dijo Alex cruzando los dedos en señal de suerte.
— Con Reynolds... — Dijo cerrando el listado — Los últimos dos que quedaron, son pareja para el trabajo asignado.
Alex, escuchó atentamente y con alegría — ¡Genial!. Pero... — Miró a Ryan — Tu tienes que cambiar de asiento, Reynolds.