El Último Mapa Atlánte

Capítulo 10: La Carrera Marítima.

​El barco de pesca del Profesor Damaris era robusto, pero dolorosamente lento. Su motor diésel vibraba con el esfuerzo mientras se alejaban de la caldera de Santorini. Kira, sentada a proa, usaba unos binoculares de visión nocturna que Vance había sacado de un compartimento secreto.
​—Los agentes del Cónclave no tardarán en reportar nuestra huida. Necesitamos un plan, Vance. No podemos llegar a Alejandría en este carruaje —dijo Kira.
​Vance, al timón, mantenía la mirada fija en el horizonte.
​—Mi plan era interceptar un yate de alta velocidad en una isla cercana, pero ya que has atraído a media familia a la zona...
​—¿Yo atraje...? —Kira dejó la protesta a medias. Tenía razón. El mapa y la clave eran su responsabilidad.
​—Concentración, Rourke. No te distraigas —ordenó Vance—. Lo sabía.
​Vance señaló a estribor. En la oscuridad, Kira captó el movimiento: dos luces de navegación rojas se acercaban a una velocidad aterradora.
​—No son barcos de pesca —dijo Kira, los binoculares enfocados. Era una lancha rápida de intercepción, elegante, con un perfil bajo y dos motores fuera de borda.
​—Son lanchas Shadow. Lo último del Cónclave en tecnología marítima. El motor de ese barco hace ruido, Rourke. Somos un blanco fácil —dijo Vance, virando el timón bruscamente.
​Kira pensó rápido. Su entrenamiento militar le había enseñado a optimizar recursos escasos.
​—El motor no nos va a salvar, Vance. El ruido y la estela nos delatan. Tenemos que usar la geografía.
​Kira se acercó al mapa náutico improvisado que Vance tenía en el panel.
​—Hay un pequeño archipiélago a siete millas náuticas de aquí. Las rocas son irregulares, y las profundidades, traicioneras. El barco Shadow es demasiado grande para maniobrar.
​—¿Quieres que juguemos a la ruleta rusa en un laberinto de arrecifes? —preguntó Vance.
​—Quiero que uses tu conocimiento de navegación para llevarlos a un punto donde no puedan maniobrar. Yo me encargo de darles un "recuerdo de Santorini" —dijo Kira, sacando la bengala de emergencia que había usado antes y colocándola en su cinturón.
​Vance sonrió, el peligro avivando su espíritu aventurero. —Me gusta tu entusiasmo, Capitana Rourke. ¡A toda máquina!
​El barco de pesca aceleró hacia el archipiélago rocoso. La lancha Shadow los seguía de cerca, recortando la distancia.
​Kira se dirigió a la proa. En la popa, uno de los agentes del Cónclave se puso de pie, apuntando con un rifle.
​—¡Agáchate, Rourke! —gritó Vance.
​Las balas golpearon la cabina del barco de pesca, astillando la madera. Kira se agachó.
​—¡Vance, curva cerrada a babor, ahora!
​Vance giró el timón violentamente. El viejo barco se inclinó, casi volcando, pero la maniobra funcionó. La lancha Shadow, yendo a toda velocidad, no pudo replicar la maniobra y siguió recto. Ganaron unos preciosos segundos.
​Kira vio un pequeño faro abandonado en la cima de una de las rocas. El terreno era traicionero.
​—¡El canal entre esas dos rocas, Vance! ¡Es demasiado estrecho para ellos!
​Vance tomó una respiración profunda y apuntó el barco de pesca hacia el estrecho canal. Kira se preparó. La lancha Shadow venía pisándoles los talones, decidida a no dejarlos escapar.
​Justo antes de que el barco de pesca entrara en el canal, Kira sacó la bengala de emergencia. En lugar de encenderla, lanzó la bengala y su lata vacía en un arco perfecto directamente al motor fuera de borda de la lancha Shadow.
​La bengala no explotó. Pero la lancha del Cónclave, diseñada para la velocidad y no para el impacto, golpeó el pequeño objeto de metal a toda máquina.
​Hubo un crack seco y metálico. El impacto no detuvo la lancha, pero fue suficiente para desalinear y dañar gravemente las hélices. La lancha Shadow comenzó a vibrar violentamente, perdiendo velocidad y control.
​Vance y Kira salieron del canal rocoso y miraron hacia atrás. La lancha Shadow estaba atascada, su motor humeando y sus ocupantes gritando órdenes.
​—¡Bingo! —exclamó Vance—. Ahora sí, Capitana Rourke. Rumbo a Alejandría, y a encontrar la Librería Sumergida.
​Kira asintió, su corazón latiendo con fuerza. Habían evadido el primer asalto en el Mediterráneo, pero la carrera hacia la verdad atlante acababa de comenzar.



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En el texto hay: misterio, accion y aventura, intriga y suspense

Editado: 01.11.2025

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