Ella es mía

CAPITULO 8

Después de salir de la farmacia y guardar en su bolsito de mano lo que compró,  por el camino de regreso a casa estuvo contando las monedas que le sobraron. Pensó pasar por la panadería y llevarse ese pan dulce que hace tiempo no come. Se le hizo agua la boca con tal solo imaginar que disfrutaba su agradable sabor...

----Gracias ---abandono el sitio mirando entre la bolsa lo poco que logró. Los precios subieron un poco, y con ello, la desilusión de no poder probar el pan que tanto quería. Para no salir con las manos vacías de la panadería, Laura compró un pequeño pastelito con trozos de gomitas coloridas, no era lo que buscaba, pero fue lo que le alcanzó.

Si acaso se tardó media hora en ir y venir, cuando entró al apartamento, Hyung la esperaba sentado en el sillón de la sala. Su aspecto no era muy agradable, y más ese olor que cargaba.

---¿Dónde estabas?--- la interrogó mirándola fijamente. Con algo de sospecha..

---Fui a comprar pan.

Quiso enseñarle la bolsa para que verificara por el mismo que no le estaba mintiendo, Tae le enseñó la palma de su mano indicándole que no se acercara. Ella retrocedió los mismos pasos que avanzó para acercarse..

---Deja eso en la cocina y ve a limpiar la habitación. Me quiero volver a acostar, tengo mucho dolor de cabeza..--- la pelinegra dejó su compra encima del mesón. De reojo observó al de pelo naranja, este brotaba su cien con las yemas de sus dedos ----Apresurate, ¿Quieres?, tengo mucho sueño--- acosó con desesperación. Sin decir una sola palabra, la chiquilla hizo lo que le pidió.

---¿Limpiar la habitación?.

Ella ya había organizado todo el apartamento, y recuerda muy bien que lo primero que hizo, fue limpiar la alcoba donde duerme cada noche. Al entrar, fue instintivo su expresión de impaciencia, rabia, frustración... impotencia.... tuvo ganas de devolverse ahí mismo pero más bien cubrió su boca y nariz con la mano impidiendo aspirar el desagradable olor.
Había vómito por todas partes, en el suelo, encima de la cama y no bastando con eso, también le ensució a Stitch....¡Lo que le faltaba! Más trabajo. Después de que termine ahí, le toca descoser a su peluche, sacarle la lana, para poder lavarlo, y una vez seco, volverlo a coser. No hay de otra...

---Tae Hyung es un...---- gritó por lo bajito, y golpeó la almohada con repetidos puños. Era casi imposible para ella mantener la calma, tenía tantas emociones juntas que resultó llorando de la ira--- Descarado..--- buscó en el guardarropa un cubrecama limpio---- ¿Cómo me puede hacer esto? ¿Cómo?.

Al terminar , fue en busca del trapero y el limpiador. Volvió a dejar la habitación oliendo rico, con esencia floral.

---¿YA TERMINASTE? O ¿SIGUES HACIENDO PATALETAS? ¿CREÉS QUE SOY TAN ESTÚPIDO Y NO TE VI?---- gritó desde la sala. Laura salió empuñando sus manos, creo que era la primera vez que lo mataba con la mirada. Por su mente corrió la idea de atacarlo a traperasos, era lo mínimo que se merecía----Preparame algo para esta resaca. Iré a darme un baño, lávame muy bien la ropa porque también la ensucie con vómito---- tambaleando, pero pudo ponerse en pie---Deja de verme así, y haz lo que te digo.

***

Se llegaron las ocho de la noche y la muchachita remendando a Stitch sentada en el suelo de la sala. Ya se había cansado de tanto llorar, y Tae bien tranquilo roncando en la habitación. Ya era el tercer suspiro triste que se le escapaba, y sacudiendo sus mocos en un pedazo de papel higiénico, oyó claramente el ruido de una moto estacionarse al frente del edificio.

---¿Llegó Yoon Gi?--- rápidamente se puso en pie, se asomó por la ventana corriendo un poco la cortina, y evidentemente, era él. Lo vió quitarse el casco de la cabeza; la señora Bong Cha estaba afuera con su señor esposo, a ambos les saludo muy cortésmente. Gi entró y se le perdió de vista por un momento, seguramente fue a dejar su moto en el estacionamiento del edificio.

---¿Qué estás viendo?.

La repentina pregunta atrás de su espalda causó que Laura brincara del susto. El pelinaranja esperaba su respuesta, se tomó posición de brazos cruzados para intimidarla, haciéndole recordar quién era el que mandaba aquí, por si se le llegó a olvidar.

----Nada. No es nada---bajo la mirada.

---¿Ya me hiciste la cena?.

----Si.

---Sirveme entonces, y me lo llevas a la habitación, que voy a ver el partido--- giro entre sus talones para regresar a la alcoba--- Espero que mis camisas estén limpias y planchadas, mañana iré a trabajar--- dijo por último.

***

Min caminaba con desánimo por el pasillo en dirección a su apartamento, le dolía todo el cuerpo, que nada más le pedía a gritos descansar. Al pasar por el lado de la puerta color marrón, se detuvo un momento, tenía ganas de tocar pero sus oídos captaron enseguida la discusión que había allá adentro. Era Tae Hyung, se oía muy indignado...

---¿Y con qué derecho me agarrás el dinero sin mi permiso?. Es mi dinero.

----Solo compré unas toallas higiénicas, las necesitaba.

Gi se acercó otro poquito más a la puerta, poniendo rotunda atención al problema.

-----Yo también necesitaba ese dinero, ¿Como se supone que voy a pagar el Transmilenio en dirección al trabajo? ¿Pretendes que me vaya a pie?.

----Si no malgastaras el dinero en licor, entonces nuestra situación sería otra. Mírame Tae, ni siquiera tengo ropa con la que salir, uso los mismos zapatos, mi ropa interior está toda rota, no tengo shampoo para lavarme el cabello, y e bajado de peso considerablemente porque no me estoy alimentando bien.

----Y ¿Yo tengo culpa de eso? Tu eres la que no trabajas, te quedas aquí en la casa haciendo nada en todo el día, nada más comiendo y durmiendo...¡¡Ahhh!! Sin contar que te mantienes con ese celular pegada chateando con quién sabe quién, ¿Creés que no me e dado cuenta de los mensajitos que te llegan?.

---¿Cuáles mensajitos? ¿De qué estás hablando? Si yo no estoy chateando con nadie, no tengo internet.




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