Elfos Tierra

MALAS PERSONAS

Si lo pienso estamos caminando dentro de un gran árbol. Me imagino que para ellos es tan normal que el castillo en sí sea un enormeeee árbol ¿Cuántas luces tendrían que usar? Regreso a la gran sala y encuentro a Aren sentado en una de las pequeñas gradas antes del trono y esta muy pensativo. 

Al verme se levanta buscando a alguien más, pero como todo en mi corta vida. ¡Vengo sola! Uno a veces no quiere hacerse ilusiones de que algo bueno venga por asares del destino. ¡No! ¡A mi me toca buscarlo apaleando el arado! ¡Buscando mi tinaja de oro!

-¿La reina?- Pregunta Aren

-¡Contemplando su reino! ¿Hay algún baño cerca de aquí? Necesito ir a uno. Un poco de ropa limpia no estaría mal.- Le digo

Aren busca con su mirada al fondo del pasilllo dudoso de que hacer...

-¡Tranquilo! ¡La reina tierra dijo que no era seguro salir del castillo! ¡Tengo tres días para decidir si quiero ayudarla! ¡Ahora vamos por ese baño! ¡Y no bromeo cuando digo que necesito urgentemente ir a uno!- Le achaco

Después de pelear mentalmente con él mismo, asiente y comienza a caminar a una de las puertas de la sala principal. Entramos a un gran pasillo con paredes llenas de pretuberancias y pequeñas hojas con flores blancas. Nos encontramos con unas gradas que bajamos por unos minutos de manera circular. 

¡Por los dioses! ¡Este lugar debería tener baños más cercanos al ser tan grande! Al fin aparece otra sala que lleva a diferentes puertas de madera. Todas tienen tallados muy hermosos. Aren abre una de ellas.

-¡Entra!-

Su tono me indica que no esta feliz de traerme aquí. Paso y él revisa todo para ver si hay alguién más.

-¿Gracias?-Le contesto a Aren. Camino a través de la habitación y es muy colorido. Podría decir que hasta cálido. Me señala la pequeña puerta y me dirijo corriendo a ella. No es por nada pero ya he esperado un buen rato...

-¡No salgas de la habitación hasta que regrese por tí! ¡Ya regreso!-

Dice Aren con esa mirada verde metálico, es una clara demanda la cual no desea ser contrariado. 

-¡Creeme! ¡Estaré un buen rato por aquí amigo!- Ignoro si me iba decir algo y entro al baño.

Una mujer necesita un poco de privacidad. Minutos después estoy lavando mis manos, salgo para verificar si esta puesto algún seguro. No quiero ninguna sorpresa así que pongo un pasador interior. Aren debe estar hablando con su ¡Querida madre tierra!

Reviso si hay algo para poderme cambiarme. Estoy fastidiada de esta ropa y necesito aunque sea una ducha rápida. En un cajón encuentro una ropa femenina. ¡Vestidos en diferentes tonalidades de cafés! Elijó el más sencillo que posee un sombrero extraño a juego. ¡No importa al menos está limpio!

No lo pienso mucho y despues de unos 30 minutos, doblo mi ropa y la pongo en un cajón. Cuando Aren regrese le dire si la puedo lavar. Lastima que sólo pude cambiar mi uniforme. Aún tengo puesto mis tenis rosados. Me pruebo la cosa extraña de la cabeza y si me entra. Me tapa hasta la parte baja de los oídos. ¿El frio hara que usen este estilo de gorro? 

Suspiro. Ahora que estoy sola mi corazón cae en picada. ¡Extraño a mi tía Suli! ¡Daba abrazos de oso que te calentaban hasta el alma! ¿Por qué tuvo que dejarme sola?.

¡Mis figuras maternales son tan malas!. No entiendo como salí yo con este corazón de pollo o gallina. La mujer que me dio a luz no menciono nada sobre mi padre. ¿Debería preguntar? ¿Estará vivo? ¿Que tal si es peor todavía?. Tengo sueño, desde ayer no he dormido ni comido nada. ¿Desde cuando mi vida se convirtió en un total drama de telenovela?

La Reina dejo claro que sólo necesita mi ayuda por su reino. No espera nada más de mí. Si la ayudo después de eso regresaré a mi vida humana y yo deberé olvidarlos como si nunca existieran. Soy como ese trapo que limpia la mesa y después la desechan. Así de simple...  

Doy un nuevo vistazo a la cama. Es tan suave ¡Estoy segura que me esta hablando para que de una siestesita!- La puerta suena y me levanto ordenando la cama y gritando un ¡Voy! El guerrero Nórdico debe traerme noticias de su reina...

Al abrir la puerta no me encuentro al guerrero sino que a una elfa alta, con ropa parecida a la mía. Tiene en sus manos un tipo de reloj  y su mirada me fulmina. No pide permiso y  entra en la habitación.

-¿Ya terminaste? ¿Por qué tengo que lidiar con las aprendices? ¡Al menos se ve decente! ¡Vamos! ¡Ya es la hora! - 

Habla super rápido y me toma de mi brazo para sacarme de la habitación. ¿Quién será ella?

-¡Espera yo...!- No termino mi frase. Todo desaparece ante mis ojos.

¡Jesucito por favor no me abandones! La oscuridad hace que presione la mano de la mujer y de repente la luz regresa a mi ojos. Voces de muchas chicas con el mismo traje café estan en una cocina. Me suelta y yo intento seguirla para pedirle explicaciones.

-¡Es la hora niñas! ¡Apurenle!- Con voz astiada y desparece entre tantas cabezas...

¿Hora de qué? ¡No! ¡Debo regresar! Escucho a lo lejos como una puerta se abre y todo las chicas empiezan a caminar sin mirar atrás. Estas elfas se comportan como una manada de animales. No me permiten avanzar para alcanzar a la mujer que me trajo.




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