Mikhael
Apreté con impotencia la hoja que tenía entre mis manos. Había llegado a casa para darle a Aitana la noticia sobre nuestros hijos, pero, en lugar de encontrar su presencia solamente estaba su anillo de bodas y una carta.
Los rasgos de sus escritura eran débiles entre momentos y luego más fuertes, y en otras ocasiones se tornaron fluidamente armoniosos.
Querido Mikhael, disculpa mi cobardía al no decirte las siguientes palabras en persona, pero, si te veía mi decisión de marcharme flaquearía, porque aún amo, aún te quiero, aún te admiro, aún te deseo con la misma intensidad.
Quiero que sepas que sí definitivamente por un momento creí odiarte por mentirme, por jugar con mis sentimientos, sin embargo, he decidido ver la realidad, no con el resentimiento sino con el alma. Y ella me dice que definitivamente tú me amaste.
Los momentos de amargura han sido eclipsados por lo momentos de felicidad que me has brindado, te agradezco por ellos, porque en algún punto de mi vida te volviste lo que siempre quise.
Se que es fácil creer que hemos perdido todo, pero no es verdad, hemos perdido una alternativa, mas no la vida. Así que no te condenes por tus decisiones, es absurdo condenarnos por las decisiones del pasado que en ese entonces consideramos correctas, abracemos la sabiduría de nuestras heridas y continuemos avanzando.
No es un adiós, porque incluso si no te volviera a ver, has logrado volverte parte de mi. Deseó recordarte con amor, y así lo haré. Atesoraré los momentos que compartimos juntos donde nuestras risas resonaban al unísono al igual que nuestras lágrimas. Disfruté recorrer parte de mi camino a lado tuyo, pero los senderos van en direcciones distintas y no sé si se vuelvan a encontrar por eso hoy te digo:
Gracias.
Aitana 🌹
Las lágrimas salen de mis ojos, y aprieto la carta contra mi pecho. Tomó los documentos del divorcio y los firmó. No porque me rinda, sino por todo lo contrario. No la retendré, quiero que me elija desde la libertad. Un amor que no ata, un amor que es libre es lo que deseo. Quiero que me elija no porque me necesite, sino porque quiere que forme parte de su mundo.
Lucharé por mis hijos, y también por ella.