Capítulo 1
Primer contacto.
- Juguemos un poco Naia porfa -los ojos de Indira brillan como enormes caramelos de azúcar, al mismo tiempo que bromea con sus manos y las coloca en forma de súplica.
- Definitivamente no, estamos trabajando- La morena suspira, luego toma las carpetas con los archivos médicos de los pacientes a los que debe ir a atender.
- Que más da, eligire uno al azar e iremos juntas. Yo le atenderé y tú usarás tu don para saber que emociones le dominan - Indira insistió. Pero Naia se mantuvo firme y volvió a negarse rotundamente.
-El juego de las emociones fue una tontería de nuestra época universitaria. Ahora somos enfermeras residentes y no tenemos tiempo para jugar, hay 50 pacientes que debemos atender en toda la noche-
Indira bufó, y coloco cara de afligida - venga, está bien...- cedió al fin y tomó varias carpetas para ayudarle luego comenzaron a caminar juntas por el pasillo. - ¿Que tal si probamos con este paciente?- volvió a presionar, sonriendo de forma espontánea. Naia viro los ojos en señal de agobio y suspiró.
-No vas a parar de insistir hasta que acepté ¿Cierto?- Clavo los ojos en la rubia quién sonriente movía la cabeza en forma de afirmación. -Solo un paciente, por favor elige bien y después de eso solo a trabajar ¿Entendido?- la señalo con el dedo, Indira chilló de la emoción.
-Sii, como usted diga jefa ¡Gracias!- la abrazó de forma efusiva, Naia no pudo evitar sonreír. Indira era su mejor amiga desde que iban al instituto. Su amistad era tan fuerte y tan grande que ambas hicieron grandes sacrificios para poder entrar a estudiar en la misma universidad. En el caso de Indira, su familia tenía muchísimo dinero y querían que fuese a estudiar medicina en la Universidad Alfonso X El Sabio en Madrid. Pero Naiara no podía pagar la matrícula, pues la misma que superaba los 20.000 euros, mucho menos las cuotas semestrales. Así que Indira tuvo que prácticamente rogar a sus padres para que le permitieran estudiar En la Universidad Complutense de Madrid sin quitarle el apoyo económico.En un principio los padres de Indira se negaron, pero si algo caracterizaba a la rubia era su carácter persistente, y al final ellos terminaron cediendo. Por otro lado Naiara rechazo la oportunidad de estudiar en Murcia, donde la carrera le salía más económica y quedarse en Madrid estudiando y trabajando para poder costearse los gastos durante toda la carrera y estar junto a su amiga. Algo parecido sucedió cuando decidieron trabajar en el mismo hospital, Naiara lucho por el puesto y una vez dentro y fija, recomendó a Indira.
-¿Y bien a quien has elegido?- cuestionó en un estado sereno. Todo lo contrario a Indira que estaba eufórica.
-Mikelle Vannicelli ¿Que te parece?- La rubia alzó las cejas de formas repetitivas.
- Tiene nombre de mafioso... - Naia bromeó quitándole la carpeta para leer el historial médico.
-Tienes nombre de una posible buena cita - Indira sonrió imaginándose el aspecto físico del hombre.
-"Individuo de sexo masculino, de 24 años de edad, con una herida de bala en el hemitórax izquierdo, sin orificio de salida. Bajo anestesia general, se realizó toracotomía anterolateral a la altura del quinto espacio intercostal. Se estrajo el proyectil con éxito. La toracotomía se cerró, dejando dos sondas de drenaje sin succión, y el individuo evoluciono correctamente, estuvo fuera de la UCI en 5 días, y requiere atención primaria y supervisión 5 dias mas para recibir el alta"- Naiara leyó con un tono de voz fuerte, intentaba intimidar a Indira para cambiarse de opinión - Si, evidentemente el tipo es un mafioso - Agregó con frialdad y le entregó la carpeta a su amiga. Pero está lejos de sentirse intimidada por el informe, se sintió más emocionada.
-¡tenemos que conocerle!-
-No creo que sea buena idea, además está en recuperación de una Toracotomia, deberíamos solo cambiarle la solución fisiológica, hacerle la revisión y luego largarnos de ahí - Naia le advirtió pero Indira poco caso le hizo.
-Dijiste que yo elegiría, ya lo hice ¡Ahora Cumple tu palabra!-
-Dios, que cabezota eres. Bueno lo harémos rápido. Después de esto no jugaremos este estúpido juego nunca más - le advirtió, sorpresivamente Indira aceptó. Y juntas caminaron a la habitación.Indira abrió la puerta sigilosamente, y quedó delirante al ver al hombre que se encontraba dormido. -¿Que haces?- Naia musitó en un susurró que Indira eligió ignorar. Se acercó lo más que pudo y empezó a acariciarle el cabello.
-Que risos castaños más lindos, que brazos tan fuertes, que cejas tan bonitas y estas pestañas ¿Acaso no te da envidia que las tenga así estando internado?- Indira musitó y Naia estaba poniéndose nerviosa por el comportamiento errático de su Amiga.
- Estoy observando tu comportamiento, has saltado de la serenidad al éxtasis en un minuto ¿que diablos te pasa? ¡No juegues con los pacientes!- Naia le reclamó en un tono de voz bajo.
-No uses tus evaluaciones de emociones Conmigo, guarda tus talentos para este bombón-
-Indira por favor deja de tocarlo, te meterás en problemas...-
- Está dormido Naia, además solo estamos tú y yo- Indira intentó tocarle esta vez la cara pero Naia le golpeó la mano antes de que se atreviera.
-ya basta, apártate. El juego se acabó. Yo haré el trabajo y nos iremos de aquí- la pelinegra la miro con enfadó.
-No es un mafioso como dices, además tú me lo prometiste...estás rompiendo una promesa- Indira miró a Naia a los ojos y está noto en ella claramente la fusión de melancolia y sorpresa: decepción.
-¿te sientes decepcionada?- cuestionó dejando escapar un suspiro. Estaba agotada y no había empezado la noche.
-Odio que solo tu puedas hacerlo y seas tan aburrida -
-Eso significo un sí- contesto con desdén. Indira se cruzó de brazos. - No puedo percibir ninguna emoción porque él está dormido. Aparentemente debería estar sereno, pero por como late con fuerza su corazón parece estar en estado de alerta o vigilancia.- Naia se acercó a su rostro con sutileza para mirar porque estaba tan tensó si debería estar relajado.