El dulce sonido del dolor

Prólogo

WINTER:

21 de septiembre de 2005

 

La boda se ha terminado, es hora de la fiesta, esta tiene una temática interesante y muy buena, es bastante simple, hay que llevar un antifaz, color negro para los invitados, color blanco para los novios, todo están entrando al salón, yo estoy parada en el centro del escenario, soy la cantante principal del coro que han contratado para cantar y tocar en el salón, mientras los invitados entran comienzo a calentar la voz y ponerme de acuerdo con mis compañeros por lo que una vez lista comienzo a prepararme, el repertorio es libre, los novios han escogido la primera canción, sin embargo, todas las demás se escogerán conforme la fiesta avance. Cuando todos se encuentran en sus lugares sé que la presentación ha comenzado.

—¡buenas noches!—dice mi compañera de coro Mara.

Ella es la encargada de dar los discursos de bienvenida siendo él mismos siempre “buenas noches, gracias por invitarnos, hoy estaremos festejando...”,  En este caso "festejando a los novios" cuando Mara termina su discurso el piano comienza, segundos después estoy cantando “Perfect de Ed Sheeran”, una canción preciosa a mi parecer.

Continuó cantando, me dejo llevar por la letra de esta hermosa canción deseando que pronto sea yo quien la baile, quien la disfrute, quien la recuerde.

La canción sigue, todas las chicas del coro cantamos, mi voz resuena, siento la música y fluyó con ella, amo cantar, siempre ha sido mi pasión es por eso que estoy en el coro, esperando y luchando para que la oportunidad llegue.

La melodía evoluciona, a una que no necesita de voz alguna, sin embargo, esto dura tan solo unos segundos, ya que de nuevo volvemos a cantar, enamorándome una vez más de esta escena y corriendo detrás de ella.

La canción finaliza, todos comienzan a aplaudir, es ahí cuando visualizo al novio, sus cabellos miel y ojos avellana me hacen recordar a la persona que amo, sin embargo, al no mirar bien el rostro simplemente continuó aplaudiendo y agradeciendo hasta que el padre de la novia grita.

—¡fuera máscaras!

Todos los invitados lanzan sus máscaras, le continúan los novios y cuando estoy por lanzar la mía que es de un tono azulado, ya que así decidieron que serían las máscaras del coro, lo veo... el novio, ese chico que ahora está casado es nada más y nada menos que mi prometido, el hombre del que estoy enamorada está casado, ese dulce chico que hace ya cinco meses me propuso matrimonio hoy está con otra mujer, una que ahora es su esposa, mi sangre se hiela, estoy unos segundos en trance hasta que una furia sale de mi interior acompañada por una gran y destructiva tristeza, la furia abarca poco a poco mi corazón creando una capa de frío en mi alma, una montaña de hielo cae sobre mi roto corazón y la tristeza de igual forma lo hace, sin embargo, ninguna lágrima escapa de mis ojos azules cristalinos, no hago gesto alguno, mi rostro no cuenta lo que sucede y mis facciones están simplemente estáticas, cuando él voltea y me mira la sonrisa de su rostro desaparece, sus ojos ahora cargan un dolor y tristeza absoluta, un peso que ahora ya no me lastima como hace algunos minutos lo hubiera hecho o eso me hago creer, mi mejor amiga Isla lo reconoce de forma inmediata, ella se acerca a mí, posa su brazo sobre mis hombros, toma el micrófono y dice:

—ahora cantáremos una canción pedida específicamente por algún invitado sorpresa ¡buenas noches!

Isla se dirige hacia la banda que toca junto al coro, les da una serie de instrucciones y segundos después el piano comienza trayendo consigo la canción “Consequenses de Camila Cabello” además del dolor que siento ahora. Canto tratando con las fuerzas más potentes que ahora tengo no llorar, no desmoronarme y aunque el aire en mis pulmones comienza a faltar continuo despedazándome aún más.

El dolor dentro de mí crece y cuando dentro de la letra menciona como se ignoraron las sirenas sé que es verdad, dentro de la relación que mantuve con él siempre hubo cosas que nunca me agradaron y ahora sé que pago por ello, por no hacer caso a lo que alguna vez mi cabeza dijo, porque el amor es ciego y ahora lo descubría de la forma más nefasta posible.

Vuelve el coro de la canción y lo canto con fuertes emociones agolpándose en mi pecho, el “oh, oh, oh, oh" continua mientras mi corazón deja de sentir y mi cuerpo me pide que deje salir la tristeza que ahora me envuelve como un abrazo frío y realista.

El piano toca, la melodía continua y pequeños sonidos salen de mi boca, siguen siendo “oh, oh”pero ahora más agudos hasta que casi grito en una nota, en esta se denota el dolor que siento ahora, termino con simples “la, la, la, la”que son casi como aullidos de dolor, un dolor que no se desaparecerá y por primera vez en mi vida mi nombre “Winter” es justo como me siento ahora, con un invierno gigante abundando mi corazón, un invierno que ahora consume hasta la última de alegría y esperanza, ahora soy un invierno andante, uno que no se derretirá porque ese corazón ahora invernado ya no soporto más.

La canción termina, mi corazón duele, mis ojos arden, sin embargo, no me permito llorar, cuando el piano se detiene todos se levantan y aplauden, él susurra un “lo siento” que a pesar de no escucharlo lo leo, pero eso a mí ya no me interesa, miro como de sus ojos avellana salen pequeñas lágrimas, sin embargo, ahora mi frío corazón le dedica algo que jamás pensé dedicarle, una sarcástica sonrisa, una sonrisa llena de logro, de lástima, mis ojos le dedican mil emociones, pero jamás le dedican dolor o tristeza solo lástima y estupidez incluso desaprobación y decepción, sin embargo, jamás le muestro lo que realmente siento, él mira mis ojos y esa sonrisa llena de sarcasmo y lástima, se sorprende lo sé, le duele lo sé, se están desvaneciendo lo sé, pero ya no me importa muy por, en cambio, me agrada, me gusta que este tan mal, que esté llorando mi partida y es ahí cuando me juro que yo no lloraré la suya, no frente a él al menos, que Winter Thompson ahora será solo eso, un invierno congelado para toda la vida, será como una noche helada, por primera vez no deseo escapar de la oscuridad que ahora me envuelve porque extrañamente esta no hace más que reconfortarme, con una sonrisa de suficiencia me dejo abrazar por esta, recordándome una y otra vez no correr al último atisbo de luz que aún veo, un pequeño destello que poco a poco se cierra, un escape de la oscuridad que ahora... ya no está, y sé que en este momento y para siempre el invierno reinará en mi corazón, ya no seré más una chica reinada por la luz, seré una auténtica reina oscura, seré una mujer helada, una mujer incapaz de volver a amar, ahora soy un oscuro y frío invierno, uno triste y vacío, un invierno es el que ahora reina mis ojos, mi ser, mi corazón, mi alma y mi cabeza, un ser que nunca desaparecerá porque yo no quiero que lo haga, mi alma apagada, mi corazón invernado y mi cabeza presente es lo que ahora define a Winter Thompson la chica de hielo, la reina del invierno.




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