El viaje de mi vida

Capítulo uno

-Vuelo 12 destino Nueva York da su último aviso para Aria Mickelson--

-Mierday más mierda- digo corriendo como una loca por el centro del auropuerto.

Mis piernas ya empiezan a fallar gracias a mi falta de ejercicio, ahora es cuando me doy cuenta que debería de haber hecho esos cursos de zumba para por lo menos ejercitarme un poco.

Cuando creo que ya estoy perdida y que el maldito vuelo ya ha despegado mi vista se centra en un ojizarco en la cola destino....

-NuevaYork!!!!!!- digo totalmente extasiada sabiendo que mi cuerpo ya no podía correr más.

-Lo siento pero oficialmente no está en Nueva York- dice ese muchacho de ojos tremendamente azules que me resultaba realmente familiar.

Suspiro algo cabreada a su comentario impertinente. El lo nota y lo único que hace es dedicarme una bellísima sonrisa de lado de un tipo mujeriego americano.

"Que guapo..... Pero realmente tiene pinta de ser todo mujeriego así que Aria centrate."

  • Nuevamente ahí estaba mi subconsciente jodiendo.-         -Asíque soy guapo y tengo pinta de mujeriego- dice mordiéndose el labio para no reírse.-                                        -ehh puede pero que no se te suba el ego- digo finalmente algo enfadada con mi maldito subconsciente.Cojo rápidamente mi maleta y me adelantó, realmente siento que lo conozco pero no sé de qué, cuando voy a entrar ya en la puerta del avión alguien me agarra la muñeca.
  • -eh-comienzo a golpear todo.
  • -paraa solo quiero preguntarte algo- dice el ojizarco.
  • -Joder realmente deberías de no volver a hacer eso- digo recuperando la respiración.
  • - ¿Te asusté?-
  • Asiento levemente.
  • -¿Sabes cuando alguien te resulta muy conocido pero no sabes de qué?-
  • Asiento de nuevo.
  • Justo cuando me dispongo a retomar mi camino y subir al maldito avión el ojizarco deja un leve pero sorprendente beso fugaz en la comisura de mis labios. Me doy la vuelta dispuesta a terminar de matarlo pero él ya se había apresurado en subir al avión, por lo tanto no tuve más remedio que resignarme y sentarme en mi asiento dispuesta a afrontar mi nuevo futuro.




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