El Juego Blanco

Capítulo 1 - El Comienzo.

Corrían el reloj, eran las dos de la mañana, nuevamente tuve otro ataque emocional a esa hora, estaba hospitalizado en C.I.H.P.B, acrónimo de Centro de Investigación Humano Psicológica Brain, la alarma de emergencia comenzó a sonar, todos debían acudir a retener al único paciente internado, por supuesto, aun no sabes quién soy yo, daré pie a mi historia.

Mi nombre es Dante Rogers, desde hace un tiempo vivo hospitalizado, a decir verdad desde que nací he estado internado en este lugar, soy el único ser humano en el mundo que por alguna razón desconocida tengo una enfermedad llamada Doble Personalidad Disfuncional Violenta, técnicamente dentro de mi existe otra personalidad que tiene la tendencia de ser extremadamente violento con características asesinas, es más que clara la razón por la que me colocaron en este lugar, mi enfermedad tiene que ser erradicada, ¿Por qué?, porque en un mundo en paz no pueden convivir aberraciones como yo.

Hace ya unos cuantos años atrás, el mundo se sumó en la peor de las guerras alguna vez ocurrida, las muertes sucedidas eran incontables, el caos y la devastación fue colosal, al terminar la guerra y ver todo el daño causado, los mejores científicos en todo el mundo desarrollaron una maquina llamada Hush que literalmente significa silencio, eliminaba la inclinación violenta natural que demuestra el ser humano, haciéndolo más pasivo, dócil y amigable, las naciones que aún quedaban en la ONU dio luz verde al proyecto “Nuevo Edén”, el objetivo era erradicar la violencia y crear un mundo de paz, pero como toda la historia ha demostrado la naturaleza se abre paso y lanza la contraria a las ideas humanas, la paz y la calma se veía amenazada cuando yo nací.

El protocolo para cuando nace un nuevo niño, es examinarlo con Hush para determinar si el infante presenta alguna inclinación violenta, gracias a la purificación de violencia que se ha realizado durante años, afecto la genética y las nuevas generaciones nacían sin estibo alguno de violencia, en pocas palabras, no era necesario una eliminación forzada de la violencia; cuando fui analizado con Hush, no solo registro un alto nivel de violencia, también descubrió el problema de personalidad disociativa que se desarrollaría con los años, según me he enterado, médicos, enfermeras y pacientes que se encontraban en el hospital aquel día, se desmayaron al ver mi diagnóstico, era la única manera en la que podían reaccionar, ya que no sabían pelear ni actuar violentamente como para intentar matarme.

Ya en el C.I.H.P.B, no podía tener contacto con el exterior, fui aislado de mis padres, no tenía lugar en la sociedad, a sus ojos era un marginado, durante años han intentado erradicar mi enfermedad, pero desgraciadamente ha sido imposible, tras muchos ataques que presentaba, adaptaron mi habitación con gas somnífero, pero en ocasiones, esto ni siquiera funcionaba, y justamente este día, el día en que cumplo la mayoría de edad, mi enfermedad se agrava y soy casi incontenible, pero quizás exista una solución.

Ya que Hush no fue suficiente para mí, empezaron a estudiarme y crearon un Hush mucho más potente, pero al mismo tiempo inestable, no lo usaron antes conmigo porque mis padres no lo permitieron, haciendo caso omiso a sus deseos, yo accedí a que utilizaran la maquina conmigo para cuando cumpliera la mayoría de edad, ese día llego y mientras los enfermeros tratan de sedarme entre patadas y golpes me llevan al sitio donde seré “liberado”, allí me espera la única persona a quien puedo llamar mi amigo, el doctor Cross Pech, fue el que tuvo la valía de criarme y estar al pendiente de mí, según él, mi capacidad no ha sido aminorada por mi enfermedad, soy inteligente, se leer, escribir, dibujar, calcular, y entre otras cosas me llevo bien con la tecnología, cuando salga de aquí espero estudiar mucho más.

Al final lograron atarme a una silla que conectaba con Hush, me retorcía en mi asiento, mi rostro se tornaba cada vez más rojo, mis venas parecían que iban a explotar, el doctor Pech me miró fijamente y sonrió levemente, sabía que todo estaba por terminar, sentí un pinchazo en mi brazo y poco a poco fui cediendo al sedante, mi respiración se normalizo y me quede profundamente dormido, solo que para el procedimiento era necesario que estuviera despierto, así pasaron unas horas hasta que despertara en una condición estable y tan pronto desperté, escuche la orden del doctor Pech de encender la máquina, de manera inmediata algo cambio dentro de mí, mi cuerpo se sentía frio, mi visión se hacía borrosa hasta que quedo completamente oscura, el sonido exterior se hizo distante y todo quedo en silencio, ahora comprendía el nombre de la máquina.

Por un momento me emocioné, todo indicaba que la maquina estaba funcionando correctamente, citando de algún libro que leí alguna vez: todo iba viento en popa; al menos así parecía hasta que ocurrió lo inesperado.



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En el texto hay: tragedia, aventura, suspenso

Editado: 23.09.2018

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