El Último Mapa Atlánte

Capítulo 9: Escape por la Caldera.

​—La isla es pequeña, Elias —dijo Kira, tomando la laptop con el mapa—. Y el Cónclave no dejará que la clave del mapa abandone Grecia. Necesitamos un barco, o estaremos muertos antes del anochecer.
​El drone de reconocimiento del Cónclave ya no era la única amenaza. A lo lejos, el sonido de los motores a reacción indicaba que un equipo de asalto había llegado a la isla.
​—¡Por aquí! —gritó el Profesor Damaris, señalando la parte trasera de su casa cueva—. Tengo un antiguo pasadizo de contrabandistas que desciende directamente por la pared de la caldera. Sale a un pequeño embarcadero.
​—¿Y hay un barco? —preguntó Vance, la desesperación creciendo en su voz.
​—Sí. El mío. Pero no es rápido —advirtió Damaris.
​—Rápido o no, es mejor que morir aquí —dijo Kira.
​Damaris abrió una compuerta oculta bajo una alfombra gruesa. Se reveló un túnel estrecho, excavado en la roca volcánica.
​—El túnel es empinado, Capitana. Cuidado con el gas volcánico —advirtió Damaris.
​—El gas volcánico es una preocupación secundaria. El equipo de asalto es la principal —dijo Kira.
​Kira se lanzó al túnel, seguida por Vance. Damaris se quedó atrás.
​—¡Profesor, venga con nosotros! —rogó Vance.
​—Mi lugar está aquí, Elias. Mantendré el drone ocupado. Buena suerte, hijo de Aelarion. Y por favor, salva mi trabajo.
​Damaris cerró la compuerta. Kira y Vance estaban ahora en la oscuridad total. El túnel era estrecho y resbaladizo. Descendieron en caída libre, usando las paredes para frenar la velocidad. Kira, con su entrenamiento militar, se movía con una eficiencia brutal. Vance, aunque atlético, luchaba por seguirle el ritmo.
​—El Cónclave no enviará tropas por aquí. Demasiado lento y peligroso —dijo Kira, tratando de calmar su respiración.
​—No los subestimes. Si tienen las constantes, necesitan el algoritmo del mapa que tienes en esa laptop. Irán directamente a por ti —respondió Vance.
​El túnel se abrió en una pequeña cueva a la altura del mar. El aire era fresco y olía a sal y azufre. Un pequeño muelle de madera sostenía un barco de pesca antiguo, claramente el vehículo de escape del profesor.
​—¡Rápido, Vance! ¡El barco!
​Pero no estaban solos. Tres figuras vestidas de negro, con gafas de visión nocturna y armados con rifles de asalto silenciados, ya estaban en la cueva. Eran agentes de El Cónclave.
​—Elias Aelarion. La familia te envía saludos —dijo la líder del equipo, una mujer alta y fría.
​—¡Traición en la cueva! —gritó Vance, reaccionando por instinto.
​Vance se lanzó hacia la mujer. La acción no fue un combate a puñetazos, sino una lucha por el control del rifle. Kira no dudó. El barco estaba a su alcance. Sabía que su fuerza no estaba en la pelea cuerpo a cuerpo, sino en el ingenio.
​Kira notó que la cueva estaba llena de bolsas de fertilizante de azufre para los viñedos locales.
​—¡Vance, a la izquierda! ¡La ventilación! —gritó Kira.
​Vance entendió. Pateó un saco de fertilizante con furia. Kira, mientras tanto, se lanzó a la cabina del barco de pesca y encontró lo que buscaba: una bengala de emergencia.
​Los agentes del Cónclave se cubrieron ante el humo de azufre. Kira encendió la bengala y la lanzó contra las bolsas de fertilizante esparcidas.
​—¡A la mierda con la Atlántida, esto es Santorini! —gritó Kira.
​La reacción fue inmediata. La mezcla de azufre y la bengala encendió una bola de fuego y humo denso que llenó la cueva en segundos. No fue una explosión, sino una nube tóxica que cegó y desorientó a los agentes de El Cónclave.
​Vance aprovechó el caos para noquear a la líder del equipo.
​—¡Al barco! —ordenó Vance.
​Se lanzaron al barco de pesca. Vance encendió el motor con una llave oculta. El barco, viejo y lento, se alejó del muelle mientras los agentes del Cónclave tosían y disparaban a ciegas en el humo.
​—El Mediterráneo es grande —dijo Kira, jadeando, con la laptop protegida—. Pero ahora saben que vamos a la Librería Sumergida. Es el único lugar que tiene sentido.
​—Exacto. La carrera hacia Alejandría acaba de empezar. Y la primera regla es: no confíes en nadie —dijo Vance, mirando a Kira con una mezcla de respeto y recelo.



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En el texto hay: misterio, accion y aventura, intriga y suspense

Editado: 01.11.2025

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