El Último Mapa Atlánte

Capítulo 11: La Constante de Orión.

​La vibración constante del motor diésel del barco era el único sonido mientras navegaban por el Egeo hacia el amanecer. El peligro había pasado, pero la tensión se había movido de la persecución física al desafío intelectual.
​Kira y Vance estaban sentados en la cabina del barco, iluminados por la luz tenue de la laptop de Kira. Ella había proyectado el mapa de navegación esencial y, al lado, los glifos de las constelaciones que el Profesor Damaris había estado estudiando: el Toro y el Delfín.
​—El Cónclave tiene la Constante, es decir, el valor numérico de las posiciones del Toro y el Delfín en el solsticio. Pero no tienen el algoritmo de corrección —explicó Kira, con el ceño fruncido—. El mapa codificado no nos da las coordenadas finales, sino la fórmula para interpretar esas constantes.
​—La familia Aelarion siempre fue buena para esconder cosas —comentó Vance, frotando el anillo del Toro en su dedo—. ¿Qué te falta, Kira?
​—La tercera constante. El algoritmo es una ecuación que requiere tres variables para resolver la posición de Aethel en el tiempo y el espacio. Mira el mapa —dijo Kira, señalando un pequeño símbolo en la esquina del pergamino digitalizado—. La clave es la Constante de Orión.
​Vance se inclinó. —Orión. El Cazador. Una constelación que representa la vigilancia.
​—Exacto. El Cónclave sabe que la Librería de Alejandría Sumergida es el punto de partida. Pero la Librería es inmensa. Si no sabemos la posición exacta donde está la clave, nos encontrarán antes de que podamos sumergirnos.
​Kira tecleó furiosamente. Su mente militar, entrenada para descifrar comunicaciones encriptadas en tiempo real, estaba totalmente enfocada. Vance, el historiador y descendiente, la observaba. Por primera vez, él no se sentía arrogante, sino impresionado.
​—Los antiguos atlantes eran puristas. La tercera constante siempre estaría oculta en un lugar que validara su propósito. La Librería, el conocimiento. El Toro, el linaje. Y Orión, la protección —murmuró Kira, hablando consigo misma.
​De repente, Kira detuvo sus manos. Su mirada se fijó en la topografía del antiguo mapa.
​—No se esconde, se protege. Vance, ¿qué fue lo último que protegió el Rey Alarion antes de que Aethel se hundiera?
​Vance pensó en el Prólogo. —El Rey Alarion destruyó el muelle para evitar que la Hermandad se llevara el Oricalco restante. El sacrificio.
​—Y ese muelle se encontraba...
​—Bajo la sombra del Gran Faro de Aethel, la estructura más icónica después del Palacio Real.
​Kira sonrió, el triunfo brillando en sus ojos cansados.
​—El glifo de Orión no está oculto en la Librería de Alejandría, Vance. Está en la conexión entre las constantes y la posición del Faro de Alejandría—el faro más famoso del mundo antiguo, que fue destruido por un terremoto.
​Kira tecleó rápidamente, insertando datos arqueológicos conocidos sobre la posición del Faro de Alejandría. El algoritmo se ejecutó, combinando el Toro, el Delfín y la nueva Constante de Orión.
​La pantalla parpadeó. El mapa esencial se transformó en un punto de coordenadas GPS preciso en la costa de Egipto, seguido de un mensaje en la lengua atlante, que Vance tradujo con voz temblorosa:
​"Donde el Sol se ahoga y el Conocimiento duerme, busca la entrada del último Guardián."
​—Tenemos la ubicación de la entrada a la Librería —dijo Vance.
​—Y no solo eso —dijo Kira, con una expresión de extrema preocupación—. El Faro de Alejandría se derrumbó en la Edad Media, creando un caos en la costa. El Cónclave tiene las constantes, pero si no tienen el Faro como constante, su cálculo estará desfasado tres kilómetros al oeste de nuestra posición real.
​—¡Eso nos da una ventaja vital! —exclamó Vance.
​—No. Nos da un problema más grande —dijo Kira, señalando el mapa—. Su error los llevará a una zona de arrecifes. Si el Cónclave usa su submarino para llegar al punto incorrecto, lo que encontrarán no es la Librería, sino una zona de alta inestabilidad sísmica. Si activan algo allí... podrían causar un tsunami que arrase la costa de Alejandría.
​El juego ya no era solo por el Oricalco. Era una carrera para salvar la vida de millones de personas.



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En el texto hay: misterio, accion y aventura, intriga y suspense

Editado: 01.11.2025

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