El silencio de lo insoportable

01| ¿Amnesia?

Hay algo inquietante en el sonido de mi corazón e incluso la gota que cae repetidamente por la ventana. No me atrevía a hacer el esfuerzo de observar el alrededor, sin embargo, algo me susurraba que no era seguro.

Mi torso y brazos son pesados y dolorosos, como si las sábanas de esta cama estuvieran impregnadas en todo mi cuerpo por días, volteo a la ventana aterrada ante la oscuridad en este lugar, la luna ilumina la única puerta a mi izquierda.

Hay una aguja insertada en la vena de mi brazo, la observo por unos segundos antes de voltear al techo, el olor en este lugar es peculiar, una combinación de fragancia barata y medicamento inunda la habitación. Hago un esfuerzo por levantarme, pero algo me dificulta moverme. Observo mis manos atadas a cada extremo de la cama con tela blanca, intento liberarme tirando de la tela con ambas manos a mi torso. Cuando la escucho rasgarse, un chirrido se escucha en el fondo de la habitación.

Me alerto encogiéndome y llevando ambas piernas hasta mi pecho.

Las manos me comienzan a temblar y sin darme cuenta estoy en el borde de la camilla sosteniendo una lámpara con ambas manos, trago rápido intentando ocultar esta extraña ansiedad a alguien, pero no sé a quién. Bajo una pierna al suelo, una sensación de frío me invade por todo el cuerpo y subo la pierna de inmediato, como si algo monstruoso se ocultara bajo la camilla.

Temblorosamente, dejo la lámpara en la camilla mientras acerco mi cuerpo a la pared pretendiendo protegerme de algo, entonces la lámpara se enciende y la luz ilumina la parte baja de mi cuerpo. Una extraña emoción de dolor me apresa, cicatrices desbordan mis piernas, como si algo las hubiese destrozado.

¿Qué es esto? ¿Qué demonios me sucedió?

Lleve amabas manos a la cabeza desesperadamente tirando con fuerza mi cabello. Sin pensarlo dos veces, baje de la camilla a zancadas hasta la ventana.

El vidrio estaba roto, como si algo se hubiera estrellado fuertemente contra él un sinfín de veces. Podía ver a través de el grandes edificios y una gran oscuridad gracias a la noche, pero a pesar de eso la luna iluminaba una parte de esta habitación.

En ese momento logré percibir algo frente a mí, una persona. Seguía mis movimientos, como un reflejo. La observé cuidadosamente, ojos almendrados casi encapotados, el cabello erizado y alborotado que le llega por debajo de los hombros, ese lunar cerca de la nariz pequeño y sin forma y una cicatriz mediana por debajo del ojo derecho, quizá a un punto final de sanar. Pase los dedos sobre el vidrio estrellado logrando sentir un leve dolor punzante. Fue entonces cuando me di cuenta de que esto no era un sueño y que la persona que veía frente a mí no era yo.

¿Qué me sucedió?

Como si de un rompecabezas se tratara, estoy en la parte central sin ningún hueco donde encajar. Observe la tela rasgada en mis muñecas e inmediatamente me tire en la camilla.

Me pasé una mano sobre rostro intentando descifrar la situación. Hace no mucho que desperté en este lugar completamente sola y atada. ¿Estoy en un hospital psiquiátrico? ¿Cómo fue que llegue aquí?

Las palabras "Hospital psiquiátrico" resuenan en mi cabeza como un maldito casete. Cierro los ojos y mantengo el rostro en dirección al techo como si tratara de recordar algo, pero nada llega a mi memoria.

Me levanté de la camilla y caminé alrededor de la habitación buscando una explicación sólida, algo que realmente pudiera explicar esto; a un lado de la camilla, en el suelo, hay un cambio de ropa y a su lado una bolsa negra. Sujeto la lámpara en mis manos y me acerco en cuclillas cuidando el sonido de mis pasos.

 

Uno. 

 

Dos.

 

Tres.

 

Lance la lámpara sobre la bolsa negra y me eche a correr al final de la habitación esperando que se moviera o saliera algo extraño de ella, pero solo logré escuchar como el aire dentro de la bolsa salió en cuestión de segundos.

Observo las paredes blancas, el vidrio estrellado en la ventana, y por supuesto, esa bolsa. Camino suavemente hacia la bolsa y la acerco a mí con la yema de mis dedos, lo pensé dos veces al ver cinta trasparente tapar la abertura de esta.

Trague duro y deslizo la cinta dejando al descubierto una cartera verde. Miro ventana y la puerta antes de abrir el broche.

Dos billetes, una moneda, mi identificación y una fotografía. Miranda, yo, y un chico alto y pelinegro con extrañas facciones, saco la fotografía del plástico y la volteo.

 

 

 

Sarah y John. 24.

 

 

 

¿Qué quiere decir esto? ¿Quién es John?

Lanzo la bolsa al suelo contemplando la fotografía, al caer un sonido metálico y duro, golpea suavemente, me acerco y levanto la bolsa, obligando a salir aquello, pues sonaba algo ligero. Un teléfono cae, noto la pantalla estrellada y desgastada.

Cuando lo acerco a mí, la pantalla enciende, la observo completamente aterrada.

 

 

 

Noviembre 2023.

 

 

 

Sujeto la pantalla frente a mis ojos y luego observo mi dedo, aún sigue pinchado y una gota de sangre brota. De inmediato lanzo el teléfono al suelo. ¿Cómo es posible esto? ¿Estuve dos años dormida es este lugar?

Sin pensarlo me levanto del suelo y camino con rapidez hasta la puerta de entrada y sobrepongo mi mano sobre el picaporte, quizá si abro la puerta encuentre a alguien y me dirá que solo es un malentendido, ¿cierto?

Me mantengo en silencio y por minutos observo marcas rojas y arañazos en la parte inferior de la puerta. ¿Una persona hizo eso? Qué demonios es este lugar.

Retrocedo y vuelvo a observar mi reflejo, ¿Qué me hicieron estos cuatro años?

Hay tantas preguntas en mi mente y ninguna puede ser resuelta.




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