El refugio improvisado estaba lejos de ser un lugar de descanso. Aunque las bestias habían sido derrotadas, la tensión en el aire era densa. Entre los sobrevivientes, un grupo destacaba por la energía que los rodeaba. No solo Lyon había cambiado.
—No fue solo a mí… —murmuró, observando a su alrededor.
Su hermana, con su respiración aún agitada, tenía las manos temblorosas. Pero no era miedo lo que sentía. Era poder.
—Lyon… —su voz sonó insegura—. Yo también lo vi. Esa ventana…
[Ventana de Estado de Selena Artemis]
Nombre: Selena Artemis
Clase: Cazadora
Raza: Humana
Nivel: 2
Habilidades:
No era la única.
Otros sobrevivientes, aquellos que habían luchado a su lado, compartían la misma expresión de asombro y confusión. No solo habían sobrevivido; algo dentro de ellos había cambiado.
La prueba estaba justo frente a él.
Una de las bestias, aún agonizante en el suelo, intentó moverse. Pero antes de que Lyon pudiera reaccionar, su hermana alzó la mano, y una ráfaga de energía atravesó el cuerpo de la criatura, terminando con su vida de inmediato.
Lyon abrió los ojos de par en par.
—¿Cómo hiciste eso?
Su hermana lo miró con la misma sorpresa.
—No lo sé… Solo… sentí que podía hacerlo.
El resto de los que habían despertado se miraron entre sí. Sus ventanas de estado parpadeaban frente a ellos, mostrando habilidades que nunca antes habían poseído.
Este mundo estaba cambiando. Y ellos con él.
Desde lo alto, el dios de la dimensión observaba la escena con una sonrisa. No era solo Lyon. El mundo estaba comenzando a responder.
El dios del árbol también lo notó.
—La caza no será solo de él.
El dios de la dimensión no respondió, pero su interés por Lyon no disminuyó. Incluso con otros despertando, su mirada seguía fija en el joven cazador.
Fue entonces cuando su padre, el primer dios, rompió el silencio.
—Hijo mío —su voz resonó con la calma de una verdad inevitable—. Es hora de que vayas con él.
El dios de la dimensión giró bruscamente la cabeza hacia su padre, sorprendido.
—¿Qué?
El primer dios lo miró con esa sabiduría infinita que lo caracterizaba.
— Lo estás observando con demasiado interés. Es momento de que estés más cerca.
El dios del árbol permaneció en silencio, pero la pequeña curva en su boca indicaba que no le sorprendía la decisión de su padre.
El dios de la dimensión sintió algo extraño en su pecho.
¿Ir con Lyon?
No entendía del todo por qué, pero la idea le resultaba… emocionante.
—Voy a verlo de cerca —murmuró para sí mismo.
Con un simple gesto de su padre, la dimensión que lo rodeaba se fracturó, y la realidad misma comenzó a doblarse a su voluntad. La puerta que se había creado, esa misma que se encontraba cerrada con tanta precisión, que mencionó que nunca iba a atravesar, ahora se encontraba ante él. En ese momento, una figura mayor, poderosa y serena, apareció a su lado: Su padre.
Su padre, con una presencia tan imponente como la calma de un océano en su profundidad, extendió su mano y tocó la puerta con una leve presión. Al instante, la puerta se abrió ante él, y una corriente de energía pura emanó de su ser, envolviendo todo a su alrededor. Un portal se desplegó, no sólo hacia la tierra, sino hacia un plano que solo ellos podían controlar.
Pero justo cuando el dios dimensional estaba a punto de cruzar, el padre levantó su otra mano, haciendo un gesto que drenó la esencia de su hijo. En un instante, la atmósfera se volvió densa y pesada, como si toda la energía del dios dimensional fuera arrancada de su ser. Los poderes que lo definían desaparecieron, dejándolo vacío y vulnerable. La forma inmortal del dios comenzó a desmoronarse, transformándose en una figura mucho más humana.
—¿Qué me has hecho, padre? —murmuró, sintiendo cómo la nueva humanidad lo envolvía. — ¡Esto no fue lo acordado!
El padre lo miró con ternura, acercándose para poner una mano sobre su hombro.
—Lo haces porque lo necesitas, hijo. Este no es un castigo, es un regalo. Quiero que veas y sientas el mundo como lo hacen los mortales. Aquí, no serás un dios, serás tú mismo.
Un brillo comenzó a surgir en los ojos del dios, no de desdén, sino de una aceptación que nunca pensó que alcanzaría. Frente a él, apareció una "ventana de estado", como un recordatorio de su nueva realidad.
[Ventana de Estado del Dios Dimensional]
Nombre: [Dios Dimensional]
Clase: Ex-Dios
Raza: Humano
Nivel: 1
Habilidades: Ninguna
Estadísticas:
Desde las sombras, su hermano el dios del árbol observaba la escena. No había malicia en su mirada, solo comprensión. Aunque sabía que su hermano se sentiría vulnerable y confuso, también comprendía que este era el paso que necesitaba dar. Su hermano se acercó a su padre, quien también le dedicó una mirada reconociendo su presencia.
—Lo va a hacer bien, ¿verdad? —preguntó el hermano menor, con una ligera preocupación en su voz.
El padre asintió con firmeza, dándole una respuesta que solo él podía dar:
—Este es su viaje. Yo confío en él. Él tiene la fuerza que no sabe que tiene, y nosotros estaremos aquí para guiarlo.
El hermano sonrió, sus ojos brillando con una mezcla de amor y complicidad.
—Me alegra escuchar eso, padre. Yo también confío en él. Y si alguna vez se siente perdido, lo respaldaré. Después de todo, es mi hermano.