Dos semanas despues
Dos semanas habían pasado ya desde la boda y el día de hoy me preparaba para llegar a la empresa como la señora Oliver.
Tenía una extraña mezcla de sentimientos por un lado me sentía un poco asustada aunque a la vez exultante de alegría.
Me senté a dar los últimos toques a mi cabello mientras a mi mente venían recuerdos de la "boda".
Entramos en el cuarto que la oficialia tenía dispuesta para aquellos asuntos, sólo nosotros y dos testigos, todo fue rápido; las palabras de rigor y desde luego las firma tanto de nosotros como novios como de los testigos, el de el según su chofer o no se que y la mía mi amiga que aunque no estuvo de acuerdo estaba ahí dándome su apoyo incindicional.
Luego de salir del registro civil fuimos al despacho del abogado a anexar una hoja que me dejaba como dueña de la mitad de todo lo que el tenía.
Nos fuimos de viaje tipo una luna de miel que sirviera como prueba sin contar las muchas fotos que nos tomamos y las muchas salidas en restaurantes que también sirvieran de prueba ante cualquier situación.
Conversar con el era muy fácil y en esos días me conto tantas cosas de el que entendía un poco el por que me había propuesto aquello y es que era descabellado dejarle una herencia a una desconocida.
- veo lo que haces con tu padre -me dijo - y créeme que me gustaría tener alguien que haga lo mismo por mi -suspiro - eres una mujer impresionante estudiaste algo que todos dicen que no tiene futuro y estas dando batalla para conseguirlo, te enfretaste a lo que te hizo el y aquí estas.
Escucharlo mencionar a Ricky me hizo guardar silencio, era un mal recuerdo para mi y aunque ya no dolía como antes el hecho de recordarlo me dejaba un mal sabor de boca.
- mi hijo - su voz me saco nuevamente de mis cavilaciones - sólo siguió con la editorial, aunque no le gusta siempre lo he sabido pero por alguna razón el prefirió hacer algo que no le gusta tal vez sólo por comodidad.
- a veces como hijos hacemos lo que creemos nuestro desean en muchas ocasiones pensé que defraudaba a mi familia pero si algo puedo decir es que no me arrepiento.
-esta bueno de charlas por hoy que te parece si vamos a dormir, mañana tenemos que regresar y será un día duro.
Ambos nos fuimos a nuestra respectiva habitaciones al llegar a ella me invadió la melancolía pero ignorandola decidí acostarme a dormir.
El día llegó y tenía que juntarme con Rafael para comer, me aliste y baje para esperarlo en una pequeña mesa del restaurante del hotel.
Pasaron 20 minutos y nada de llegar así que decidí llamarlo, llamada que no tuvo respuesta así que opte por su ir a su habitación.
Toque la puerta varias veces sin obtener respuesta alguna así que llame a recepción para que ellos abrieran las puertas.
Al abrir lo vi , estaba acostado su rostro se veía tranquilo y algo me dijo que aunque estaba descansando, no dormía.
Me senté en un sillón que tenía cerca mientras veía el hombre de servicio llamar a quien imaginaba era un hospital, lo confirme cuando unos minutos después llegaban confirmando lo temido, se había muerto.
Aún estaba conmocionada por la noticia, no sabía que podía hacer ante una situación así, me sentía confundida.
De inmediato el cuerpo fue trasladado a la morgue para los estudios de rigor, sus familiares serían avisados y se trasladaría a la ciudad para ser velado.
El proceso fue rápido como esposa no se mucho ya que su hijo se encargó de todo y el funeral se celebraría al otro día, me tenía preocupada la reacción de su hijo al saber que debe dar la mitad de su fortuna a una supuesta madrastra que sólo duro dos semanas con su padre.
Trate de preparar mi mente recordando la forma tan cruel en que me robó mi trabajo y la ira que en ese momento me embargo, de igual manera lo que significó su actuar....
Sacudi la cabeza de inmediato me niego a aceptar que eso me entristesca, al fin y al cabo pude resolver la situación aunque eso fue igual a caer en la manos equivocadas.
Intente calamarme no podía ser tan malo, además de que no era yo quien debía sentirse mal era el no yo, quien era la ofendida, la ultrajada a la que le robaron su trabajo y la dejaron mal parada.
Pensando en todo eso tome el valor que me faltaba y tome un taxi, el viaje resulto corto en comparacion a todo lo que tenia que pensar.
Llegue con tiempo demas y decidi dar un paseo por la instalaciones veía las gente reírse y charlar animadamente, me sentí tranquila ya que para un buen desempeño debía existir un buen ambiente laboral.
Esas risas duraron solo unos minutos, ya que Fernando hizo acto de presencia en el lugar y con voz firme anuncio el despido de dos empleados que se encontraban envueltos en la tertulia.
Mire a todos temblar de miedo y volver a sus asuntos con la cara totalmente sería, me sentí tan frustrada que solo me dirigí a la cafetería, este recorrido me serviria de mucho para saber cuáles puntos debía empezar a atacar.
En la cafetería todos se mesuraban, comían en grupos pero sin la más mínima convivencia, ordene un sándwich y un jugo y me senté al lado de una muchacha más o menos de mi edad.
-hola -dije a lo que ella solo respondió con un asentimiento de cabeza.- como estás ?- volví a preguntar en otro intento por sacar conversación.
- bien - respondió escuetamente.
Me di por vencida con ella en ese momento y disfrute mi sándwich luego de algunos minutos me dirigí al baño de mujeres.
Al entrar en el cubículo lo que allí acontecía era espantoso, un pósters tamaño gigante reposaba en una de las paredes con una foto de Fernando, con algo adicional, de su cabeza sobresalían unos grandes cachos y de su sonrisa colgate unos enormes colmillos, en la parte restante del pósters se podían leer muchos insultos nada decentes.
Editado: 10.06.2022