Los vientos descomunalmente fuertes y abrazadores que nunca en la historia de Nueva York habían pisado sus calles comenzaron su carrera por el intentar llegar al muchacho que importante papel jugaba en su vida, en el momento en que quería respuestas a sus preguntas.
¿Recordarán qué el joven dudaba de hacia donde debía ir y como lo lograría? Bueno, el perderse en la profundidad de su mente de vez en cuando le ayudaría a conectarse con aquello que era desconocido para el humano simple.
El ceño de aquel que con piel oscura se había alejado una mañana de sus casa con esa lucha y misión, se frunció y con eso sus latidos se calmaron abruptamente. Los vientos no cesaron jamás, sin embargo, estos avanzaron con más furia de lo que alguna vez los ancianos de la gran mancha urbana hubiesen visto.
Las manos de los transeúntes se tomaron con más fuerza y en un intento porque no se hiciera daño el joven incluso hubo algunos que llegaron a sostenerle cuando las fuerzas de los que muchos son creyentes eran los espíritus quienes lo visitaban.
Un minuto. Bastó solo un minuto para ver como los vientos se comportaron de manera salvaje y con esa bestialidad la capucha de este se marcho dejando a la vista de todos y cada uno de los presentes. Todos exclamaron de sorpresa ante el rostro de un joven que se marchaba y desaparecía con cada uno de los segundos que pasaba.
Algunos lo soltaron otros incluso lo tomaron con más fuerza para evitar que se hiciera daño. Los que lo tenían de frente se sorprendieron y conmocionaron al ver como las manchas negras hacían desaparecer su rostros.
Ese día paso a la historia como el momento en que la gran dama pasó a ser montada y marcar la diferencia entre dos países.
Muchos se preguntaban qué es lo que pasaba en su interior, que es lo que surcaba por su mente y porque nada parecía interrumpir su meditar inoportuno en medio de la calle. No fue hasta que muchos dijeron que en el momento en que los vientos quitaron la capucha de su cabeza sus ojos se abrieron y no vieron nada de color ni tranquilidad. Todo era negro y oscuridad, todo era nada y el nada se había marchado.
La noticia viajó por todo el país y no tardó mucho para que personas viajaran a la mancha urbana con la esperanza de verlo aunque fuese por unos cuantos minutos. Nadie logró mirarlo por más que transitaron por las mismas calles en donde se corría el rumor de que por esas calles había caminado.
Y así como un día el joven que llevaba por nombre Milo Firtz salió de su casa en busca de respuestas, legado y un rostro que encontrar para la nada a la que se le había condenado por tener sangre mística; fue de la misma manera que su leyenda nació para convertirse en El rostro de la nada.